En 2012, 'Los Simpson' estaba en su peor momento. Sí, sé que parece que su peor momento es cualquiera desde la temporada 12, pero lo cierto es que lleva unos años de remontada sutil. Es normal que, como exes despechados, no queramos darle una segunda oportunidad a la serie que nos hizo tanto daño, pero a partir de la temporada 33 se ha visto voluntad de mejora.
Sin embargo, en su vigesimocuarta tanda de episodios no conseguían levantar cabeza de ninguna de las maneras y todos teníamos aceptado que era una serie zombie: quizá por eso todo fueron comentarios laudatorios hacia 'El día más largo de Maggie'.
Chupito Simpson
Puede que de lo que más se hablara en el estreno de la cuarta parte de 'Ice Age' fuera del cortometraje de 'Los Simpson' que llevaba pegado y que mostraba un intento de redención por parte de la serie con un retorno a lo básico. Maggie, aventuras, chistes visuales. No había necesidad de invitados sorpresa, tramas ridículas, referencias forzadas a la actualidad o el retorno de personajes clásicos. A veces todo lo que nos bastaba era un ratito divertido.
Y, sin embargo, la serie no pareció aprender nada de su segunda incursión en el cine (siendo la primera, claro, la más que decente 'Los Simpson: La película'). En 2020 intentaron repetir la jugada con 'Jugando con el destino', que ahora mostraba a Maggie encontrando el amor durante unos cinco minutos tan divertidos como incómodos de ver, pero estaba pegada a 'Onward' que, si recordáis, se estrenó justo al borde de la pandemia.
Desde entonces hasta hoy, el caos. La adquisición de 20th Century Fox por parte de Disney se ha traducido, desde el punto de vista de la familia amarilla, en un buen montón de cortos crossover en los que, por algún motivo, Disney+ sigue insistiendo a pesar de que solo restan valor a la serie madre, convirtiéndola en poco menos que esa camiseta que lleva tu cuñado y en la que Homer está vestido de Lobezno. 'Los Simpson', convertida en dibujo de Qwertee o Pampling.
Declive en Springfield
Desde 2021 hasta hoy, Disney+ ha estrenado siete cortos de la serie de Matt Groening parodiando sin parodiar (o sea, con todo el cuidado del mundo y sin nada de mala leche) a 'Star Wars' o 'Loki', y juntándoles con Goofy, Úrsula, Billie Eilish, los Bocelli o Bad Bunny, entre otros. La prostitución de la marca llevada a su máximo esplendor, por mucho que a lo largo de estos experimentos obviamente contractuales de los que antaño se mofarían hayan aprendido a que la explotación sea algo menos dolorosa.
Es el caso del último corto de Maggie, estrenado en Disney+ durante las celebraciones del Star Wars Day: 'Casi Rogue One'. Bajo ningún concepto es bueno, pero se trata de cinco minutos de publicidad descarada de 'The Mandalorian' que tratan de ir un poquito más allá del mero crossover desesperado. A diferencia de la mayoría de intentonas de los últimos años, puedes tragarlo con un poquito de sarcasmo e imaginando que esta no es tu antaño serie favorita, sino un sucedáneo que lo intenta pero no llega.
'Casi Rogue One' es un ejercicio de capitalismo despiadado con algunos chistes visuales interesantes (ese panel de mando infantil de Grogu) y una premisa curiosa que enseguida se va al traste por la necesidad de incluir al resto de habitantes de Springfield. No llega al nivel de absurdo de 'La buena, el malo y Loki', que en su afán por no perder la chispa convertía a todo el pueblo en personajes Marvel (acertando en muy, muy pocos chistes), pero es imposible pasar por alto aquí que no hay arte, ganas, mano, alma ni corazón.
Star Maggie
Disney lleva desde el minuto uno del lanzamiento de su streaming tratando de que se quede pegado el mensaje de que todas sus franquicias están juntas en el mismo sitio, y estos cortos responden al martilleo constante de su mensaje de venta. Sin embargo, el público no los ve generalmente como un nuevo corto de su serie favorita, sino como un anuncio que hemos pagado por ver. Más o menos divertido, pero anuncio al fin y al cabo.
Notándose como se nota que en su ejecución hay más ganas de un equipo directivo que de uno creativo, hay algunos momentos que consiguen destacar por sí mismos, como los dibujos estáticos de los títulos de crédito finales, creados, parece, en los momentos de hastío y desesperación tratando de cuadrar el humor crudo de 'Los Simpson' con los chistes blanquísimos de los que debe hacer gala al mezclar el resto de las franquicias de Disney.
Es triste ver al bufón de la corte lamiendo los pies de su amo, pero al menos mientras lo hace, después de unas intentonas bochornosas, ha aprendido a hacer un par de cabriolas para tenernos entretenidos. Es una publicidad descarada, un intento futil de unir dos series sin nexo en común mediante la sinergia más básica posible y que llega justo en el momento de remontada de la serie, sí. Pero al mismo tiempo, no deja de ser una especie de extra, como cuando Bart promocionaba la chocolatina Butterfinger. Solo que aquello sí tenía gracia.
En Espinof | Multiplícate por cero, millennial: creo que 'Los Simpson' ya son cosa de viejos
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