Hemos aprendido por experiencia que es habitual en las secuelas quedarse en algo insulso, repetir lo que ya se ha visto o exagerar hasta el delirio los presupuestos de la película original. ‘Resacón 2, ¡ahora en Tailandia!’ (‘The Hangover Part II’, 2011) consigue ese más difícil todavía que supone innovar sin irse por la tangente, sin convertir el film en un despropósito y manteniendo el nivel de diversión de la primera. Con un tipo de humor similar, basado en ocurrencias muy originales y algo brutas, en lugar de en los malentendidos y meteduras de pata manidos en los que se basa casi cualquier comedia, este nuevo viaje de solteros está a la altura sin pasarse de rosca. Incluso el esperado tema de las fotos finales mantiene el nivel.
Para esta nueva aventura de la manada de lobos, Todd Phillips se vuelve a sentar en la silla de director con un guion que escribe él mismo, en colaboración con Craig Mazin y Scot Armstrong, partiendo de los personajes de Jon Lucas y Scott Moore.
Es obvio que el humor supone el mayor estímulo de estas películas y ya he dicho que ‘Resacón 2, ¡ahora en Tailandia!’ no tiene nada que envidiar en ese sentido a la entrega inicial. Pero es que no se trata de la única cualidad que posee, pues también nos embarca en una investigación que va manteniendo la intriga y que ofrece incluso la posibilidad de que haya persecuciones. El ritmo es trepidante, sobre todo, desde que comienza el desconcierto, y nada le sobra a su montaje.
El país exótico, pero siempre suburbial y plagado de pobreza ofrece la posibilidad de que la película sea más vistosa y variada visualmente. Lawrence Sher es el director de fotografía de ambas entregas, pero aquí los paisajes tailandeses le permiten algunos planos muy lucidos, especialmente en ese recorrido turístico del inicio. Las localizaciones en este caso también enriquecen convirtiéndose en un elemento fundamental.
Actores y personajes
El concepto de partida que recientemente he elogiado, pues me gusta mucho como fondo de una película se encuentra aquí: un hombre serio, responsable y, en consecuencia, anodino y nada interesante, descubre una posible vida mejor y libera una faceta de su personalidad que estaba reprimida. Ed Helms que, como en la primera, interpreta a Stu, es la encarnación de estas características.
Bradley Cooper, con una apariencia opuesta, es el seductor, el inteligente, el que siempre mantiene la cabeza fría. Un personaje superior de partida, pero que, como tal, no puede sufrir evolución. Zach Galifianakis ya se ha consagrado en ese papel de tercera rueda insoportable, que nadie quiere tener alrededor y que es el culpable de que siempre se líe parda, a pesar de que sus intenciones nunca parecen aviesas. Es un niño grande, gordito y barbudo. Un patán del quince contra el que parece difícil encolerizarse, pues bastante le ha castigado la vida.
Estos tres seres y sus contrastes son una base perfecta para arrancar una gran comedia. Pero ninguna de las dos entregas de estos resacones sería nada sin los secundarios.
Cuando una película resulta mítica, como es el caso de ‘Resacón en Las Vegas’, sus personajes y los actores que les ponen cara y cuerpo se convierten en estrellas. Así que el simple hecho de volver a encontrarse con ellos, como debería ser lógico en una segunda parte, se recibe por parte del público como si apareciesen cameos de las celebridades más inaccesibles. De esta forma ocurre cuando vemos a algunos de los mejores secundarios de la primera.
Ken Jeong, ese gran descubrimiento que saltaba de un maletero como su madre lo trajo al mundo, para mí era el mayor hallazgo del film primigenio. Desde entonces, he estado disfrutando de su manera de fastidiar a los protagonistas en la serie ‘Community’, en la que aumenta su ya enorme capacidad cómica intentando hablar y enseñar español como señor Chang. Aquí vuelve a dar los mejores toques en su breve, pero gloriosa aparición llena de sorpresas. Muy acertado dejarse a Justin Bartha atrás, pues era el más soso del grupito y Mason Lee tiene muchísimo más encanto. Incluso el mono es un gran personaje.
Recomendación
No sé si existirá gente que no haya visto la primera entrega y ahora tenga curiosidad por la serie y esté pensando ver directamente esta película. No recomendaría comenzar así, ya que muchas de las gracias que se encuentran aquí funcionan si ya se conoce lo que pasó en la anterior. Sin embargo, no se trata de un mero complemento, pues una vez pasados esos minutos en lo que lo único que funciona es el reconocimiento, ‘Resacón 2, ¡ahora en Tailandia!’ va aportando cosas propias que no desmerecen nada a la original. Mucho más se podría comentar sobre esta película, sin embargo, se destriparían las escenas si fuésemos hablando en detalle de cada una. Por ello me quedo con esta apreciación muy general para ir comentando los momentos aislados más adelante.
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