Salvo en honrosas excepciones, los aficionados al mundo del videojuego solemos contar las traslaciones a la gran pantalla como tremendas decepciones, en parte, por culpa de una industria obcecada en replicar las fórmulas —y efectos sobre el jugador— originales en un medio narrativo radicalmente diferente, y mucho menos visceral e inmersivo. Es por esto que la simple idea de llevar la saga 'Uncharted' al cine me producía escalofríos.
Con la publicación del espléndido y rompedor 'El tesoro de Drake' hace ya quince años, el infalible equipo de de Naughty Dog logró acercar más que nunca cine y videojuegos —algo que iría mucho más lejos en futuras continuaciones—, exprimiendo hasta la última gota de la potencia de la PlayStation 3 y evocando el cine de aventuras de corte más clasicista a través de unos personajes tremendamente carismáticos, de un guión repleto de sorpresas y de una concepción de la acción rara vez vista con anterioridad.
Todos estos elementos, sumados al insalvable diferenciador de la interactividad, convertían la adaptación de 'Uncharted' en una misión condenada, a priori, al fracaso. Pero Ruben Flesischer, plenamente consciente de la naturaleza del proyecto, ha reformulado las claves que han hecho grandes las hazañas digitales de Nathan Drake, llevándolas a su terreno y transformándolas en un blockbuster modélico, respetuoso con su fuente de inspiración y tremendamente divertido.
Sic Parvis Magna
Desde que debutó en 2007, he disfrutado plenamente de todas y cada una de las entregas de la saga 'Uncharted', he adorado a todos y cada uno de sus protagonistas y me he quedado boquiabierto en no pocas ocasiones con el pad de control entre mis manos. Guardar tanto cariño y tener tan interiorizada la obra de Amy Hennig, Neil Druckmann y compañía podría haber sido un enorme palo en la rueda a la hora de enfrentarme al título que nos ocupa, pero no ha hecho más que enriquecer una experiencia que me ha mantenido con una enorme sonrisa en la boca durante sus ajustadísimos 116 minutos de metraje.
Esto ha sido, mayormente, gracias al modo en que Ruben Fleischer y su ejército de guionistas —hay nada menos que cinco acreditados— han optado por adoptar componentes de las cuatro partes jugables numeradas e integrarlos en una nueva historia que funciona a la perfección como precuela, que se presenta salpimentada con un buen puñado de easter-eggs que harán las delicias de los parroquianos, y que captura toda la esencia del trabajo de Naughty Dog.
Por supuesto, esto último se consigue principalmente a través de los personajes; y pese a que sea evidente que el de Tom Holland no es el Nathan Drake poligonal interpretado por Nolan North, el británico se las ha apañado para trasladar a esta versión rejuvenecida el encanto, socarronería y nobleza tan característicos del bueno de Nate. Aunque, si alguien roba todos los focos de la función por encima de él y de un Mark Wahlberg sorprendentemente acertado como Victor Sullivan —la ausencia de bigote es lo de menos—, esa es la Chloe Frazer de Sophia Taylor Ali.
En lo que respecta a su forma, 'Uncharted' cumple con todo lo que cabría esperar de una producción de 120 millones de dólares basada en una IP como esta; comenzando por una factura audiovisual apuntalada sobre la notable fotografía de Chung Chung-hoon —DOP habitual de Park Chan-wook y autor de la magnífica 'Última noche en el Soho'— y sobre la contundente banda sonora de Ramin Djawadi, que no evita que se echen de menos las partituras de Greg Edmonson, pero que viste a la perfección unas setpieces realmente espectaculares.
Es, en última instancia, a través de sus dosificadas, aunque ampliamente satisfactorias, escenas de acción donde la película se aproxima más a su referente; y lo hace tanto en las "robadas" —brutal la reinterpretación del avión de carga de 'Uncharted 3'— como en las originales, destacando unas coreografías de lo más dinámicas y con un sentido de la cinética envidiable que reflejan en pantalla el sistema de "suerte" —que no de daño— de los juegos. Así da gusto ver a Drake recibir golpes de todas las formas imaginables.
En la inscripción del icónico anillo que Nathan Drake lleva en su colgante puede leerse "Sic Parvis Magna"; algo que, en español, podría traducirse como "La grandeza nace de pequeños comienzos". Pues bien, si esta 'Uncharted' es el "pequeño comienzo" de lo que, más que probablemente, derivará en una nueva franquicia, el futuro no podría ser más prometedor. Y es que, quién iba a decir que ver a Tom Holland vistiendo las pistoleras de Drake al ritmo de 'Nate's Theme' le pondría los pelos de punta a un escéptico de mi talla.
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