Aunque parece que en los últimos tiempos se sobreutiliza la expresión "esperada adaptación", estamos en una época en la que pocas cosas pueden encajar mejor a la hora de hablar de series como 'La materia oscura' ('His dark materials'), ambiciosa coproducción entre BBC y HBO que llega hoy domingo a Reino Unido y podremos ver mañana en HBO España.
Basada en la trilogía homónima de Philip Pullman, la serie comienza con Lord Asriel (James McAvoy), aventurero explorador científico dejando al cuidado del Master del Jordan College de Oxford (Clarke Peters) una bebé. Años más tarde el bebé lleva por nombre Lyra (Dafne Keen), deseosa por salir de allí para viajar al Norte con su tío, que acaba de hacer un descubrimiento que se podría considerar herético.
La vida de Lyra cambiará cuando es admitida como pupila de la siniestra Mrs. Coulter (Ruth Wilson) una brillante académica con intenciones ocultas y lazos con el Magisterio, justo cuando se produce la desaparición de Roger, el mejor amigo de Lyra, por parte de los gobblers, que tienen todo un grupo de niños secuestrados.
El ABC de la fantasía juvenil
Habiendo visto los cuatro primeros episodios, los mayores problemas de 'La materia oscura' vienen de su carácter de fantasía juvenil. Algo oscura, sí, pero juvenil. Una vocación que me parece más que digna pero que en su ejecución peca de unas nada sutiles aristas y costuras que suelen disimularse más en las obras dirigidas a un público más adulto.
Por un lado tenemos que el guion de Jack Thorne (responsable de 'Harry Potter y el legado maldito') nos pone las cosas de frente: estamos en un mundo "parecido al nuestro" y la protagonista es "la elegida" por una ancestral profecía. Eso desde el minuto uno. Lo tomas o lo dejas. Un "sota, caballo y rey" de la fantasía juvenil.
En ese punto de falta de sutileza (me imagino que causada por la obra original) también se encuentran los paralelismos entre el Magisterio y la Iglesia (solo les falta hacer la señal de la cruz y poca cosa más), parecido que ya cuando se estrenó 'La brújula dorada' causó gran controversia; los de los gyptians con el pueblo gitano/romaní; pero, sobre todo, el blanco y negro de los personajes y el aparente bien vs mal que nos encontramos.
Claro que, teniendo en cuenta que la trilogía es a su vez una especie de "reimaginación inversa" de 'El paraíso perdido' de Milton (un poema épico sobre La Caída de Adán y Eva), todo adquiere un sentido del árbol del conocimiento (prohibido) y del bien y del mal.
En 'La materia oscura' estos temas se expanden al "mundo de los niños" vs. "mundo de los adultos", también todo un gran tropo del género juvenil o, al menos, de las historias protagonizadas por prepúberes.
Un acertadísimo reparto
Donde más acierta 'La materia oscura' es en su reparto. Todos logran representar a la perfección los matices de sus personajes y los hacen suyos. Incluso el personaje de Lin Manuel Miranda (a quien no vemos hasta el comienzo del cuarto) parece estar hecho completamente para él.
La pasada primavera leí a alguien hablando de la última temporada de 'Juego de Tronos' quejarse sobre cómo era posible tan alta cota de producción, dirección y actuación al servicio de un guion mediocre. Podemos estar de acuerdo o no con esa afirmación referida a la creación de Martin, pero creo que puede describir bien lo que pasa con la serie que nos ocupa.
El primer episodio de 'La materia oscura' es duro de ver por cómo machaca la presentación del mundo. Una vez superada esa primera hora sí que se ve algo más prometedor y rico, pero la falta de sutileza de la que hablaba antes hace que por un lado la historia sea más plana de lo deseable y, por otro, los giros se ven venir a kilómetros de distancia, lo que la hace algo aburrida.
Sin embargo y a pesar de sus fallos, creo que la serie tiene claro cuál es su público. Combinando un rico y fascinante mundo con unos personajes estupendos, no me cuesta imaginarme tanto a los fans del género como a las nuevas generaciones viendo y disfrutando esta adaptación.
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