Vivimos tiempos marcados por la crispación, la polarización y las opiniones radicalizadas propias de hooligans; patrones sociales que se extienden de la política al deporte, pasando, por muy absurdo que pueda llegar a ser —que lo es— al mundo del cine. Un marco que convierte en prácticamente un asunto de estado el lanzamiento de cada nueva entrega de una franquicia arraigada en la cultura pop y con varias décadas a sus espaldas.
Entre los principales objetos de presuntas destrucciones de infancias, traiciones a materiales originales e intoxicaciones nostálgicas en las que todo tiempo pasado fue mejor —aunque, en realidad, solo fue anterior— se encuentran unas Tortugas Ninja que han despertado infinidad de críticas generalizadas tras cada intento de reinvención. Ocurrió con los live action producidos por Michael Bay, con las series animadas de Nickelodeon y, como no podía ser menos, ha vuelto a pasar con la espléndida 'Ninja Turtles: Caos mutante'.
Y es que el implacable dúo compuesto por Seth Rogen y Evan Goldberg ha vuelto a dar en el clavo dando un lavado de cara a las aventuras de los quelonios neoyorquinos, abrazando más que nunca su vis adolescente y respetando hasta la última gota de su esencia en una película magnífica en forma y fondo que logra apelar tanto a la generación TikTok como a esos fans más talludos que, como un servidor, siempre preferirán un soplo de aire fresco a un simple y llano "más de lo mismo".
Perfecta imperfección
Por mucho que 'Caos mutante' haya apostado por revitalizar la creación de Kevin Eastman y Peter Laird con una encomiable vuelta de tuerca tonal y narrativa, si algo define al largometraje es su inmensa devoción por el material original. Veneración que queda más que patente a través del que, probablemente, sea su mayor reclamo: un diseño de producción y una factura audiovisual a la vanguardia del medio.
En sus primeros minutos de metraje, la obra de Jeff Rowe y Kyler Spears logra aunar en lo que parece un cóctel estético casi imposible la vis más familiar y agradable que asociamos a las tortugas cinematográficas y catódicas con la suciedad y la crudeza que el cómic proyectó sobre la Gran Manzana. Un batiburrillo maravilloso que se ve potenciado por el descomunal trabajo de Mikros Animation y Cinesite.
Quien, juzgando a través de lo mostrado en los tráilers, pueda pensar que nos encontramos ante una simple copia del estilo de animación visto en 'Spider-Man: Un nuevo universo' y su secuela, no podría estar más equivocado. La última 'Ninja Turtles' ha optado por huir voluntariamente de lo digital y del mundo de la viñeta para, a través de un CGI realmente sorprendente, moldear un look que coquetea con el stop-motion y que grita "imperfección" con su acabado más próximo al de un concept art prematuro que al del lienzo más pulcro y detallado.
Pero 'Caos mutante' es mucho más que una cara bonita y una suerte de caos visual ordenado a la perfección. La cinta supone una toma de contacto impoluta con el peculiar cosmos de Eastman y Laird mientras, a su vez, enriquece la relación de los parroquianos expertos en la materia con el mismo gracias a un elemento clave: no olvidar que el nombre completo de los héroes con caparazón comienza con un claro "Teenage".
Con T de Tortuga... y de Teenage
Por primera vez desde que se adaptaron por primera vez sus andanzas en la popular serie de 1987, Leonardo, Donatello, Michelangelo y Raphael han sido abordadas desde una perspectiva puramente juvenil; algo que se ve proyectado sobre el cariz de coming of age de la película con su buena dosis de existencialismo adolescente, sobre unas referencias a la cultura pop del momento que, pese a divertidísimas, reducen drásticamente la fecha de caducidad del producto, y sobre un tono sencillamente perfecto.
Estos 100 ajustadísimos minutos combinan el encanto natural de sus protagonistas con un sentido del humor hilarante que da codazos en todas direcciones sin discriminar por edad; dos puntales esenciales que quedan eclipsados en última instancia por un corazón gigantesco que transforma la el largo en una suerte de feel good movie de esas que te dejan con una sonrisa dibujada en la boca y con una extraña sensación de paz tras el visionado.
Si este cariz de bálsamo para el alma funciona con tanta efectividad es gracias a una narrativa impecable en la que el impepinable dinamismo es sólo la punta de un iceberg que emerge sobre una inmensa masa de emoción. No tenemos más que posar nuestra mirada en la fantástica secuencia que narra el origen y los primeros pasos de nuestros mutantes en el mundo humano para percatarse del mimo volcado no sólo en cuanto a contenido, sino en ejecución, sobre un relato sin nada que envidiar a la filmografía de los estudios de mayor prestigio.
Poniendo un broche de oro a este cúmulo de bondades, no puedo más que quitarme el sombrero ante un surtido de personajes, tanto principales como secundarios, genial —mención especial para la nueva April—, para un reparto cargado de estrellas en estado de gracia en el que deslumbra Ice Cube con su Superfly, y para una selección musical hiphopera de órdago que nos permite, entre otras cosas, ver a las Tortugas Ninja repartir estopa a ritmo de Ol' Dirty Bastard.
A pesar de que, probablemente, encontrará un buen número de detractores entre el fandom de la vieja guardia, 'Ninja Turtles: Caos mutante' es poco menos que un sueño hecho realidad para cualquier fan de Leo, Don, Mickey y Raph que asimile que una franquicia con más de 35 años a sus espaldas necesita adaptarse a los tiempos que corren. Un milagro animado que, entre guiños para expertos y nostalgia bien entendida, nos ha regalado la mejor película de las Tortugas Ninja estrenada hasta la fecha.
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