'Plan de escape' ('Escape Plan', Mikael Håfström, 2013) es una película que llega 20 ó 25 años tarde. Que Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger forman parte ya del imaginario popular es evidente, estrellas del cine de acción durante buena parte de los 80 y 90, su mejor época, y que ahora han vuelto al ruedo intentando mostrar una madurez digna, o que los grandes, en el sentido físico de la palabra, action man nunca mueren. Su esperada reunión en una película como actores principales se ha hecho esperar demasiado tiempo, si este film se hubiese realizado cuando sus nombres eran garantía de éxito y el cine de acción aún no se había convertido en un videojuego, es muy probable que la película hubiese sido un estruendoso éxito de taquilla en su país de origen. Y si otro director con más garra que Håfström se hubiese hecho cargo de ella, también hablaríamos de una película mucho mejor.
Nunca he sido fan de ninguno de los dos actores, cuyas dotes interpretativas son equivalentes a las de un armario. No obstante siempre me ha caído mejor el austriaco, considero que tiene una mejor capacidad para reírse de sí mismo, consciente de sus limitaciones, algo que Stallone jamás ha parecido entender. En cualquier caso y con el paso de los años, ambos son como de la familia y el verlos juntos en un film como 'Plan de escape' puede tener su gracia. Eso sí, la película está muy lejos de la calidad de alguna de las cintas protagonizadas por ambos, y desaprovecha una oportunidad de oro al reunir a los dos actores, más un plantel de secundarios de lo más jugoso. Cualquiera que haya visto el suficiente cine irá por delante de lo narrado en la película, un muestrario sin la más mínima emoción sobre cómo fugarse de una cárcel de diseño llamada La tumba, menos segura y avanzada de lo que parece.
(From here to the end, Spoilers) Stallone da vida a Ray Breslin, un especialista en fugarse de prisiones de alta seguridad para demostrar la poco eficiencia de alguna de ellas. En la primera media hora, el film está al completo servicio del actor, una muestra de sus capacidades y modus operandi para fugarse de una prisión en la que está recluido. Demasiado largo y mecánico, por no hablar de las trampas que intentan obviar las casualidades argumentales. Pero así es el juego y nos lo tragamos o no, si lo hacemos no es porque nos hayan convencido de ello, sino porque decidimos hacerlo. Una vez planteada la nueva misión para Ray, intentar escaparse de un lugar que es el no va más en seguridad, y que ya desde la misma oferta huele mal, el film entra de lleno en la cuestión a tratar.
Arnold Schwarzengger entra en escena en el papel de Emil, que se convertirá en el mejor amigo de Ray en la cárcel. La química entre ambos actores es menor de la esperada, por no decir prácticamente nula, y el acierto de la propuesta es no ensalzar a uno por encima del otro. Aunque Stallone aparece más tiempo en pantalla en la película, a Schwarzengger se le compensa con la importancia de su personaje, algo payaso al principio pero redimido en una parte final que no excluye los típicos giros de guión, demasiado increíbles por cierto. Todos los tópicos del cine de fugas carcelarias se encuentran en la película, aunque aquí hay que desenroscar más tornillos. Amigos que ayudarán al protagonista en su fuga, carceleros hijos de puta —con Vinnie Jones al frente dando rienda suelta a sus tics—, alcaide duro hasta decir basta —Jim Caviezel en un personaje nada aprovechado—, intento fallido de fuga, algún preso muerto por la causa, etc, etc.
Que 50 Cent pase por el film con más pena que gloria no le importa a nadie, al menos a mí no. Que Amy Ryan o Sam Neill, de cara a lucir nombres en el reparto, también lo estén es algo que ya no me gusta mucho; y más aún cuando el personaje de Neill, el doctor de la prisión, está puesto en la trama única y exclusivamente para echar una mano al protagonista en un momento dado, desaprovechando por completo al actor, que parece un monigote al servicio de un guión de manual demasiado mecánico. No voy a pararme en las motivaciones de los personajes, las cuales está supeditadas a una trama llena de incongruencias y despropósitos a cada cual más aberrante. El cine es una continua trampa llena de mentiras, en este caso se notan demasiado. Con todo hay apuntes interesantes sobre el papel, como el hecho de no poner rostros a los guardias, o las celdas de cristal, o incluso la situación de la prisión, aunque este punto alude ya a la más pura ciencia-ficción.
Una película con Stallone y Schwarzengger juntos al frente de un film pedía más caña, un argumento mejor, algo realmente grande y no una película pequeña tanto en ambiciones como resultados. A mí sólo me demuestra que si quien tuvo retuvo, al revés también sucede lo mismo. Por supuesto tampoco hablamos de un bodrio a la altura de alguno de los protagonizados por ambos, lo mejor que se puede decir de 'Plan de escape' es que no aburre, algo que ya sería el colmo. Pero una película de estas características tendría que haber estado protagonizada por otros actores más jóvenes, y no por unos a los que la edad ya les pone en evidencia aunque se permitan el lujo de una pelea entre ambos —algo que en los ochenta era el sueño de todo fan— y que realmente sabe a poco. Cine de rebajas.
Dedicado a Javier Leiva
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