La primera temporada de 'Vergüenza' pudo ser, fácilmente, un desastre. La típica serie con la que arqueas la ceja suspicazmente cuando lees su premisa pero que supo jugar muy bien sus cartas, convirtiéndose en una grata sorpresa. Una serie divertida y desagradable a ratos iguales que se apoya en esas meteduras de patas, momentos incómodos y vergonzosos que a veces tenemos. Solo que exagerados en la figura de sus protagonistas.
Este viernes 30 de noviembre Movistar estrena la segunda temporada de 'Vergüenza', esta vez con seis episodios y un especial de navidad (que veremos el 24 de diciembre). Una nueva temporada con cambios importantes en la vida de Jesús (Javier Guriérrez) y Nuria (Malena Alterio) que tendrán que lidiar por partida doble con su paternidad.
La temporada 2 da un salto de nueve meses respecto a la primera, con Jesús y Nuria en un nuevo entorno en el paisaje suburbano de la ciudad, criando a sus hijos Yusuf y Julia mientras intentan socializar con su vecina Sonia (Cristina Alarcón) y nuevas parejas de padres.
Una cosa que llama la atención de esta segunda temporada de 'Vergüenza' es comprobar que la paternidad te cambia. Dentro de las peculiaridades de Jesús y Nuria, esto conlleva algo menos de meterse en el fango y de provocar ellos mismos la situación vergonzosa.
Lo que no quiere decir que no tengamos momentos en los que alguno de los dos (o directamente ambos) se metan en alguno de los jardines que tanto nos gustan. Simplemente que son más conscientes de las implicaciones de sus meteduras de pata.
Aquí es donde Álvaro Fernández-Armero y Juan Cavestany han trabajado para dotar de un gran grupo de secundarios a la serie. Secundarios, la mayoría nuevos (entre los que se encuentran Pol López, Teresa Cuesta, Marta Nieto y Jaime Zarataín), pero otros viejos conocidos como Óscar (Vito Sanz) y el padre de Nuria (Miguel Rellán) que adquieren nuevos matices y momentos para el recuerdo.
Así que en esta temporada 2 de 'Vergüenza' se ha dado una sensación de mayor coralidad o, por lo menos, de que el impacto del entorno de Jesús y Nuria en la trama es más relevante. De hecho, algunos de los momentos más vergonzantes de estos seis episodios están protagonizados por Óscar, que se ha empeñado en montar una nueva versión de 'El graduado'.
Es interesante, también, el equilibrio que han logrado con el factor "sitcom familiar" de la serie. Creo que han tomado correctamente decisiones difíciles, ya que había cierto peligro (sobre todo teniendo a un personaje muy por explorar como Yusuf) de derivar hacia una dinámica demasiado "clásica" en este sentido. Sin embargo, aunque creo que es una dirección acertada, sí que he echado algo de menos algo de dinámicas padres/hijos.
El caso es que a 'Vergüenza' le sigue faltando el hacer sólidas ideas y algunas cosas que se han quedado en pinceladas. Algo que puede tener su justificación en el hecho de que son solo seis episodios en un nuevo ambiente bastante más rico que la primera temporada.
Está claro, entonces, que Castevany y Fernández-Armero, como responsables de la serie, han decidido ser drásticos y priorizar. Lo cual es muy lógico, pero da la sensación de que dejan flecos potentes por explorar. Quizá para una posible temporada 3 que espero no tarde en anunciarse.
Pero lo que cuenta es el resultado global. Y ese es muy positivo ya que 'Vergüenza' ha crecido en su segunda temporada. Dentro de su estilo, se ve una serie más madura que ya no busca el forzar algo la situación, sino que deja que fluya con más naturalidad. Y esto hace que sea bastante más divertida.
'Vergüenza' se puede ver en Movistar+
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