‘Gravity’ e ‘Interstellar’ han demostrado bien recientemente que el público tiene un gran interés hacia las propuestas ambiciosas de ciencia-ficción, por lo que era de esperar que los ejecutivos de Hollywood se interesaran por ‘El Marciano’, una aclamada novela que Andy Weir, su autor, empezó publicando de forma gratuita en su web antes de empezar a venderlo en Amazon. El éxito no tardó en llegar y seguro que muchos de vosotros ya habréis oído hablar de él a vuestros amigos más aficionados a la lectura.
Por mi parte, he de reconocer que al enterarme de que preferí dejar de lado el original literario al enterarme de que se estaba preparando una adaptación cinematográfica. El motivo principal es que no quería ver lo nuevo de Ridley Scott y estar constantemente haciendo comparaciones con el libro de Weir, y me alegro de haberlo hecho, ya que ‘Marte (The Martian)’ es una película magnífica y la obra de su director con la que más he disfrutado en un primer visionado por mucho que diste mucho de ser uno de sus trabajos más personales.
’Marte (The Martian)’, sobresaliente aventura espacial
Hay muchas cosas que diferencian a ‘Marte (The Martian)’ tanto de ‘Gravity’ como de ‘Interstellar’, pero la más importante es que estamos ante una película optimista, un cálido abrazo cinematográfico en el que la verdadera raíz de su componente emocional no está en lo que sucede –y cómo es presentado-, sino en lo que eso aporta a los personajes, en especial a un personaje protagonista con el que ya no es que te encariñes, pues el inspiradísimo guión de Drew Goddard y la estupenda interpretación de Matt Damon consiguen que te impliques de forma incondicional y que lo vivas todo como si fueras él.
Esa vitalidad que desprende la película da pie a que dentro de su apuesta por la ciencia-ficción se consiga un excelente equilibrio entre drama y comedia para que la aventura espacial se convierta en un viaje emocional mucho más cercano que el propuesto por Christopher Nolan en ‘Interstellar’. Aquí es cierto que se introducen varios conceptos técnicos, pero se hace desde la sencillez y procurando mantener siempre un acertadísimo sentido del humor –hay infinidad de ejemplos como, por ejemplo, la explicación que da el personaje de Donald Glover sobre su plan- que ayuda a que la inmersión sea total, favoreciendo así que llegue a dejarte con la piel de gallina y con el corazón en un puño cuando el suspense y la acción pasan a primer plano.
Por ello, considero muy acertada la decisión de Scott de no querer marcar demasiado su presencia, evitando así cualquier tipo de riesgo formal. Esto es algo que molestará a algunos, pero es que ‘Marte (The Martian)’ es una película que ante todo requería un ritmo ágil, unas transiciones fluidas entre las historias de los diferentes personajes, una eficiente atención al detalle sin obsesionarse con ellos y un director que supiera extraer todo el potencial visual a las escenas ambientadas en el planeta rojo sin caer en el vacío paisajismo. Todo eso lo consigue Scott, quien muestra una confianza total en el libreto de Goddard y el buen hacer de todo su reparto. Así sí.
Cine comercial de primera categoría
No me sorprendería leer algunas quejas incidiendo en la falta de profundidad de los personajes más allá del Mark Watney de un Matt Damon que consigue que incluso sintamos la necesidad de que logre sobrevivir. La cuestión es que en ‘Marte (The Martian)’ hay muchos personajes necesarios para mantener la verosimilitud de la historia y cada uno de ellos aporta exactamente lo que la película necesita para contarnos la historia del protagonista. ¿Que muchos de los actores tienen talento para ofrecernos interpretaciones mejores? Pues sí, pero aquí dan todo lo que se requiere de ellos y personalmente no me pareció que estuvieran siendo desaprovechados.
También hay espacio para la utilización de varios lugares comunes, aunque al menos no caen en el error de darle una esposa e hijos al protagonista –y tampoco entran demasiado en un dolorosa soledad, pero eso es algo que el propio personaje necesita para seguir adelante-, ya que por ahí hubiera surgido un desequilibrio dramático muy importante teniendo el tono –relativamente- ligero que domina en todo momento, pues, como ya he dicho, aquí impera el optimismo –si quieres algo más oscuro, ‘Marte (The Martian)’ no es para ti-, lo que da pie a tantos momentos graciosos que por esa vía se puede decir sin miedo que estamos ante una de las películas más divertidas del año.
Ese tono humanista –y algunas decisiones que leídas sobre el papel pueden sonar absurdas pero que en la película funcionan de maravilla- es precisamente lo que consigue que los tópicos se conviertan en un recurso efectivo en lugar de un lastre, pero es que además hay suficientes sorpresas por el camino –ya os aviso que al final todo se convierte en una sucesión de planes para rescatar a Watney que, por un motivo u otro, se complican demasiado- para mantener la emoción. Todo ello aderezado con un acabado visual de primera y consiguiendo que incluso recursos manidos –y normalmente un tanto odiosos- como cierto montaje musical cumpla su función con inesperada eficacia.
En definitiva, ‘Marte (The Martian)’ es una película excelente y con corazón que aborda un relato de supervivencia desde un lado optimista y luminoso, lo cual permite que su faceta más cómica funcione de forma brillante. Además, el guión funciona a las mil maravillas y el reparto está a la altura, sobre todo un extraordinario Matt Damon. Por si fuera poco, es una propuesta ideal para cualquier tipo de público que encima deja aún más al descubierto las limitaciones de la otra endeble superproducción americana que hay en los cines. No os la perdáis.
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