La figura del héroe de acción está en claro declive en el mundo del cine, pues ha llegado un punto en el que la gente ha demostrado un mayor interés en los superhéroes que en cualquier cosa que un hombre sin poderes especiales --y las patadas voladoras o las balas mágicas no cuentan como tal-- pueda ofrecernos. Precisamente por ello me llama tanto la atención que Liam Neeson se haya convertido en el héroe de acción más rentable de los últimos años cuando está en una edad en los que muchos estaríamos pensando ya en la jubilación.
Está claro que el enorme éxito que se espera que sea 'Capitán América: El soldado de invierno' ('Captain America: The Winter Soldier', Anthony y Joe Russo, 2014) va a hacer que en breve la recaudación de 'Non-Stop (Sin escalas)' (Jaume Collet-Serra, 2014) suene a poca cosa, pero estamos ante la que será, sin duda alguna, una de las películas más rentables del año. Pero lo que a nosotros realmente debería interesarnos es que además es un buen pasatiempo con el que casi cualquiera podría pasar un rato entretenido en su cine más cercano.
'Non-Stop (Sin escalas)', Liam Neeson y otros
Liam Neeson es 'Non-Stop (Sin escalas)' y todos los demás elementos están supeditados al lucimiento del protagonista de la inesperada franquicia 'Venganza'. Con esta afirmación podría parecer que lo único que merece la pena es ver cómo reparte estopa, pero esta no es una nueva aventura en la que tiene que desembarazarse de infinidad de secuaces hasta poder luchar contra el gran jefe final, sino un relato de suspense en el que su objetivo es localizar al asesino de turno que exige 150 millones de dólares y que está incriminando a nuestro protagonista para quedar libre de toda sospecha, sea quien sea.
Mencionar a Alfred Hitchcock o Agatha Christie se ha convertido en poco menos que una obligación a la hora de hablar de una película de estas características, pero al español Jaume Collet-Serra le interesan más los vaivenes emocionales de su protagonista a medida que la trama se complica que indagar realmente en las posibilidades como whodunit de 'Non-Stop (Sin escalas)'. Todo un acierto por su parte, ya que donde más flojea la historia en su decepcionante e intercambiable desenlace, algo que hubiese sido mucho más molesto de hacer incidido más en ese aspecto del relato.
Esto es algo que Neeson no desaprovecha, ya que aprovecha todos los elementos turbios de su Bill Marks --¿será aposta el parecido con su Bryan Mills de la saga 'Venganza'?-- para darle una mayor profundidad gracias a su innegable talento dramático. De hecho, hasta tiene un pequeño monólogo en el que ha de convencernos tanto a nosotros como al resto de personajes de su inocencia --sea esto cierto o no, ya que 'Non-Stop (Sin escalas)' coquetea en todo momento con esa posibilidad--. Eso sí, tampoco esperéis una interpretación de Oscar, pero sí una marcada por la solidez y que difícilmente podría ser más convincente.
Seguro que habrá a quien le llame la atención el resto del reparto de 'Non-Stop (Sin escalas)', pero mucho me temo que es uno de los grandes sacrificios de la película en aras del protagonismo absoluto de Neeson. La que mejor parada sale es Julianne Moore, pero tiene que lidiar con un personaje que en varios momentos da la sensación de ser relleno necesario, aunque todo un lujo en comparación con la presencia de una Lupita Nyong'o que con suerte tendrá tres líneas de diálogo en todo el metraje, recibiendo como "premio" un par de instantes dramáticos fuera de tono y muy poco efectivos.
Algo mejor parados, pero no mucho, salen los televisivos Corey Stoll, nominado al Globo de oro por su participación en 'House of Cards' (Varios, 2013-En emisión), y Michelle Dockery, también nominada en los mismos premios, aunque en su caso por ser la protagonista de la prestigiosa 'Downton Abbey' (Varios, 2010-En emisión), ya que al menos tienen una o dos escenas donde imprimir algo de personalidad a sus personajes, sucediendo prácticamente lo mismo en los casos de Scoot McNairy, Omar Metwally o Nate Parker --hay más casos, pero poco aportaría el ir mencionando todos ellos-- por mencionar otros roles con cierta importancia en la trama.
Una película que cumple con lo prometido
El libreto de los debutantes John W. Richardson, Christopher Roach y Ryan Eagle --¿de verdad hacían falta tres guionistas para hacer algo como esto?-- es el responsable de que solamente Neeson tenga un personaje solvente, pero al menos se agradece que no se apueste por la sorpresa vacía en ningún momento --lo más discutible es la motivación del secuestrador-- y que todos los careos con posibles sospechosos estén basados en informaciones que el espectador ha ido recibiendo. Con todo, nunca consigue trascender lo meramente correcto y funcional, pero tampoco es que Collet-Serra demuestre un gran interés en ir más allá de eso.
Nunca me ha interesado demasiado la labor de puesta en escena de Collet-Serra en sus anteriores trabajos, pero se ve que ya ha adquirido cierta comodidad en Hollywood y puede permitirse ir más allá de ser meramente cumplidor con los encargos que recibe. Seguro que ahí también ha pesado la confianza de Neeson, con quien ya había trabajado en 'Sin identidad' ('Unknown', 2011), el título más exitoso de la carrera del realizador catalán. Eso es algo que se nota en 'Non-Stop (Sin escalas)', donde quiere exhibir sus fortalezas, siendo al mismo tiempo consciente de otros aspectos --vincular el trabajo de dirección a la crisis psicológica del protagonista-- en los que es mejor no complicarse.
No creo que fuese muy acertado usar la palabra elegancia para definir la puesta en escena de Collet-Serra, pero sí que entra dentro de esa eficacia que casi consigue transmitir esa sensación durante diversos momentos del metraje. Además, nos ofrece varias set-pieces ejecutadas con gran precisión --llamativa es la pelea en el interior de los urinarios o el inevitable tiroteo final-- que animan a mantener el interés del espectador en lo que está sucediendo en pantalla, pero sin abusar de ellas en ningún caso.
En definitiva, 'Non-Stop (Sin escalas)' es una película consciente de lo que quiere ser y como tal se puede ver con agrado e incluso disfrutar bastante con el buen trabajo de Liam Neeson. Sí que cuenta una historia que podría haber dado mucho más de sí, pero es que tampoco quiere ser demasiado ambiciosa para luego fracasar con estrépito. En ese aspecto me recordó a varios thrillers de los años 90 que están muy lejos de ser particularmente memorables, pero que aún hoy recuerdo por el buen rato que me hicieron pasar. Ni más, ni menos.
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