Con la buena acogida de series como 'The good place', está volviendo a resurgir (la mayoría de veces en formato cómico) la exploración de conceptos como la vida después de la muerte, el cielo, la eternidad y las consecuencias de nuestros actos en vida. La última en llegar a España ha sido 'Miracle Workers', protagonizada por Steve Buscemi y Daniel Radcliffe.
La sitcom, original de TBS que en España se puede ver en su cadena hermana TNT, está basada en 'What in God Name' (ahora retitulado para coincidir con la serie) de Simon Rich, quien se encarga de adaptar a televisión tras la buena andadura de 'Man Seeking Woman'.
'Miracle Workers' parte de la idea de que el Cielo es una gran empresa, con miles de empleados/ángeles manteniendo la Tierra. El CEO es, evidentemente, un Dios encarnado por Steve Buscemi que ya está cansado del desastre que es la Tierra y que poca gente le alabe ya, así que decide que es hora de acabar con ella y montar su nueva idea (un restaurante literalmente flotante).
Por otro lado nos encontramos con el infravalorado y sobresaturado departamento de Atención de Plegarias, en el que Craig (Daniel Radcliffe) lleva una eternidad resolviendo pequeñas peticiones fácilmente resolubles sin alterar las leyes de la física (como fundir copos de nieve para que alguien encuentre sus llaves). Algo que no soporta Eliza (Geraldine Viswanathan), recién llegada al departamento con la esperaza de realizar grandes milagros.
Ante la noticia de la inminente destrucción de la Tierra, Eliza y Craig apuestan con Dios que si son capaces de realizar un gran milagro "imposible" (hacer pareja a dos jóvenes terráqueos), el Todopoderoso indultará al planeta. Comienza así una cuenta atrás de quince días que vertebra los siete episodios de la comedia.
Una cuenta atrás con divertidas consecuencias
Así, navegamos entre dos géneros: la sitcom de oficina, con los trabajadores intentando sacar adelante una tarea imposible ante la indiferencia de los de arriba; y, por otro lado, se puede ver como una comedia romántica artificiosa desde un punto de vista tan externo como controlador.
'Miracle Workers' no pretende, para nada, hacer humor a través de cuestiones filosóficas como el concepto de moral, ética y el bien y el mal. No es, en este sentido, un nuevo 'The Good Place' y tampoco lo quiere ser a pesar de tocar temas como el libre albedrío y la libertad de nuestros actos.
Porque claro, Simon Rich aprovecha todos los tópicos de las comedias románticas para ser usados por parte de Craig y Eliza, haciendo que el "destino" junte a la pareja interpretada por Sasha Compère y Jon Bass y tengan ocasión de enamorarse y, por supuesto, besarse. Los ángeles son como nosotros cuando queremos que dos amigos comunes se líen.
Por otro lado tenemos el personaje de Dios, que tiene a un Steve Buscemi que parece que rodaba según salía de la cama. Se le ve muy cómodo y en su salsa haciendo de un ser tan poderoso como incompetente y harto de todo.
La verdad es que 'Miracle Workers' es una sitcom muy agradable que funciona gracias a dos pilares. El primero es un humor medianamente blanco y muy tonto pero preciso y acertado. Es una serie fresca, precisamente, porque huye de la tragedia y del humor para intelectuales del que se peca en ocasiones. El segundo pilar radica en la dinámica de personajes. Craig y Eliza tienen una química encantadora y cada actor está estupendo en su rol.
Quizá lo peor que tiene 'Miracle Workers' es que su humor (casi siempre divertido) resulta a ratos tan tonto y blando que da algo de pena que se quede en lo fácil. Es una comedia muy clásica en todos los sentidos, con sus virtudes y defectos y termina con la sensación de que, aun estando muy bien, podría haber sido mucho mejor.
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