'Malditos vecinos', sorprendentemente divertida

'Malditos vecinos', sorprendentemente divertida
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A finales del año pasado escribí un artículo sobre diez grandes comedias de lo que llevamos del siglo XXI y me costó más de lo que esperaba, ya que empiezo a temer que las realmente divertidas van camino de ser una especie en peligro de extinción. Sin embargo, me niego a perder la esperanza en que de vez en cuando aparezca una comedia con la que me ría en infinidad de ocasiones durante su visionado.

La esperanza es lo último que se pierde y tengo que reconocer que sentía curiosidad hacia 'Malditos vecinos' ('Neighbors', Nicholas Stoller, 2014), una película que a priori parece el prototipo ideal de comedia que arrasa en Estados Unidos y que pasa desapercibida en el resto del mundo. Espero que no suceda lo segundo, pues ha sido toda una sorpresa, ya que es una película muy divertida, con la que nunca te aburres y que maneja muy bien todos los tipos de humor que utiliza.

'Malditos vecinos', risas de todo tipo

Zac Efron, Seth Rogen y Rose Byrne en

No tengo ningún problema con el humor escatológico, pero sí con la forma en la que suele emplearse, ya que es muy fácil caer en unos excesos que aniquilan toda la gracia que pudiera tener el gag sobre el papel. Es por ello que lo más recomendable es simultanear bromas de todo tipo para crear un clima de diversión que predisponga más al espectador a reírse con cosas que en otro contexto podrían parecerle una burda tontería. El primer gran triunfo de 'Malditos vecinos' es conseguir ese equilibrio.

Ir mencionando títulos de los que 'Malditos vecinos' bebe de una forma u otra me llevaría a llenar demasiado líneas sólo para ello, por lo que considero más conveniente señalar que es una película que utiliza al mismo tiempo los excesos universitarios, los problemas con los vecinos, la crisis de la madurez y la parodia --antológico el momento Robert De Niro--, consiguiendo así mantener siempre su naturaleza gamberra --y políticamente incorrecta--, pero sin renunciar a una pequeña dosis de reflexión no muy alejada de las propuestas por las cintas hechas por Judd Apatow o alguno de sus secuaces habituales.

Está claro que no todos los gags funcionan igual de bien, pero en todo momento dan la sensación de formar parte de un todo perfectamente medido y hay ocasiones en la que la implicación del reparto consigue elevar el material que tienen muy por encima de lo que habría hecho una comedia que lo confiase todo a la eficacia de un puñado de gags. Aquí no sucede eso, ya que 'Malditos vecinos' es una comedia constante en la que no hay espacio para altibajos motivados por intentar hacer que los personajes avances con islotes dramáticos en vez de hacerlo a partir de sus propios actos.

El ritmo ideal

Seth Rogen y Rose Byrne en

Uno de los grandes problemas de muchas películas actuales que duran mucho más de lo que necesitan para contarnos su historia, algo que resulta especialmente grave en el caso de las comedias, pasando así de la diversión al agotamiento. Es muy de agradecer que 'Malditos vecinos' no caiga en ese error, ya que tiene la duración adecuada y el ritmo perfecto para llegar hasta el final sin caer en la repetición --apenas recuerdo un gag que se utilice más de una vez, y está justificado-- o perder ni un ápice de su frescura.

Para ello resulta clave que los debutantes Andrew J. Cohen y Brendan O'Brien consigan una gran diversidad cómica --hays gags verbales, situaciones de humor físico, bromas más visuales, etc.-- en su guión sin dejarse llevar en ningún momento por abusar de determinadas situaciones, estropeándolas. Todo está muy bien medido y Nicholas Stoller también controla la situación con mano de hierro desde la puesta en escena y deja la suficiente libertad a los actores para que puedan lucirse, pero sin canibalizar lo que se nos está contando, lo cual hace que hasta los personajes más secundarios tengan su particular momento de gloria.

'Malditos vecinos' es tan excesiva como controlado está todo y maneja los cambios de tono como muy pocas comedias americanas lo han hecho en los últimos años. Abraza el lado más absurdo de la historia, pero al mismo tiempo cuenta con unos personajes muy humanos, evitando así que la cosa se desmadre más de la cuenta e implicando al espectador en la, eso sí, sencilla evolución de la historia.

Además, no cae en el error de caricaturizar en exceso a sus protagonistas --o de hacerlos demasiado perfectos, que me temía una errónea tendencia a la glorificación en el caso de Seth Rogen, algo bastante habitual en sus incursiones cómicos y que no siempre funciona igual de bien---, pero sí les da ese puntito desenfadado para que tampoco lleguen a resultarnos patéticos en su peculiar batalla generacional.

Escena de la película

En definitiva, 'Malditos vecinos' es la película que tenéis que apuntaros si os apetece ir al cine a ver una comedia muy divertida con la que en ningún momentos os vais a aburrir. La implicación de sus protagonistas --en especial, y nunca creí que fuera a decir esto, un estupendo Zac Efron--, la variedad de las bromas --y la falta de miedos para ser políticamente incorrecta en todo momento--, el hecho de que tenga el ritmo y tono adecuados y que no se alargue más de la cuenta son otros de sus grandes atractivos.

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