Media hora le basta a Robert Rodríguez para demostrar que, incluso dentro la inamovible plantilla estética de la franquicia 'Star Wars' con la que juegan los episodios de 'The Mandalorian', hay hueco para una puesta en escena diferente al del resto de las 13 entregas restantes, dejando el que es, probablemente, el capítulo mejor dirigido de la todo lo que llevamos de la serie de Disney+.
El uso de una perspectiva de cámara diferente, más ajustada a la espalda de los personajes, una combinación de planos panorámicos, visualización desde el espacio aéreo a través de distintas perspectivas, tiroteos con cambios de punto de vista y una situación geográfica que sitúa al espectador, no como mero observador, sino dentro de una contienda vibrante, llena de emociones y tensión, proporciona a 'The Mandalorian' una realización fresca.
SPOILERS del episodio en todo el texto
Una aventura frenética
El director de 'Sin City' (2005) sabe hacerse notar y no ha perdido un ápice de sentido del espectáculo que le caracteriza, entrando dentro del canon de 'Star Wars' combinando su visión de acción física y su planificación del uso de los efectos especiales. Hay una sensación constante de que lo que vemos está pasando, con una luz diurna que no deja hueco para brumas de píxel que escondan malas integraciones.
El episodio, titulado 'La tragedia' tenía la difícil tarea de estar a la altura del Capítulo 13 y la introducción de Ahsoka Tano. Aún así, inmediatamente se convierte en otro episodio crucial contando como Din Djarin (Pedro Pascal) y Grogu llegan a Tython después de la recomendación de Ahsoka Tano de probar la alineación de Grogu con la Fuerza. La conexión entre ellos se afianza en el viaje y resulta determinante cuando Grogu se coloca en la piedra de visión en el Templo Jedi, y Mando ve que otra nave se acerca a ellos.
Pero claro, no es una simple nave es nada menos que el esperadísimo Boba Fett (Temuera Morrison), confirmando todas las teorías del primer episodio, que viene junto a Fennec Shand (Ming-Na Wen) que se ha aliado con él tras su rescate. La intención de la leyenda de la saga galáctica es recuperar su armadura y se ofrece a proteger a Grogu a cambio, con lo que el cazarrecompensas se convierte en un aliado valioso cuando el Imperio los ataca. Moff Gideon (Giancarlo Esposito) los ha rastreado en busca del Niño.
El retorno del cazarrecompensas
Lamentablemente su ayuda no es suficiente y hacia el final, podemos entender por qué el episodio se llama 'La tragedia', nuestro Baby Yoda acaba en manos de los increíbles Dark Troopers, otra aparición estelar cuya presencia es tan cool como siniestra y lleva 'The Mandalorian' al terreno de los filmes de mechas japoneses, conectando de neuvo con las sensibilidades de un Rodríguez que se hace notar en cada minuto del episodio.
Desde la acción trepidante cortesía de los Stormtroopers cuando se enfrentan a Djarin, Shand y Fett a las escenas en las que Baby Yoda acaba en manos de Gideon, el capítulo 14 no deja tregua, pero quizá lo más sorprendente es comprobar el lado oscuro de un antihéroes como Boba Fett, con comportamientos de cazarrecompensas experimentado que viven a las expectativas de volverle a ver con su icónica armadura, que va a dejar a los fans con la baba colgando.
Pero en 'La tragedia' también vemos indicios de los temores de Ahsoka Tano respecto a los poderes de la fuerza de Grogu, que podrían inclinarse hacia el lado oscuro fácilmente, como parece saber bien Gideon, algo que abre nuevas posibilidades para la serie, ya en su tercer acto de una temporada tremenda, en la que ningún episodio se ha permitido aburrir un minuto. Está claro que Dave Filoni y Jon Favreau saben perfectamente hacia dónde llevan la historia y están consiguiendo un hito de la televisión.
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