A principios de los 90, los Kevins estaban dispuestos a dominar el mundo del entretenimiento. El director, Kevin Reynolds, apuntaba maneras con una serie de trabajos prometedores. El otro, la estrella número uno, Kevin Costner, en realidad ya lo dominaba. 'Robin Hood, príncipe de los ladrones', fue un éxito y una de las mayores aventuras de nuestra vida. A tu alcance hoy en Paramount Network.
La aventura de tu vida
Los puristas de la leyenda de Robín de los bosques, aquellos que vibraban los domingos con la cinta de Michael Curtiz y William Keighley, se encontraban con una película mucho más "sucia" y realista, pero también, no nos engañemos, mucho más absorbente. Con una hora extra, los Kevins amplían la narrativa a favor de la emoción y el espectáculo, centrándose más en la comunidad de "ladrones" y, sobre todo, recreándose en la relación entre los personajes y en un súper villano ejemplar.
Miembros perforados, orejas cortadas, aterradoras brujas al servicio del Sheriff de Nottingham... la película de Reynolds lo tiene todo. También se adelantó a todos con una Lady Marian (Mary Elizabeth Mastrantonio) mucho más liberada, orgullosa de no ser una damisela en apuros, que también. Tampoco podemos olvidar la cámara en la flecha y la excelente banda sonora del recordado Michael Kamen, que sirvió en bandeja a Bryan Adams el mayor éxito de su carrera.
Las películas de capa y espada sufrieron tanto o más que los westerns con el paso de los años. Mientras que los cowboys y los indios regresaban con éxito cada x años, los héroes con mallas verdes siempre estuvieron mucho más marginados. La misión era complicada: hacer olvidar el hermoso largometraje de animación Disney, el color de los bosques de Errol Flynn o el romántico crepúsculo de Sean Connery en la película de Richard Lester. La apuesta parecía imposible, pero lo logró con creces.
Para ello, como decía al comienzo, tuvo que rozar la ofensa hacia los puristas de las aventuras del héroe de Sherwood, porque aquí se reescribe su historia. Algunos personajes desaparecen, descubrimos un hermano bastardo de Robin (Christian Slater), un compañero de las cruzadas moriscas (Morgan Freeman) y a un Sheriff de Nothingam aficionado a la magia negra a los pies de una madre / bruja castradora.
Por su parte, Costner da vida a un Robin de espíritu juvenil sin dejar de ser creíble como madurito con ropa pseudo-medieval, más cercana a un videoclip de Duran Duran que a lo que entendíamos por Robin Hood. Gran éxito en su época, la peli de Kevin Reynolds ejemplifica perfectamente una idea desgraciadamente perdida de lo que se entendía por cine popular de los 90. Un cine capaz de absorber referencias e íconos conocidos para ofrecer algo moderno, atrevido y fresco, además de un espectáculo de primera.
Me gusta pensar que el buen ambiente de la película, esa buena onda que transmite, se debe, en parte, a los alucinógenos que crecían alrededor del set. "Uno de mis especialistas viene a verme: ¿Quieres ir a buscar setas? Le pregunté que de qué tipo eran, y me contestó que de la mejor variedad. Pensé, ¡Está bien, vamos! Entonces nos adentramos en el bosque mientras me explica cómo son para que pueda encontrar algunos. Yo estoy vestido de Robin Hood y él como uno de mis oponentes, y cuando me doy cuenta de lo que estábamos buscando, teniendo en cuenta que debíamos filmar unas escenas de acción, paramos la búsqueda".
Más aplaudida por el público que por la crítica hace 30 largos años, 'Robin Hood, príncipe de los ladrones' merece cambiar de una vez por todas su estatus de culto por el de clásico absoluto. Aquellos viejas cintas VHS de Tri Pictures que pulverizamos en nuestra adolescencia son ahora uno de los tesoros más preciados de nuestra colección de blurays.
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