'Kinds of Kindness' permite a Yorgos Lanthimos sacar su lado más perverso y único... aunque se esfuerza demasiado en que lo notes

'Kinds of Kindness' permite a Yorgos Lanthimos sacar su lado más perverso y único... aunque se esfuerza demasiado en que lo notes

Jesse Plemons, Emma Stone y Willem Dafoe brillan con luz propia en esta antología de la dominación que devuelve al director a sus orígenes

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Kindness

No hay tantos puntos en comparación como cabría esperar entre el Yorgos Lanthimos que en 2009 sorprendió al mundo con 'Canino' y el que, en 2018, fue nominado al Óscar por 'La favorita'. Muchos creímos que Hollywood había conseguido domar su creatividad enfermiza y sus perversas relaciones parasociales, pero si 'Pobres criaturas' no era suficiente declaración de intenciones, 'Kinds of Kindness', desde luego, lo es. Se trata de una película destinada conscientemente a crear rupturas y extremos: raro será aquel que se quede en el medio de este monumento erigido a la dominación extrema.

Akinds no hay quien viva

En sus momentos más pérfidos y sutiles, 'Kinds of Kidness' es puro Lanthimos, con esos planos y movimientos de cámara marca de la casa que tanto aman unos y odian otros. Al director no parece importarle ni tiene ningún interés por contentar a todos en una película tan pretendidamente extrema que, en ocasiones, parece demasiado pensada y preparada para sorprender, ofuscar y subrayarse a sí mismo como un autor revolucionario.

En el fondo, esta película es un poco como retomar una afición que tenías olvidada desde hace tiempo y tratar de que no se note que has perdido el toque. En ocasiones, de hecho, se percibe que Lanthimos se está empujando a sí mismo a la transgresión más incómoda, de manera poco natural. El resultado final es, por momentos, excesivamente pueril, como un niño que dice una palabrota por primera vez delante de sus padres consciente de que se ha pasado de la raya.

Eso no significa que Lanthimos no tenga momentos de grandeza, claro, especialmente en su primera historia, 'La muerte de R.M.F', en la que explora mejor que en ninguna otra los límites de la sumisión con un Jesse Plemons excelso sintiendo el vacío interior de tener que pensar por sí mismo, reclamando la servidumbre, luchando por sentirse necesario y amado aunque sea traspasando sus propios límites. Es un mediometraje magnífico, un guion profundo y al mismo tiempo juguetón en el que se nota más que nunca un retorno a la norma. A la extraña, enfermiza e innatural norma.

¡Corten!

A partir de esta primera historia, el director coquetea con la ciencia-ficción y la paranoia en dos segmentos menores (especialmente el tercero, que debería haberse explicado mejor en un largometraje aparte) que basan su mera existencia en el "shock value". O sea, provocar una reacción de asco o estupor en el espectador. Funciona en su mayor parte, pero es inevitable percibirlo forzado, como exigiéndose a sí mismo más de lo que quiere dar para demostrarle al mundo que sigue siendo el director underground de sus inicios.

A su lado en estas tres historias unidas entre sí sin ningún tino (son, literalmente, tres mediometrajes que comparten tan solo temática general) el reparto destaca con una lucidez única, aportando una rareza tangible a la cinta. Emma Stone, Jesse Plemons y Willem Dafoe (en menor medida) hacen tres -bueno, nueve- de las mejores actuaciones del año haciendo gala de su poder camaleónico, el atrevimiento continuo y su amor por el exceso. A 'Kinds of Kidness' se le pueden poner muchas pegas, pero no respecto a su elenco, que está absolutamente magistral.

Kidness

También es cierto que criticarla con dureza es un sinsentido: al fin y al cabo, el propio Lanthimos parece habérsela tomado como un juego consigo mismo, un puzzle que tan solo él puede (y probablemente quiere) descifrar, un desafío al público mainstream que le ha seguido desde 'La favorita' obligándoles a dar un doble mortal al vacío en cada escena. Nunca sabes lo que va a ocurrir después, hasta dónde va a llegar su vileza audiovisual, poniendo como única máxima la sorpresa continua que dura incluso después de los títulos de crédito del último segmento, con un irónico final que es difícil apreciar correctamente con el cansancio acumulado de dos horas y 45 minutos de puro Lanthimos sin ataduras.

Lanthimos un hurra por su director

A lo largo de estos 165 minutos, que tienen la virtud de no hacerse eternos gracias a la variedad y el asombro constante, el director trata de empujarnos a un pozo de locura y sordidez sin dejar nada a lo que agarrarnos. Tristemente, no lo consigue del todo, y se le ven las costuras, especialmente en una tercera historia que se nota poco madurada y perdida en su propio trasfondo.

Eso no significa que deje de ser disfrutable en todo momento, pero es inevitable sentir con cierta tristeza que no llega a cubrir las expectativas, quizá demasiado altas, puestas en él. Tampoco es que a Lanthimos le preocupe demasiado: 'Kinds of Kindness' es, ante todo, una película libre, el tipo de cine que disfruta haciendo. Fallida, sí, pero sin ningún productor exigiendo cambios para llegar a todo el público. Porque esta comedia negrísima e inclasificable no tiene ninguna intención de gustarte, ni tan solo de caerte bien. Tan solo quiere ser ella misma. Y eso, en tiempos de una corrección estilística abrumadora, es digno de aplauso, reverencia y admiración.

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