Nadie habría apostado por un blockbuster de acción protagonizado por el rey de la comedia fumeta y dirigido por el rey del artisteo del momento, el realizador de 'Olvídate de mí' o 'La ciencia del sueño', Michel Gondry.Basada en el serial radiofónico de los años 30, con un villano ridículo y divertidísimo encarnado por Christoph Waltz, la añorada Cameron Diaz y la presencia de Jay Chou, 'The Green Hornet' era el blockbuster perfecto y nadie se dio cuenta.
El gran héroe americano
En un mundo perfecto, teniendo en cuenta que la película se estrenó hace poco más de diez años, estaríamos ahora con una tercera entrega más o menos reciente del personaje, pero el mundo no es como a nosotros nos gustaría. La inversión de 120 millones de dólares de Neal H. Moritz, productor de obras maestras como las dos películas basadas en Jump Street de Phil Lord y Christopher Miller o 'Tres idiotas y una bruja', la increíble comedia más perfecta del año 2000, tampoco es que fuera un fiasco.
'El avispón verde' casi recaudó el doble de su presupuesto con una recaudación de cerca de 230 millones en todo el mundo, pero las expectativas eran mucho más ambiciosas, la respuesta crítica no fue demasiado cariñosa y, bueno, la industria. Pero nada de eso importa porque podemos disfrutar cuando nos venga en gana de uno de los guiones mejor medidos de Seth Rogen y Evan Goldberg para un acontecimiento que en realidad se parece a una de las fiestas de su necio protagonista.
La película de Gondry es divertida, trepidante y realmente hermosa, pero es que el veneno de este aguijón es su inigualable estilo de comedia creciente con alivios en forma de elegantes explosiones. Sí, es una película tan loca que los alivios no son cómicos, son de acción. El mundo al revés. Misión cumplida.
Llena de hallazgos visuales, piruetas imposibles y el Gondry del videoclip buscando su lugar en la cima del mundo, 'The Green Hornet' era un ejemplar blockbuster de acción como ningún otro. Un perro avispón verde que lo puso todo de su parte para agradar a una platea que hace once años ya estaba necesitada de cine de evasión algo más adulto que el habitual.
Lo cierto es que su taquilla es mucho más digna de lo que uno podría pensar en una época en la que las producciones y adaptaciones de cómics iban a devorar la maquinaria. Seth Rogen y Michel Gondry apostaron por un personaje menos emblemático, pero también mucho más libre, al que poder insuflar su estilo sin apenas riesgo de provocar la ira de algún fan pasado de rosca. Aunque seguro que se encontraron a más de uno.
Hijo de un magnate de la prensa, arrogante, irresponsable y egoísta, Britt lleva una vida de desenfreno hasta que su padre muere de manera repentina. Pronto conoce al chófer de su padre, Kato (Jay Chou), un joven enigmático, genio mecánico y espectacular barista. Juntos, unidos por el hastío y el aburrimiento, Britt y Kato se convertirán, casi a su pesar, en los salvadores enmascarados de los barrios marginales de Los Ángeles. Algo que por supuesto pondrá de los nervios al ridículo Chudnofsky, villano de la función.
La clave de la eficacia de la película de Gondry se encuentra en sus diálogos, réplicas y la total libertad de Rogen y Goldberg con el material de partida. El resultado es una comedia divertidísima, con espectaculares dosis de acción y aventuras que recuerda los éxitos de taquilla de la década de los 80 con clase y brillantez.
Aquí nadie está interesado en encontrar un nuevo Batman ni un futuro trepamuros. El Britt Reid/Green Hornet de Rogen es idiota, cobarde, misógino y siempre tronchante. Puede que en realidad esa fuera su losa: mientras todos estaban buscando héroes torturados, grandes poderes y responsabilidades, llegaron estos tipos a montar jaleo desde la primera secuencia. En ella un hilarante James Franco intenta marcar territorio con unas líneas desternillantes para abrir el juego.
La impronta de Gondry es visible constantemente, sobre todo en el increíble y nunca superado plano secuencia múltiple, una escena que seguramente hizo muy feliz a Brian De Palma. Pero también hay mucho del Gondry más romántico, lo que hace de 'The Green Hornet' un entretenimiento absurdo, necesario y, qué putada, irrepetible.
Ahora que Sony / Columbia se encarga de los blockbusters más casposos imaginables ('Venom'), del fandom más empalagoso ('Spider-Man: No Way Home') y de los comebacks más repelentes ('Cazafantasmas: Más allá') supongo que no tenemos ningún derecho a quejarnos cuando dejamos pasar gemas como este avispón nocturno. Qué pena, eh.
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