Es un poco injusto utilizar este baremo, pero siempre pienso mal de toda película de la que por un motivo u otro sé que no se ha hecho pase de prensa, y casos más o menos recientes como el de la soporífera 'La leyenda del samurái' ('47 Ronin', Carl Rinsch, 2013) poco ayudan a que no piense de esa manera. ¿Quizá sea una estrategia en casos extremos para evitar una avalancha de comentarios negativos antes de su estreno para ver si así la gente no se entera de ello?
El motivo de esa brevísima reflexión es que de 'Maléfica' ('Maleficent', Robert Stromberg, 2014) no llegó a hacerse un pase de la película completa para los críticos en España y aunque tenía serias dudas sobre que pudiera salir algo interesante de ahí, preferí pensar que sería que habían llegado un poco justos para terminarla de cara a su estreno mundial. Puede que sea el caso, pero eso no quita que estemos ante una insultante revisión del cuento que Disney ya había abordado en 1959.
La horrible reinvención de 'Maléfica'
Me gustaría confesar que nunca he sentido especial predilección hacia 'La bella durmiente' ('Disney's Sleeping Beauty', Clyde Geronimi, 1959) y que, por tanto, tampoco quería una vulgar reproducción de lo ya visto en ese clásico animado, aunque tampoco estaba muy por la labor de sufrir una reinvención sin alma como la que hizo Tim Burton en 'Alicia en el país de las maravillas' ('Alice in Wonderland', 2010), la gran culpable de la existencia de la cinta que ahora nos ocupa. Ojalá se hubiese parecido, que siempre será ser anodino a resultar hasta ofensiva a la inteligencia.
'Maléfica' falla ya desde su mera concepción, ya que para contarnos la historia desde su punto de vista se han hecho tales sacrificios que llega un punto en el que yo fui incapaz de seguir aceptándome su, por así llamarlo, mitología para convertir al personaje interpretado por Angelina Jolie en la víctima y heroína del relato. Flaco favor se ha hecho a sí misma y a esa idea tan extendida de que es más una estrella que una auténtica actriz, porque la idea dominante es que Maléfica te tiene que caer bien, cueste lo que cueste el lograrlo.
El primer sacrificio que se hace para ello está en todos los personajes que no sean Maléfica, ya sea para convertirlos en pánfilas de mucho cuidado como sucede con Cenicienta Aurora -Elle Fanning bastante hace con ajustarse con dignidad a un rol tan poco estimulante-, tiranos sobreactuados como el rey -aparte empiezo a perder la fe en el talento de Sharlto Copley-, pamplinas de relleno como el príncipe -Brenton Thwaites parece directamente tonto- o poco afortunados secundarios para añadir un poco de comedia al relato. Desastre tras desastre.
Está claro que Angelina Jolie sale muy beneficiada en comparación y no pondré pega alguna a quien se atreva a decir que se come con patatas a sus compañeras de reparto, pero lo hace por deméritos suyos, tanto por las pobres actuaciones que ofrecen como por lo deficientes que resultan sus personajes. Sobre Jolie, a ratos salva la papeleta tirando de carisma, pero también se hunde en la mediocridad cuando el guión de Linda Woolverton pierde el norte y hace auténticas locuras con su personaje para alejarlo de la oscuridad y que pueda ser visto incluso como un modelo a seguir.
¿Pero esto qué es?
Durante varios minutos me sorprendí a mí mismo pensando que 'Maléfica' no estaba tan mal, ya que el diseño de producción era suficientemente vistoso -aunque nada particularmente llamativo-, la historia avanzaba a buena marcha y los numerosos detalles molestos -la saturación ocasional de efectos visuales, las dudas sobre lo que realmente nos quiere contar y lo ya comentado sobre sus personajes- no conseguían serlo tanto como para que sufriese viendo la película o me molestara lo que sucedía. Una reinvención olvidable de la que hasta podía entenderse el éxito que ha acabado teniendo.
La clave está en un importante cambio que no revelaré, pero que resulta decisivo para entender lo que quiere hacerse con Maléfica en la película, una brutal alteración de cómo conocíamos al persona que tenía que hacerse con mucho talento y de forma muy trabajada para que no despertase el odio de muchos. No es el caso, ya que se entra a lo bruto en ello, justificándolo de mala manera y dando paso a una batalla final en la que estaba ya tan indignado que poco me importaron los excesos visuales o las lagunas del guión. Todo vale si hay gente dispuesta a aceptarlo.
Tampoco es que el debutante Robert Stromberg ponga nada de su lado desde la puesta en escena para mitigar mi indignación -de hecho, hay hasta algunos momentos en los que no sé si es que ha sido extremadamente torpe o que se rodó algo a deshora y que quizá no pudieran contar con él, por lo que fue sustituido por el primero que pasara por allí-, pero no le culpo, ya que da la sensación de que todos los implicados se han dejado dominar por la pereza, siendo la banda sonora de James Newton-Howard otra buena prueba de ello.
En definitiva, 'Maléfica' es una mala película que se convierte en un indignante desastre durante su última media hora -ojo, que no llega a los 90 minutos de metraje-, aunque quienes estén dispuestos a aceptar con fe ciega su perspectiva sobre el cuento de Perrault quizá hasta puedan disfrutar con ella, aunque incuso así haya desajustes notables. Por mi parte, la conclusión es que ojalá no la hubiera visto.
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