El nombre de Steven Knight quizá no os diga nada en principio a la gran mayoría, pero fue uno de los creadores del exitoso concurso televisivo '¿Quién quiere ser millonario?' antes de iniciar una carrera en el mundo del cine, medio en el que empezó a destacar gracias a su guión para la notable 'Promesas del este' ('Eastern Promises', David Cronenberg, 2007), debutando en la dirección el año pasado con la decepcionante 'Redención' ('Hummimgbird', 2013).
'Locke' (2014) es su segundo trabajo tras las cámaras y para ello ha contado con un aliado de lujo den Tom Hardy, único actor al que vemos en pantalla durante su ajustado metraje. Ya en su tráiler pudimos ver que se trataba de una obra especial que se iba a desarrollar en su integridad en el interior de un coche, un experimento tan atractivo como peligroso. Una vez vista, podéis olvidar cualquier miedo que tuvierais hacia ella, ya que se trata de un poderoso thriller que bien merece nuestro tiempo.
La solidez de 'Locke'
Cintas como 'Warrior' (Gavin O'Connor, 2011) o 'El caballero oscuro: La leyenda renace' ('The Dark Knight Rises', Christopher Nolan, 2012) nos han permitido ver el crecimiento como actor de Tom Hardy, pero es en 'Locke' donde demuestra que puede sostener el peso dramático de una película saliendo airoso del envite. Cierto que cuenta con la posibilidad de interactuar con otros personajes mediante diversas llamadas telefónicas, pero es él quien da la cara en todo momento, teniendo que reaccionar de forma acorde a lo que sucede y bordándolo en este punto.
Sin embargo, Hardy lo tendría muy difícil para ofrecer una interpretación tan sólida sin tener a su disposición un guión consistente que le permite evolucionar tanto a él como a sus problemas de una forma tan sostenida como interesante -aquí no hay grandes altibajos según la historia que toque en ese momento-. Llama la atención que sean precisamente los momentos de soledad donde el libreto de Knight muestra ciertas debilidades, las cuales alcanzan su máxima expresión cuando el protagonista ha de lidiar con un trauma del pasado que ha estado atormentándolo toda su vida. Es una mancha importante, pero que no llega a cargarse la película.
Si os soy sincero, esperaba que 'Locke' fue una especie de versión microscópica de la excelente '¡Jo, qué noche!' ('After Hours', Martin Scorsese, 1985), es decir, que su protagonista fuese sorteando cada vez mayores problemas y se acabase formando tal lío que se queda en una especie de callejón sin salida. Sin embargo, aquí lo físico deja su espacio a lo psicológico y todos los conflictos del protagonista se plantean bien pronto y se desarrollan con paciencia, sencillez y talento. Se trata de un hombre que está pasando la peor noche de su vida, pero no por ello va a dejar de actuar con cordura.
También me gustaría desterrar los miedos que podáis tener hacia la posibilidad de que 'Locke' sea una película destinada para el lucimiento personal de Tom Hardy y que el trabajo de puesta en escena resulta intrascendente. Quizá fruto de la casualidad -tenían que parar el rodaje cada 30 minutos para sustituir la tarjeta de memoria- o puede que resultado de una decisión muy meditada por parte de Knight, pero los encuadres de cámara resultan vitales en muchas ocasiones para matizar las emociones del protagonista o para mantener el tono de tensión que domina toda la película.
Mucho mérito tiene también que el grueso del rodaje se desarrollara durante apenas cinco días, ya que además la intensidad resultante de ello se traslada a la pantalla y, sobre todo, a las reacciones gestuales de un entregadísimo Tom Hardy. Justo es reconocer que a la película le falta en todo momento esa chispa de genio para que su notable nivel pase a ser memorable, pero no hay realmente nada de malo en ello, pues queda la sensación de que estamos viendo la película que todos sus implicados querían hacer.a
En definitiva, 'Locke' es un estimulante ejercicio audiovisual que cuenta con una gran actuación de Tom Hardy y la duración justa y necesaria para contarnos la historia ideada por Steven Knight. Sí que hay errores, y lo más molesto de todo es que el relieve dramático que añaden es insuficiente para compensar su presencia, por lo que seguramente lo más acertado hubiera sido no incluirlo, y le falta algo para ser realmente memorable, pero a nadie debería amargarle una muy buena película como esta.
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