Ya será una serie divertida con un reparto de lo más inspirado, pero fue la revelación al final de la primera temporada lo que permitió a ‘The Good Place’ dar el paso necesario para convertirse en una de las mejores series de los últimos años. Su crecimiento parecía no tener límites durante su segunda tanda de episodios, pero en la tercera sí que hubo un pequeño bajón al concentrarse demasiado en ciertos temas sin tener esa chispa que le caracterizaba.
Fueron varios episodios en los que ‘The Good Place’ nunca llegó a dejar de merecer la pena, pero sí dejaba con la sensación de que podía haber tocado techo y ahora llegaba la caída hasta su final. Por suerte, la remontada ha llegado durante unos excelentes últimos episodios coronados con el excelente final de la tercera temporada estrenado hoy mismo por Netflix en España con el que la serie nos ha roto un poco el corazón.
Perfilando el probable final de la serie
Uno de los motivos por los que daba la sensación de que ‘The Good Place’ se había quedado estancada es porque había optado girar demasiado por el concepto de los protagonistas teniendo que redimirse cuando ya había ido mostrando su crecimiento como personas a lo largo de los episodios. Que en ocasiones llegase a recordar a ‘Me llamo Earl’ -buena serie, pero que se alargó más de la cuenta- tampoco ayudaba demasiado.
Además de volver sobre temas ya tratados simplemente faltaba el ingenio para sacarle más punta. Por primera vez en la serie me quedaba la sensación de que estaban estirando el chicle, pero luego han demostrado que ha sido una pequeña crisis para marcar el camino de cara a que llegase la última oportunidad para que Michael pudiera salvar a Eleanor, Chidi, Tahani y Jason.
Esas idas y venidas ayudaron a que todo se volviera más emocionante y divertido, aprovechándose muy bien cameos como el de Nicole Byer, la presentadora de ‘Nailed It!’. Además, todas las apariciones de Maya Rudolph como la jueza no podrían ser mejor recibidas, pero la clave de todo es que de una vez por todas han conseguido que parezca que nos acercamos al final de camino. La salvación o la condenación eterna.
Acabando con un nuevo inicio
La idea de que se tenga que volver a repetir el experimento para dilucidar de una vez por todas el destino de los protagonistas es de lo más suculenta. No me cabe duda de que en algún momento de crisis reaparecerá el hecho de que Eleanor fue la única de los cuatro que pasó cierta prueba en su momento. No me extrañaría que fuese al final de la ya confirmada cuarta temporada, que recordemos que el plan inicial era que la serie tuviese cinco.
Dejando a un lado pronósticos, uno de los aspectos que sí progresó adecuadamente en esa fase de aparentemente estancamiento fue todo lo relacionado con Eleanor y Chidi como pareja. A eso la pausa hasta que ambos acabaron juntos le vino bastante bien, cimentando las bases para que ella fuera consciente de su amor por él y más tarde que todo encajase para que acabasen juntos.
Precisamente por eso funciona tan bien la decisión de Chidi en el último episodio de esta tercera temporada, porque habían establecido tan bien su relación que era algo que ya dábamos por sentado de aquí en adelante. En este caso no tenía mucho sentido seguir jugando con una posible tensión no resuelta, pero lo que han hecho sus responsables es sacarse una de la manga de forma magistral, ya que además redunda en el crecimiento del personaje.
Ahora lo que le queda a la serie es reconstruir por un lado y al mismo tiempo seguir evolucionando. Encontrar ese equilibrio para que todo cuadre de la mejor manera posible sin dejar nunca de ser divertidos es algo que sus responsables han conseguido casi siempre. No tengo ningún motivo para dudar de ellos. Ahora solo falta que estrenen la cuarta temporada lo antes posible.
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