Quién me iba a decir que después de tanta saturación cósmica, de épicas grandilocuentes, de platos precocinados a golpe de fórmula y de tres series de acción real que me dejaron a medio —o bajo— gas, la gente de Marvel Studios me fuese a reconciliar con el MCU con una propuesta, a priori, tan mundana y terrenal como la 'Ojo de Halcón' de Jonathan Igla.
Su primer episodio logró cautivarme no sólo con su notable factura técnica y formal, y con su maravillosa colección de postales navideñas neoyorquinas —que siempre son un plus, todo sea dicho—, sino con ese corazón que parecía haber desaparecido por completo desde el cierre de la Saga del Infinito; canalizado a través de un Clint Barton y una Kate Bishop escritos con mimo, y que trasladan a la pantalla un contraste de personalidades ideal para el tono desenfadado de la producción.
Las muy buenas vibraciones que me transmitió 'Nunca conozcas a tus héroes' —tremendo prólogo— han vuelto a repetirse en 'Escondidas'; un segundo capítulo que mantiene intacto todo el encanto del show, pero que deja la acción en un segundo término para centrarse en el verdadero motor de toda serie que se precie: las relaciones entre unos personajes en constante evolución, con muchos secretos que esconder, y con un buen puñado de misterios que desvelar.
Cuestión de relaciones
Como digo, el eje central de 'Escondidas' —'Hide and Seek' en su idioma original— gira en torno a las relaciones entre personajes siendo la primera de ellas la que une al Clint de Jeremy Renner y la Kate de Haylee Steinfeld. Después de quedar unidos sus destinos al final del episodio anterior, en el que el superhéroe titular salva a la aspirante en el último momento, el dúo de arqueros inicia una dinámica utilizada en infinidad de ocasiones, pero que continúa mostrándose tremendamente efectiva.
Los tropos de la buddy movie canónica vuelven a exprimirse con un Ojo de Halcón cínico, cansado y desencantado con el mundo que le rodea —y con razón— condenado a entenderse con una Kate Bishop inexperta y entusiasta a partes iguales. Dos caras de una misma moneda que rueda a toda velocidad por las calles de la Gran Manzana esperando a toparse con la gran amenaza que ponga contra las cuerdas a nuestros héroes, y que marque el primer gran punto de inflexión de la serie.
Por otra parte, la dinámica entre Kate y su repelente futuro padrasto Jack Duquesne —fantástico Tony Dalton con su mostacho y sus gestos hipócritas— continúa en proceso de ebullición. Las sospechas de que fue él quien asesinó a su tío Armand III comienzan a hacerse más sólidas, ganando peso durante un duelo de esgrima improvisado que sube la tensión del feudo familiar y que concluye con la aparente prueba definitiva de la culpabilidad de Duquesne —caramelo incluido—. Aunque, claro, puede que no todo sea lo que parece a simple vista...
La tercera y última relación en la que profundiza el capítulo es la que vincula a Clint —y, ahora, también a Kate— con el submundo criminal de la ciudad de Nueva York. La reaparición del Ronin —señorita Bishop mediante— ha hecho saltar todas las alarmas entre la Mafia del Chándal —hilarante el grupo de matones llamándose "bro" constantemente—, y ha obligado al Vengador protagonista a participar en una partida de rol en vivo para recuperar su vestimenta de vigilante renegado, dejándonos una escena que apuesta por el ridículo y que abraza la comedia sin sonrojos ni cortapisas.
Pero, claro, las cosas no serían igual sin un buen cliffhanger que nos deje salivando una semana hasta la próxima emisión, y 'Escondidas' opta por dejar a nuestra pareja principal en la peor situación posible: secuestrados por la Mafia del Chándal y a punto de conocer a una nueva invitada a la función: la Echo de Alaqua Cox, cuya función en la serie aún es desconocida, y de la que ya sabemos que tendrá su propia serie en Disney+. La semana que viene saldremos de dudas, pero como esto continúe al mismo nivel, podríamos estar hablando de la mejor serie de Marvel para la plataforma de streaming sin lugar a dudas.
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