Continúo con mi repaso a lo que se está pudiendo ver en la XI Muestra Syfy de Cine Fantástico de Madrid que llega esta noche a su final con el pase de la esperada 'La bella y la bestia' ('La belle et la bête', Christophe Gans, 2014). Ya os comenté ayer mi opinión sobre la excelente 'Snowpiercer' (Bong Joon-ho, 2013) y hoy toca centrar mi atención sobre 'Coherence' (James Ward Byrkit , 2013), la mejor película que pude ver ayer --tampoco era difícil dado el bajo nivel del resto de títulos-- y quizá también de lo que llevamos de Muestra.
Ganadora del premio al mejor guión en el último Festival de Sitges, 'Coherence' nos cuenta una historia de ciencia ficción que perfectamente podría haber salido de la influyente 'En los límites de la realidad' ('The Twilight Zone', Varios, 1959-1964) y en la que todo gira alrededor de una serie de extraños sucesos que están teniendo lugar con motivo del paso de un cometa cerca de la casa donde nuestros protagonistas están teniendo una reunión social. La cosa no tardará en ir a más, pero eso será mejor que lo descubráis por vosotros mismos.
'Coherence', una pequeña gran película
El cine ha abordado en múltiples ocasiones la cuestión de las paradojas, los bucles temporales y lo que podemos hacer para cambiar o no lo que parece inevitable. Uno de los rasgos distintivos es aplicar ese fascinante escenario de ilimitado atractivo la idea de mezclarlo con el concepto del gato de Schrödinger, algo que hace mucho bien a 'Coherence' por mucho que la inclusión de unos de los elementos explicativos clave resulte quizá demasiado conveniente y aleatoria. Un pequeño detalle que no mancha la genialidad del conjunto.
Estoy convencido de que no seré el único que reaccionará con cierto desencanto hacia el primer acto, donde conocemos a los protagonistas y las dinámicas que hay entre ellos. No tanto porque deje de ser efectivo y necesario, sino por el algo molesto montaje donde se abusan de los fundidos a negro --aunque estos quizá tengan una razón de ser, pero será mejor no entrar en ello-- y los cambios de plano algo acelerados, excediéndose también un poco de los encuadres cerrados dando la sensación de ser un cruce entre cine indie y 'El ángel exterminador' (Luis Buñuel, 1962). No tarda en quedar claro que no es el caso.
Es en el segundo acto donde empiezan a aclararse las aspiraciones de 'Coherence', pero también las complicaciones para aquellos que busquen un relato en el que te lo den todo bien mascadito. Es verdad que algunos diálogos resultan bastante explicativos, pero si hay gente que aún hoy sigue confundida con lo que se nos contaba en 'Origen' ('Inception', Christopher Nolan, 2010), ni imaginarme quiero lo que podría pasar si viesen 'Coherence', en especial según va avanzando la historia, mientras que nuestra cabeza cada vez está más a punto de explotar para poder procesar lo que sucede.
Un experimento genial
Llama la atención que James Ward Byrkit quisiera insuflar naturalidad a 'Coherence' dando una gran libertad a sus actores para improvisar la mayoría de sus diálogos y sin ensayos de ningún tipo, algo que añade una muy agradable dosis de naturalidad a una historia que podría haberse desmadrado con mucha facilidad. Eso sí, se optó por rodar la película de forma cronológica para conseguir que no fuesen los propios personajes los que se perdieran y que la naturalidad a la que aludo antes no quedase dañada de forma irremediable.
Cuesta creer que 'Coherence' sea la ópera primera de Ward Byrkit, ya que el longevo colaborador de Gore Verbinski en los storyboards demuestra un gran control del crescendo dramático y de la dirección de los ocho actores, ya que todos ellos cumplen más que sobradamente con su cometido. Eso sí, el gancho es Nicholas Brendon, Xander en 'Buffy, cazavampiros' ('Buffy the Vampire Slayer', Varios, 1997-2003), pero la que realmente tiene la oportunidad de lucirse y de aportar más al resultado final es una excelente Emily Foxler.
Además, 'Coherence' evita caer en cualquier exceso efectista al apostar por una aproximación lo más realista, sencilla e ingeniosa posible a un relato con tantas realidades como el que aquí nos ocupa. Su propia naturaleza es la que impide que sea más accesible para todo tipo de público, pero los que tengan la suficiente capacidad intelectual como para conectar y comprender --al menos hasta cierto punto-- lo que está sucediendo se verán recompensados con una experiencia reflexiva la mar de estimulante que durará mucho más de su mero visionado.
En definitiva, 'Coherence' es una pequeña joya que seguramente acabe convirtiéndose en una película de culto con el paso del tiempo. Eso sí, será una de las buenas y que merecen ser recordadas dentro de varios años --ya os digo que ésta también se hubiese colado en mi lista de películas favoritas de 2013 de haberse estrenado aquí entonces, aunque me conformaré con que al menos llegue algún día a nuestros cines-- a la hora de hablar de los títulos más conseguidos dentro del género y no por su condición de pequeña rareza, importando poco su calidad real. Muy recomendable.
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