Edward Burns tuvo un prometedor comienzo como director, muchos éramos los que descubríamos un imitador de Woody Allen con estilo propio. Películas como 'Los Hermanos McMullen' o 'Ella es Única' así lo atestiguaban. Después y poco a poco fue bajando el nivel con sus siguientes películas hasta llegar a 'Miércoles de Ceniza', film que rescaté el pasado lunes y que me faltaba en la treyectoria de Burns, realizado antes de 'Looking for Kitty', inédita en nuestro país, y la reciente 'Los Amigos del Novio', que todo el mundo me dice que es muy mala, asi que creo que pasaré por este mundo sin verla. O no. Todo lo malo que me puedan decir de la última película terminada por Burns (está ultimando una nueva actualmente) creo que podría repetirlo yo con creces al respecto de 'Miércoles de Ceniza', film que en nuestro país pasó sin pena ni gloria. De hecho, creo que por cualquier país pasó de esa manera. No me extraña, estamos ante un film verdaderamente malo, que demuestra las limitaciones de Burns como director, y ya no digamos como actor.
No sé como explicar una breve sinopsis de la película sin que me provoque carcajadas el hacerlo, y tampoco quiero desvelar la estupidez de su planteamiento argumental porque es algo digno de verse, de comprobarlo por uno mismo, en serio. Sin desvelar nada sólo diré que la película es sobre dos hermanos, uno de los cuales está desaparecido porque un día mató a tres hombres de una banda. Tiempo después al muy inútil no se le ocurre otra cosa que volverse a pasar por el barrio porque le apetece tomar algo. Literal.
La vergonzosa propuesta que se ramifica en lo evidentemente previsible para cualquiera que tenga cerebro aunque no sepa usarlo, está apoyada por una todavía más vergonzosa puesta en escena del señor Burns, y por su peculiar tratamiento al vestir un thriller de drama intimista al estilo de sus anteriores películas, cosa que hubiera estado muy bien si Burns fuese ese gran director que sus primeros trabajos hacían entrever que sería, cosa que ya sabemos todos que no ha sucedido, ya que en realidad se trataba de uno de esos espejismos que suelen darse cuando un director novel sorprende con una película del agrado de casi todo el mundo.
El caso es que en ese intento de vestir el thriller como un drama o de mezclar ambos géneros Burns fracasa por completo al dotar de un ritmo totalmente equivocado a la historia y no saber por qué decantarse primero. Las conversaciones entre los personjes son aburridas y están metidas a calzador. Las pocas escenas de acción que hay no tienen ni la más mínima personalidad y no casan con el resto de la película. Realmente nada casa en este film que tan solo dura 95 minutos pero que se hace eterno.
En las interpretaciones también hay fallos. Edward Burns puede que nunca estuviera tan mal. Sí, ya sé que es difícil de creer pero es así. No tiene la más mínima capacidad para expresar nignún tipo de sentimiento,y aunque en algunos papeles haya quedado bien en pantalla aquí está realmente mal. Sin embargo el mayor error para mí en cuanto al reparto es el error de casting cometido con Elijah Wood. ¿Alguien se cree a este tío, que todavía tiene pinta de chavalín, como un asesino? Y ahora todos me direis que en la maja 'Sin City' sí os lo creiais, y yo también, pero hay una diferencia enorme entre esa película y ésta, y aquí podreis comprobar de verdad lo mal que está Wood en la piel de un personaje que se supone tiene grandes problemas internos. No estamos hablando del típico papel de asesino a sangre fría, sino de algo mucho más complejo y creo que Wood no tiene el carácter necesario para afrontar con éxito un papel que sin duda le queda grande.
En la película también sale la deslumbrante Rosario Dawson, pero apenas tenemos tiempor de disfrutar de ella, entre otras cosas porque Burns desaprovecha poe entero a todos los actores y no hay un buen tratamiento de los personajes.
Una pérdida de tiempo en todos los sentidos, aunque peores películas he visto, eso es cierto, pero desde luego este film invita a desconectar totalmente de la carrera del señor Burns, incapaz de volver a llamar la atención como hizo en sus inicios.