Hay tal cantidad de franquicias cinematográficas que seguro que todos sabemos de varias que no nos interesan demasiado. En un mundo ideal todos serían estupendas, pero a la hora de verdad está claro que el éxito y la calidad no van necesariamente de la mano y en algunos casos hasta nos puede resultar incomprensible qué es exactamente lo que ven los demás en ellas.
En mi caso nunca me ha gustado la saga ‘Underworld’, pero nunca hay que perder la esperanza en una remontada. No sería la primera vez que pasa -pienso por ejemplo en ‘Fast & Furious’, cuyas tres primeras entregas son justo las peores-, pero sigue siendo un fenómeno inusual. Mucho me temo que ‘Underworld: Guerras de sangre’ (‘Underworld: Blood Wars’) no va a ayudar a que eso cambie, ya que es una aventura horrible y muy aburrida pese a no durar ni 90 minutos.
Menudo desastre
Tras un prólogo para intentar situar a los espectadores ajenos a la saga -o a los que simplemente ya no recuerden gran cosa sobre ella-, ‘Underworld: Guerras de sangre’ nos plantea un escenario en el que los vampiros y los licántropos mantienen su eterna guerra, señalando a la hija de Selene -no sé si será cosa mía, pero Kate Beckinsale da la sensación de estar un tanto cansada de ese personaje, pero ya hace más que la gran mayoría de implicados- como la clave.
Por decirlo claro, ‘Underworld: Guerras de sangre’ no deja de ser una mera prolongación de lo ya visto jugando con ciertas ideas que acaban no llevando a ninguna parte, se resuelven de forma acelerada o simplemente quedan reducidas a apuntes un tanto ridículos -lo de la evolución de Selene acaba recordando a las horas más bajas de ‘Dragon Ball’ con sus saiyanos-, destruyendo así cualquier posibilidad de implicarte a no ser que seas ya de por sí un gran fan.
Tampoco ayuda demasiado que el libreto de Cory Goodman esté repleto de giros y situaciones que sobrepasan el absurdo sin llegar nunca a abrazarlo. Alguno de los actores intenta compensarlo, ya sea mediante la sobriedad -Charles Dance- o con un toque algo más juguetón a su actuación -Lara Pulver-, pero falta una continuidad para que surtan efecto más allá de que ellos mismos eviten ser tan catastróficos como la propia película.
'Underworld: Guerras de sangre', de mal en peor
El resto es un intento de transmitir cierta seriedad a un material que pedía a gritos justo lo contrario. Ya es que hasta los momentos más gore caen en saco roto, ya sea por el pobre trabajo digital o porque simplemente saben a rutina hecha para cumplir el expediente. En realidad eso es algo que sucede con toda la película, la cual además tiene un claro componente de transición que provoca que su visionado resulte aún más frustrante y, lo peor de todo, soporífero.
A su favor cuenta con un ritmo vivo que evita que se detenga más de la cuenta en nada, algo que podría ser positivo e incluso aligerar el hecho de tomárselo todo demasiado en serio sin tener un material que lo justifique, pero a la hora de la verdad se traduce en un desastre narrativo. ¿El motivo? El guion lo complica todo más de la cuenta con multitud de maquinaciones y giros que acaban situándolo todo al mismo nivel, uno muy bajo, y destacando también la idea de que nada importa demasiado.
Por su parte, la directora Anna Foerster, que realiza su debut en la gran pantalla tras varios años trabajando en la televisión, poco tiene que hacer, pues hasta las escenas de acción carecen de fuerza. Con todo, echarle la culpa a ella sería un error, ya que todo parece una mezcla de coreografías pobres con un montaje basado en cambios de planos rápido para parecer más vibrante de lo que realmente es. No lo consigue.
Otro aspecto destacable en lo negativo es la tendencia a solucionarlo todo de mala manera, desde escenas intrascendentes hasta aquellas que son el punto culminante de alguna de las muchas subtramas. Lo hace, eso sí, de formas variadas, alternando el ridículo con la intrascendencia, destruyendo así todo lo que reían haber construido hasta entonces para llegar antes a la línea de meta. Casi que lo prefiero así al acabar antes la tortura que supone verla.
En definitiva, ‘Underworld: Guerras de sangre’ es una absoluta pérdida de tiempo si no eres un fan de la saga y eso que ingredientes tenía para al menos haber sido un entretenimiento más o menos digno. Una sucesión de malas decisiones provocan que vaya de mal en peor y que uno simplemente esté deseando que se acabe de una vez. Si queréis ir al cine este fin de semana, será mejor que vayáis a la sala donde echen la estupenda 'La ciudad de las estrellas - La La Land', aunque casi cualquier cosa mejor que esto...
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