'Monstruoso', mareante entretenimiento

'Monstruoso', mareante entretenimiento
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‘Monstruoso’ está tocada por la mano de J.J. Abrams y se nota. Todo aquel que sea seguidor de ‘Lost’ (una serie de televisión capaz de lo peor y lo mejor) verá muchas de las constantes de ese tipo, maestro entre los maestros de crear expectación alrededor de un título, tal y como le ha pasado a su producción ‘Cloverfield’, reservando el asiento de director para el televisivo Matt Reeves. La enorme campaña en Internet que ha tenido esta película se ha saldado con un éxito en toda regla, lo cual le ha asegurado una segunda parte que volverá a dirigir Reeves. La pela es la pela.

Un servidor tenía mucho miedo de encontrarse con el timo del siglo, pues si en algo es especialista Abrams es en crear un montón de misterios y no resolver u ofrecer nada. Algo de eso tiene la película, cuya premisa argumental es la de un grupo de jóvenes, a cada cual más imbécil, que huyen despavoridos del ataque de un enorme monstruo a la ciudad de Nueva York. Pero ‘Monstruoso’ también ofrece las dosis justas de evasión y entretenimiento, que suplen en cierta medida las enormes carencias de una historia totalmente esquemática.

‘Monstruoso’ tiene el punto de vista de un tipejo que filma con una cámara de vídeo una despedida que un montón de niños monos y niñas tontas le hacen a uno de ellos, que en vez de luchar por el amor de su vida, acepta un trabajo en casi el otro lado del mundo (no, si los hay gilipollas). Así que al igual que en la estupenda ‘Rec’, asistimos a la grabación de un grupo de personas expuestas a un peligro extremo (aunque no tanto, si el tío no deja de grabar nunca). Y es precisamente en la forma elegida de visualizar la historia, donde a mi parecer ‘Mostruoso’ tiene alguno de sus mayores problemas. Coincido con mis compañeros Juan Luis y Beatriz en que el film produce un mareo equivalente al de una montaña rusa, y es que la película es por momentos una atracción. Aún así, son demasiados los instantes en los que casi no vemos nada, o la cámara se mueve tanto que confunde. Vale que el tipo que lleva la cámara está corriendo por salvar su vida, pero a veces da la sensación de que tanto movimiento y mareo es para ocultar la nada más absoluta. Distraer al espectador (más bien volverle loco) y que no se dé cuenta de que le están dando gato por liebre.

Los primeros minutos de ‘Monstruoso’ son soporíferos, llenos de personajes más planos que una tabla de surf, jóvenes que aún no deben haber abandonado la adolescencia, mentalmente hablando. Por supuesto que en una película de estas características no hay que buscar personajes con una gran profundidad, pero eso es una cosa y otra ponernos de protagonistas a unos cuantos niñatos, cuyas vidas nos importan un comino, y sus reacciones son como para desear que el bicho de marras se los meriende a todos, previo sufrimiento extremo, faltaría más. Afortunadamente, a partir del primer ataque por así llamarlo, la película se centra en lo que se tiene que centrar, y sin ofrecer respiro alguno nos sube a una espectacular noria que da vueltas y vueltas. Dejando a un lado pequeñas tonterías como que cuando un personaje importante muere su novia no le llora ni lo más mínimo, o que ciertos bichejos se cepillan a soldados en un abrir y cerrar de ojos, pero luego no son capaces de resistir los golpes de nuestros protagonistas, ‘Monstruoso’ tiene los elementos característicos de las monsters movies, y durante un buen pedazo de película nos ofrece emoción, aventura y consigue que no no hagamos demasiado preguntas durante el viaje de los personajes centrales. Personajes que no tienen el más mínimo carisma (al que lleva la cámara tenemos que aguantarlo parloteando toda la maldita película), algo en lo que son superados por el bicho y sus “hijos” (algunos parecen salidos de ‘Starship Troopers’), por la cabeza de la Estatua de la Libertad, por las calles, por las piedras, etc.

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Matt Reeves en menos de hora y media consigue entretenernos de lo lindo, dotando al film de ritmo (evidentemente me refiero a la parte de los ataques y la huida). Pero por mucho que nos entretengamos, Reeves no consigue que su película tenga alma propia, le falta pasión y a pesar de lo interesante de algunas ideas (ese edificio apoyado en otro), se le podría haber sacado mucho más provecho a todo. Aún así, tanto Abrams como Reeves merecen un aplauso por echarle valor. Valor por meter a un cacho monstruo en plena ciudad de Nueva York, destrozando todo cuanto hay a su paso, no dar ni una sola explicación (salvo ese plano final en el que hay que estar muy atentos al margen superior derecho de la pantalla), y lograr que nos lo pasemos bien.

Técnicamente la película no tiene reproche, los efectos visuales son buenos, y los breves momentos en los que vemos al monstruo muy espectaculares, aunque servidor echara en falta un poco más de protagonismo del gigantesco visitante. Curiosamente y aún tratándose de un film de Sci-Fi, la película en un claro intento de resultar lo más realista posible, carece de banda sonora, la cual no se echa en falta. Sólo en las títulos de créditos finales suena una impresionante obertura, obra de Michael Ciacchino, que es más espectacular que toda la película, una verdadera delicia para los oídos.

Evidentemente ‘Monstruoso’ no resistirá un segundo visionado (como tampoco lo resisten la mayoría de los episodios de ‘Lost’), pero que me quiten lo bailado. Una correcta película, que en cierta medida recupera el tipo de films de monstruos de los años 50, pero trasladado a los tiempos que vivimos, en los que cada vez más en el cine de género vemos como realidad y ficción quieren unirse. Yo sólo espero que esta manía de la cámara subjetiva no se extienda más de lo debido (aún falta por llegar lo último de Romero y sus zombies), que al final, estas modas terminan cansando tanto como la cámara del pesado protagonista de ‘Monstruoso’.

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