Recientemente hemos ido viendo como el cine de terror y el thriller han ido incorporando las diferentes interacciones del ser humano con la revolución de la comunicación en internet, desde los primeros intentos con ‘Eliminado’ (Unfriended, 2014) y las conexiones de Skype, a las aplicaciones de ligue como ‘Fresh’ (2021), quizá por ello, el debut como director de Dave Franco intenta pero hacer lo mismo en 'Vigilados' ('The Rental'), colocando a sus personajes en un escenario espeluznante que representa los temores que surgen en un espacio desconocido como un piso Airbnb.
La particularidad del alquiler instantáneo, la falta de claridad frente al interlocutor, la incertidumbre asumida, son factores muy jugosos para crear un tono amenazante idóneo para una película de género, el problema es que Franco no acaba de decidir dónde quiere llevar la narrativa. ‘Vigilados’ está atrapada en algún lugar entre la propuesta de festival, con algunos intentos de opinión sobre temas sociales que no llegan a decir nada realmente, el horror mumblecore por el que el coguionista de la película, Joe Swanberg, fue conocido, o la película de sobremesa.
Un thriller de Voyeur moderno
La trama de se puede resumir en la peripecia de dos parejas, formadas por los actores Dan Stevens y Alison Brie; junto a Sheila Vand y Jeremy Allen White, que alquilan una casa de vacaciones para pasar un tiempo juntos, y las cosas acaban saliendo regular tan solo en un día, cuando un anfitrión extraño, interpretado por un Toby Huss algo infrautilizado hace acto de presencia.
Al mismo tiempo, desaparece el perro y comienzan algunas revelaciones que tienen que ver con sexo, drogas, secretos y muestras de vídeo de que alguien vigila la casa, un punto de partida que evoca diferentes caminos por recorrer, dentro del thriller psicológico o un slasher criminal de voyeur de los 70, pero no acaba de comprometerse con ninguna de las opciones que propone.
En un tramo que parece recuperar el ojo de ‘My Little Eye, la cámara secreta’ (2002) muestra cómo sucede la acción a través de cámaras ocultas, pero lo que podía haber sido un experimento de terror actualizando aquella idea de hace 20 años, acaba siendo un recurso vago que acaba sin tener consecuencia en el conjunto. Sin embargo, Franco parece inclinarse más hacia el drama y thriller de acosadores que hizo estragos en los 90, pero no el misterio nunca se asienta en suficientes pistas que generen tensión de principio a fin.
Un thriller de tarde engalanado
Hay migas de pan durante todo el metraje, como una red de Internet protegida con contraseña, una puerta cerrada y asegurada con un teclado de alarma, hollín que cae de un respiradero superior, software espía secreto colocado en toda la propiedad… pero ninguna de ella crea un hilo robusto que mastique el ritmo de la película de la mano con la intriga para los propios personajes, dejando una sensación constante de oportunidad perdida.
El guion juega con las disputas de las parejas y la tensión sexual inesperada a medida que se revelan secretos entre el cuarteto, explotando la paranoia sobre la privacidad online en la era de las redes sociales, y cómo esto tensa las relaciones entre ellos, pero la dinámica pasivo-agresiva de Stevens y White no cala, y la película disfruta perdiéndose en una incómoda rutina amorosa de si se consumará o no el flirteo entre Stevens y Vand que juega en detrimento de los elementos más turbios de la trama.
Siempre es de agradecer la presencia de Alison Brie, una actriz que siempre añade un punto que eleva los trabajos en donde aparece y brinda una vis cómica que funciona mejor que los ritmos dramáticos del texto, pero por sí sola no es suficiente para salvar la carencia de imaginación de ‘Vigilados’, que podría haber sido una película de terror antitética a los thrillers que parece querer subvertir, pero acaba cayendo en lo inane y llega a los sitios familiares sin demasiado oxígeno, especialmente cuando se conforma con tropos de género recurrentes en el acto final.