Parece que fue ayer cuando, en 2015, una pequeña serie catalana empezó a atraer la atención más allá de su ámbito autonómico. 'Merlí', la serie creada y escrita por Héctor Lozano y protagonizada por Francesc Orella, no tardó en extenderse a otros medios, emitiéndose en varias cadenas en abierto, logrando muy buenos resultados en Netflix e incluso contando con una secuela por parte de Movistar+, titulada 'Merlí: Sapere Aude'.
Filósofos adolescentes
La historia sigue a Merlí, un cínico profesor de filosofía que, al quedarse sin casa, se ve obligado a volver a vivir en la de su madre y, además, tendrá que ocuparse de cuidar de su hijo adolescente que antes vivía con su ex mujer. Ante tan precaria situación, Merlí acepta trabajar en el instituto de su hijo donde se irá ganando el corazón de sus alumnos por sus inusuales métodos para enseñar filosofía.
¿Qué tiene 'Merlí' para que consiguiera calar tanto como lo hizo? Por una lado, sí que supo aportar cierta frescura introduciendo la filosofía en la ecuación, explicando distintos pensadores filosóficos a lo largo de los capítulos. Funcionaba como forma de acercar a los adolescentes a estos conceptos y la intención de animar a los más jóvenes a pensar por sí mismos estaba ahí.
También se aprecia el intento de profundizar en las inquietudes adolescentes: el acoso escolar, la orientación sexual, las dudas a la hora de elegir una carrera, problemas domésticos, amoríos varios... Sin olvidar que nos descubrió a actores como Carlos Cuevas o Elísabet Casanovas.
Salseo sin complejos
Aunque el punto de partida de estos aspectos estaba bien y la intención era buena, su desarrollo se queda algo flojo para lo que son sus aspiraciones. Los capítulos comienzan siempre con teorías interesantes de filósofos pero luego la "enseñanza", por así decirlo, queda en anécdotica o incluso contradictoria por momentos.
Lo que de verdad importa aquí, al final, es quién se lía con quién, quién ha hablado mal de quién, quién ha mentido... vamos, lo que viene a ser una serie de salseo adolescente de toda la vida. En esa faceta, sí que funciona a las mil maravillas porque, pese a que en el desarrollo de estas tramas muchas veces la coherencia brilla por su ausencia y dan pie a escenas que rozan la vergüenza ajena, es precisamente eso lo que engancha y te deja siempre con las ganas de qué será lo próximo que se atreverán a hacer.
Podíamos decir que, aunque la intenten vender como un 'El club de los poetas muertos', se queda en un 'Física o química'. Ahora bien, una vez aceptas el tipo de serie que es, con sus limitaciones (es sorprendente lo rápido que ha envejecido en ciertos aspectos pese a ser tan reciente), le coges el punto y fácilmente acabas viendo varios capítulos del tirón.
En resumidas cuentas, 'Merlí' es un placer culpable realmente entretenido al que le acabas viendo su encanto y cogiéndole cariño hasta a las escenas más bochornosas. Si bien no vuela tan alto como le gustaría, es una buena opción para acercar la filosofía a los más jóvenes y perfecta para amenizar un finde maratoneando sus tres temporadas. La tenéis en Amazon Prime Video, Filmin y RTVE a la carta.
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