Que se estrene una película de los hermanos Coen es una buena noticia. Con algunos títulos absolutamente memorables en su filmografía, los triunfadores en la última ceremonia de los Oscar tienen un estilo propio que refresca la cartelera. Tras la exitosa 'No es país para viejos', los Coen dan un giro y estrenan 'Quemar después de leer', abandonando casi por completo el drama para internarse de nuevo en la comedia más disparatada. George Clooney se refirió a este título como el cierre de la trilogía idiota, junto a 'O Brother' y 'Crueldad Intolerable', las otras dos películas que ha protagonizado para los cineastas.
Definitivamente, hay mucho idiota en 'Quemar después de leer'. Los Coen vuelven a centrarse en la estupidez humana para confeccionar una trama rocambolesca que se va complicando conforme pasan los minutos. Sin embargo, al igual que ocurrió con el film anterior de los hermanos, falta un clímax, falta un gran momento donde estalle todo lo que se ha estado preparando, que la mecha toque el explosivo y arrase con todo. Se nos vuelve a privar de la contemplación de hechos fundamentales del desenlace y se nos vuelve a dejar con la miel en los labios.
'Quemar después de leer' ('Burn After Reading', 2008) comienza presentándonos el despido de Osborne Cox, un analista de la CIA al que acusan de tener problemas con el alcohol. Su vida se desploma, y su mujer, Katie, no resulta de gran ayuda. Le está engañando con Harry, un agente federal, y pretende conseguir el divorcio, llevándose todo el dinero que pueda por el camino. Sin nada que hacer, Osborne decide escribir una novela, sus memorias, donde contaría su etapa en la CIA, desvelando secretos oficiales. Sin saber cómo, sus primeras notas acaben en manos de dos individuos que pretenden chantajearle.
Sin embargo, las cosas no son lo que parecen. Los dos que le piden dinero a cambio del disco donde, supuestamente, están sus memorias, son Linda y Chad, empleados de un gimnasio con muy poca idea de... todo. Chad mantiene que en el disco hay secretos importantísimos, por los que pedir una cuantiosa suma de dinero. Linda ve entonces la oportunidad para costearse las operaciones de cirugía estética que desea. Después de que Osborne rechace hacer un trato, las dos "brillantes" mentes criminales deciden acudir a la embajada rusa para venderles la información...
Podríamos esperar mucho más de Joel y Ethan Coen, pero creo que hay que aceptar de buen grado lo que nos ofrecen. Una hora y media de entretenimiento. Actores como Clooney o Brad Pitt encarnando personajes idiotas y provocando "un lío de cojones", como llega a calificarlo uno de ellos. Como es habitual en el cine de los hermanos, los protagonistas de sus historias aspiran a una vida mejor y para eso preparan un negocio ilegal, creyendo tenerlo todo bajo control. Pero el mundo es un lugar peligroso y lo que funciona en tu mente puede ser un completo desastre fuera de ella. Planes perfectos que al ponerse en práctica resultan ser cadenas de despropósitos, con varias tragedias incluidas.
Es curioso cómo empieza y acaba 'Quemar después de leer', como si fuéramos invitados a presenciar el mundo desde el punto de vista de una inteligencia superior, que ve a la gente y se pregunta qué demonios les pasa para actuar así. Y el primer destino es la CIA, la inteligencia "superior" en la Tierra. Para echarse a temblar. Los Coen escribieron el guión de esta película mientras adaptaban 'No es país para viejos', pensando en actores que les gustan y en personajes que podrían interpretar, creando luego una historia para unirlos a todos. Al final consiguieron un reparto muy llamativo formado por George Clooney, Frances McDormand, John Malkovich, Brad Pitt, Tilda Swinton y J. K. Simmons. Viendo la película, uno no duda que todos lo pasaron estupendamente en el rodaje. Mejor que el público, no cabe duda, y es que a menudo da la sensación de que en el montaje se han colado tomas que debieron ser repetidas.
De todos ellos, quiero destacar a Pitt, en el papel de Chad. Suyos son los momentos más divertidos de la película. Desde la escena en la que revela la información del disco, uno no puede evitar sentir cariño por este completo idiota, uno de los chantajistas/espías más ineptos que jamás hayáis visto. Desternillante su encuentro con el personaje de Malkovich (que, como de costumbre, está magnífico), llegando en bicicleta y tratando de intimidar con la mirada y la voz misteriosa.
Clooney se pasa un poco de rosca para resultar gracioso, pero se le perdona porque, efectivamente, su personaje protagoniza algunas escenas muy cómicas. McDormand interpreta al otro personaje rematadamente imbécil de la historia, una mujer fuera de la realidad que busca pareja en internet y que cree, entre otras cosas, que el seguro debería pagarle operaciones como aumento de pecho y cosas así. La actriz está bien, pero quizá está un poco mayor y otra actriz podría haber sacado más provecho del personaje. Swinton cumple con un personaje hecho a la medida, una mujer fría y dura que cae fatal, pero tiene menos relevancia de la que en principio se sospecha. Y Simmons hace lo de siempre, pero hay muy pocos que bordan ese personaje, así que no nos quejamos.
Hay que ser justos con 'Quemar después de leer'. No debemos esperar otra gran película de los tipos que hicieron 'Muerte entre las flores', 'Fargo' y 'El gran Lebowski', porque no lo han pretendido (y no lo es, desde luego). Es algo que han hecho para pasarlo bien, para tomarse un respiro y para divertirse viendo a esos actores interpretando personajes tan idiotas. Así es como hay que tomarse esta película. Una comedia ligera para pasar una agradable hora y media. Ni más, ni menos.
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