'Shadowboxer', las gotas de thriller que todo lo estropean

'Shadowboxer', las gotas de thriller que todo lo estropean
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'Shadowboxer' es una de esas películas que se estrenan de tapadillo esperando que quizá se recupere algo de lo invertido, y que mucha gente sólo conocerá de su existencia al acercarse al videoclub y la alquilen cuando el blockbuster de turno no está disponible, algo que pasa muy a menudo. De hecho, yo ya creía que este film de 2005 estrenado en USA en el mes de julio pasaría directamente a las estanterías de los videoclubs. Pero como las pautas a seguir por los exhibidores de nuestro país son uno de los misterios más grandes del universo, pues el hecho de que esta película se estrene en salas cinematográficas antes que otras que lo merecerían más, pues no coge a nadie por sorpresa. En cualquier caso y aunque se trata de una película fallida tiene cosas interesantes. 'Shadowboxer' nos narra la relación de dos asesinos profesionales que además de compartir profesión son madrastra e hijastro, maestra y alumno y amantes a pesar de la notable diferencia de edad entre ambos. Ella está enferma de cáncer y antes de realizar un último trabajo le entra un cargo de conciencia justo antes de eliminar a la persona por la que les han pagado para matarla. Se trata de la mujer embarazada de un mal nacido que no se sabe muy bien a qué se dedica, pero es muy, muy malo, o por lo menos pone cara de ello. La película se mueve entre el drama y el thriller, y hay que decir que mientras de lo primero sale más o menos victoriosa, de lo segundo hace aguas por todos los lados estropeando por completo el resultado final del film. Lo mejor de éste son todos aquellos momentos en los que se nos muestra la relación que existe entre los dos protagonistas principales. Algunos de esos momentos está resueltos con una extraña sensibilidad y con cierto gusto, aunque hay alguno que chirría por la forma en la que está mostrado, como cierta secuencia de sexo. No obstante, es en esos instantes cuando la película se hace mínimamente digna de ser visionada y disfrutada. Las miradas y los gestos nos son más que suficientes para expresarnos todo un mundo: el que vive en el interior de dos personas que condenadas desde hace tiempo a vivir en la casi clandestinidad se quieren y respetan por encima de todas las cosas. A ello contribuyen las interpretaciones de sus dos respectivos actores. Por un lado, Helen Mirren con toda su experiencia está muy bien en el papel de mujer madura que se muere y necesita desesperadamente ser amada y deseada, como todo ser humano. Cuba Gooding Jr. interpreta a su pareja, y a pesar de que este actor nunca ha sido santo de mi devoción hay que reconocerle que aquí está mucho mejor que en otras ocasiones en las que o bien exageraba su lado dramático con esas lágrimas que siempre tiene en el borde de los ojos, o exageraba su lado cómico resultando totalmente histriónico.

Cuando la película se pierde es cuando nos ofrece el relato de thriller en el que prácticamente todo está mal planteado y peor resuelto. Las motivacions del malo de la función nunca terminan de explicarse por completo y resulta muy incomprensible que monte todo el circo que monta por la supuesta razón que nos expone el guionista. Por otro lado, parece que la película quiere justificarse en la supuesta locura del personaje malvado, el cual está horrorosamente interpretado por uno de esos insoportables actores que no saben hacer otra cosa: Stephen Dorff. ¿Por qué siempre contratan a este tío para hacer siempre el mismo tipo de papel? ¿quién es el listo que se ha creído que Dorff resulta un villano convincente? Dorff se dedica a poner la cara de mosqueado que tiene siempre, a hacer barbaridades porque está enfadado con todo dios y su personaje es un cúmulo de despropósitos a cada cual peor.

Es una pena que la película tienda más hacia el trhiller y se empeñe en cerrar la historia que en este aspecto plantea. Una historia que no interesa a nadie y que alcanza niveles de aburrimiento insospechados. Con esto, lo realmente interesante del film, las relaciones de los personajes principales con la víctima a la que deciden no eliminar y entre ellos mismos, termina hundiéndose en medio de escenas efectistas y casi absurdas dando como resultado una floja película que, una vez más, podría haber estado muchísimo mejor. Evidentemente han tirado por lo que que creían que iba a vender. Craso error.

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