Nunca me ha interesado demasiado el cine Park Chan-wook. De todas las películas dirigidas por él solamente me ha gustado 'Simpathy for Mr. Vengeance' ('Boksuneun naui geot', 2002), pero a cambio hay incluso un par de ellas cuyo visionado no pude llegar a completar. No quiere esto decir que no considere a Chan-wook un buen director, pero hay una diferencia importante entre serlo y que lo sean tus películas. Puede que esta aclaración sea un tanto brusca, pero he considerado que era un dato esencial antes de entrar en materia con 'Oldboy' (Spike Lee, 2013), nueva adaptación del manga de que ya contó con una aclamada versión realizada por el director de la olvidable 'Soy un cyborg' ('Ssa-i-bo-geu-ji-man-gwen-chan-a', 2006) en 2003.
Me gustaría también aclarar en que tenía muy pocas esperanzas en que pudiera salir algo bueno de un proyecto tan accidentado como éste, tanto por mi escasa devoción hacia el acercamiento de Chan-wook a la historia como por la fría acogida que ha tenido este nuevo 'Oldboy' por parte de la crítica y el público americano. Sin embargo, la cinta de Spike Lee me ha sorprendido muy gratamente y me gustaría, antes de que procedáis a lapidarme --todos sabemos que va a suceder, pero no por ello voy a dejar de justificar mi opinión--, explicaros los motivos para haberme gustado cuando no lo hizo el “original” coreano.
Como sé que habrá varios interesados en conocer el motivo de mi escaso aprecio hacia 'Old Boy' ('Oldeuboi', Park Chan-wook, 2003), mejor quitarme eso de encima primero al señalar que únicamente disfruté con su potente tramo final y que hasta entonces estaba siendo poco menos de un suplicio, ya que lo que suponía que era una experiencia única y memorable se convirtió en un relato con el que me aburrí de lo lindo y cuyo estilo visual estuvo lejos de impresionarme. Esas fueron mis impresiones al verla en cine y desde entonces no la he revisionado, pero seguramente lo haga gracias a esta nueva versión –algo que todos los halagos que ha recibido, y no han sido precisamente pocos, jamás consiguió--, así que hasta sus más acérrimos detractores tenéis ahí algo que al menos justifique su existencia.
Pasando ya a la película que llega mañana a los cines españoles, lo más sorprendente es la capacidad que tiene Spike Lee para mantener la elegancia y sobriedad en la puesta en escena que ha ido perfeccionando en los últimos tiempos –si por algo destacaba 'Plan oculto' ('Inside Man', 2006) aparte de por su estimulante reparto era por ello-- a la vez que no se corta en ningún momento para dejarse llevar por el lado más excesivo de la historia. Es cierto que esto último trae consigo un par de detalles gore que rozan de forma involuntaria lo cómico, pero nada que sea especialmente molesto.
Lo que sí era de esperar es que se mantuviera el famoso plano secuencia del combate del protagonista contra infinidad de personas, algo que me sigue transmitiendo una molesta sensación de antinaturalidad aquí –algo esencial para que sea incapaz de disfrutar con el proverbial esfuerzo realizado por Chan-wook en ese aspecto--, pero también que no haya nada que Lee pueda hacer para evitarlo. Eso sí, hubiera agradecido sobremanera que no se transmitiera la sensación de que varios enemigos estaban esperando para atacar en el momento perfecto de la violenta coreografía orquestada para intentar impresionarnos. Detalles quizá irrelevantes para algunos, pero no todos tenemos los mismos límites para distanciar lo que nos creemos sin rechistar de aquello que puede sacarnos por completo de un relato de ficción.
De Mark Protosevich –'Thor' (Kenneth Branagh, 2011) o 'Soy leyenda' ('I Am Legend', Francis Lawrence, 2007)-- tenía muy claro que solamente podía esperar una adaptación más sencilla y directa del material de partida y eso es lo que nos ofrece, sacrificando parte del impacto final dando alguna pista demasiado evidente –o eso me pareció, pero claro, ya sabía cuál era el desenlace y estaba más atento a señales que indicasen en esa dirección--. A cambio se consigue una mejor sincronía entre puesta en escena y guión, pues siempre me ha parecido que este último tiende a ser un mal necesario en el cine de Chan-wook, y eso que él mismo se ha encargado de los libretos de la mayoría de sus largometrajes. En esta nueva versión se pierde chispa y a cambio se logra mayor consistencia.
Hace ya años que me cuesta entender las decisiones artísticas de Josh Brolin a la hora de elegir las películas que va a protagonizar, aquellas que podrían convertirle en una estrella de segundo nivel –seamos sinceros, jamás iba a poder llegar al nivel de Brad Pitt, Will Smith o Tom Cruise--, pero que luego acaban convirtiéndose en sonoros fracasos comerciales como 'Jonah Hex' (Jimmy Hayward, 2010), 'Gangster Squad' (Ruben Fleischer, 2013) o el título que ahora nos ocupa. No logro comprenderlo porque él es un buen actor que no pertenece a esa estirpe de intérpretes que ruedan tantas películas que la falta de criterio es hasta cierto punto algo comprensible.
En 'Oldboy' Brolin vuelve a demostrar su talento y eso que no empieza precisamente bien en un prólogo sobrecargado de tópicos en lo referente a su alcoholismo, pero luego sabe encontrar el punto justo entre la venganza irracional y la necesidad de seguir siendo una persona con sentimientos. No pasará a la historia ni será especialmente recordada, pero Brolin cumple y se implica en lugar de poner el piloto automático, error en el que suelen caer muchos actores que solamente ven cintas como la que ahora nos ocupa como una forma de ingresar un jugoso cheque en su cuenta bancaria.
Sensaciones contradictorias tengo con el resto del reparto, ya que por un lado tenemos a Elizabeth Olsen cumpliendo con solvencia como la joven con debilidad por las causas perdidas, mientras que Samuel L. Jackson tira de carisma y mala leche con eficacia en un papel sobre el que es mejor no conocer más detalles. Por otro lado, Sharlto Copley está un tanto perdido dando vida a un personaje clave en el devenir de la función --mira que me decepcionó 'Elysium' (Neill Blomkamp, 2013), pero sus excesos allí funcionaban mucho mejor que su frialdad aparente aquí-- y Michael Imperioli ni suma ni resta, algo bastante decepcionante teniendo en cuenta su brillante trabajo en la televisiva 'Los Soprano' ('The Sopranos', 1999-2007).
En definitiva, 'Oldboy' no es un remake especialmente innovador y ni siquiera a aquellos que disfruten con él, entre los que me encuentro, podrán calificarlo como una genialidad imprescindible, pero sí es una buena película con la que he disfrutado más que con la alabada versión de Park Chan-wook. Seguramente esto suene a blasfemia o provocación gratuita por mi parte --todo lo que sea no seguir la corriente mayoritaria puede malinterpretarse como tal--, pero simplemente es lo que opino y ante todo hay que ser sincero.
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