Es 'La invasión de los ladrones de cuerpo' si los aliens hubiesen ganado.
Con esa frase resume Stephenie Meyer la historia de su último best seller, publicado en 2008 y trasladado al cine por Andrew Niccol en 'The Host: La huésped' ('The Host', 2013). Un concepto un tanto engañoso --sus invasores son muy diferentes y la victoria no es mayor que en previas adaptaciones de la obra de Jack Finney-- que podría dar mucho juego en manos del responsable de la interesante --aunque un tanto sobrevalorada-- 'Gattaca' (1997), sumando el atractivo de contar en el reparto con la prometedora Saoirse Ronan y un valor seguro como William Hurt.
Pero hay trampa. Para empezar, Meyer es la autora de la infame saga 'Crepúsculo' ('Twilight'), y básicamente cambia vampiros por extraterrestres. La escritora ejerce de productora en el film y estuvo en el rodaje para vigilar la adaptación. Por otro lado, Niccol es recordado por sus trabajos más estimulantes --algunos incluso dan como suya 'El show de Truman' ('The Truman Show', Peter Weir, 1998) cuando solo es guionista-- cuando lo cierto es que su anterior trabajo como director es ese despropósito de 'In Time' (2011). No obstante, ahí aún había ideas e imágenes interesantes, en 'The Host: La huésped' no hay nada que salvar.
Absurda invasión
La película comienza con un breve prólogo en el espacio donde una voz en off explica que la Tierra es un lugar mejor, pacífico, no hay hambre ni violencia, la gente es buena y cuida el medio ambiente. El problemilla es que... el planeta ya no es "nuestro". Por un instante, uno se alegra con la posibilidad de encontrar una crítica al ser humano disfrazada de entretenimiento juvenil. Un mero espejismo. Aparece en escena Melanie --Ronan-- y al verse rodeada por los malos decide lanzarse al vacío a través de una ventana; la caída es espectacular pero la chica solo sufre magulladuras y un hueso roto, algo que arregla enseguida un "sanador" alienígena mediante un fantástico spray.
Acto seguido, se le realiza un corte en el cuello y le introducen una especie de alga luminosa, que al apoderarse del cuerpo causa un brillo especial en los ojos. Cuando la joven despierta es Wanderer, un ente extraterrestre que puede acceder a los recuerdos de Melanie para que su raza, y en especial una obsesiva rastreadora --Diane Kruger repitiendo el personaje de Cillian Murphy en 'In Time'--, descubra el paradero de más humanos libres, más recipientes para las almas alienígenas, que esperan en unas pequeñas navecillas con forma de concha. Sin embargo, Wanderer no consigue controlar la mente de Melanie, que la convence para que no revele sus secretos. Antes de que sus superiores la sustituyan por un invasor más fuerte, Wanderer escapa...
Y lo consigue porque los aliens son muy ingenuos. Le cierran la puerta pero no se preocupan por la ventana y uno de ellos le presta su coche porque tienen la obligación de hacer favores cuando un compatriota está en apuros. Más adelante vemos que no usan armas, no creen en la violencia, aceptan las mentiras como verdades y no vigilan el acceso a las ciudades, los medicamentos o los suministros, facilitando la labor a los "rebeldes". Es increíble que esta raza tan atontada haya dominado el planeta. Y aún así, algunos humanos, conscientes de las limitaciones de sus enemigos, optan por el suicidio en lugar de forzar un enfrentamiento que no puede ser respondido.
Doble ración de empalagoso romance
Meyer no se calienta la cabeza y vuelve a incluir el triángulo amoroso post-adolescente en medio de la trama de ciencia-ficción. Como Bella, Wanderer se encuentra con dos atractivos pretendientes --Max Irons y Jake Abel-- que no tienen inconveniente con la mezcla de especies. Al principio tienen dudas, incluso hablan de matarla, pero cambian de idea cuando descubren que Melanie sigue viva en ese cuerpo. El guion presenta los enamoramientos de la manera más vaga posible y la puesta en escena de Niccol es rutinaria y convencional; en resumen, diálogos vergonzosos y estética de videoclip para plasmar la pasión de los muchachos.
Dejando a un lado la consideración de que uno de ellos afirma estar enamorado del alma de "Wanda", el colmo del disparate amoroso es la solución que se busca al final para contentar a todos. Sinceramente, a diferencia de mi colega Mikel, me cuesta encontrar algo positivo de algo tan mediocre, involuntariamente cómico --atención a la voz interior de Melanie-- y aburrido como 'The Host: La huésped'. Las de 'Crepúsculo' eran igual de malas pero al menos había vampiros con superpoderes y hombres-perro, aquí los aliens son como nazis pacíficos... Bueno, digamos que los paisajes son bonitos.
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 38 Comentarios