Catorce años tuvieron que pasar para que Universal relanzase la saga ‘Parque jurásico’ con ‘Jurassic World’, un bombazo que llegó a convertirse en la tercera película más taquillera de la historia -en la actualidad ocupa el quinto puesto-. Estaba cantado que la quinta entrega iba a tardar en llegar mucho menos que la cuarta y finalmente es este 7 de junio cuando ‘Jurassic World: El reino caído’ llega a los cines españoles.
La película cuenta además con el aliciente de la presencia detrás de las cámaras de J. A. Bayona en la que es su primera superproducción. Hasta ahora había sabido manejarse con presupuestos medianos en títulos más personales como ‘Lo imposible’ o ‘Un monstruo viene a verme’. Aquí demuestra su solvencia en un título de estudio que además de ser su película que más he disfrutado también es la mejor secuela de la franquicia aunque por poca diferencia.
No han reparado en gastos
En la actualidad existe una aparente necesidad a ser cada vez más espectacular y eso es algo que también se percibe en ‘Jurassic World: El reino caído’, donde la acción tarda muy poco a pasar a primer plano, dejando cualquier cosa parecida al desarrollo de personajes de lado. No es raro que esto suceda en títulos así, pero sí conviene señalar que es algo mucho más acusado que en la anterior entrega, por lo que las revelaciones del guion nunca consiguen la fuerza buscada, aunque al menos algo añaden.
Teniendo en cuenta ese importante detalle, lo que nos queda es la naturaleza de ‘Jurassic World: El reino caído’ como mastodóntico espectáculo que ya en su efectivo prólogo marca las líneas maestras a seguir: más dinosaurios, más destrucción y más efectos especiales. ¿Qué es lo que le queda entonces a Bayona para intentar que conectemos a nivel emocional de alguna forma con la película? La idea de que sintamos pena al ver cómo los dinosaurios pueden llegar a extinguirse.
Como era de esperar, las especies depredadoras son las que tienen una mayor importancia y se da un paso más allá en la idea del hombre jugando a ser Dios para así dar algo más al espectador, pero también hay algo de tiempo para tratar a los dinosaurios como algo más que máquinas de matar, incluyendo una breve y dramática escena que estoy convencido de que Bayona disfrutó mucho cuando la magia del ordenador la hizo realidad.
Esos pequeños detalles ayudan a que la película no se convierta en un espectáculo aparatoso sin nada que aportar, y es que argumentalmente tampoco termina de ofrecer nada nuevo. Los puntos de contacto con ‘El mundo perdido’ (‘The Lost World’) son evidentes, por lo que no se preocupan lo más mínimo en dar cierta entidad a los villanos, centrándose en una idea más general sobre qué puede deparar el futuro tanto a los dinosaurios como a la humanidad.
‘Jurassic World: El reino caído’, un buen pasatiempo veraniego
Eso permite a Bayona jugar un poco con la percepción que tenemos de ellos, incidiendo bastante en ello a partir de la figura de Blue, el velociraptor que mantiene una relación especial con Owen (Chris Pratt). A partir de ahí se amplía un poco la mitología de la saga y se plantea un escenario interesante para la inevitable tercera entrega. De hecho, suena mejor lo que podría suceder aquí que lo que vemos en ‘Jurassic World: El reino caído’.
No obstante, la película tiene mucho de interminable correcalles, incluso cuando la acción pasa a espacios cerrados. Esto último ayuda a que no llegue a hacerse repetitiva, provocando así la desconexión del espectador, y que uno asista con agrado a la sobredosis de destrucción muy bien orquestaba por Bayona, un realizador al que técnicamente pocos reproches podía ponerle hasta ahora y que aquí vuelve a exhibir sus virtudes en esa faceta.
Donde sí pincha un poco es en la utilización de los dos protagonistas, uno de los grandes reclamos de la función. Al principio juega bien con la dinámica entre ambos, pero luego ese toque a caballo entre lo gamberro y lo cómico de Pratt se pierde por el camino. Quizá sea su forma de intentar potenciar el dramatismo -aunque curiosamente el mejor momento del personaje tiene un claro elemento cómico-, pero ahí sí sale perdiendo respecto a su predecesora.
Por lo demás, se notan los tímidos intentos de Bayona por desmarcarse de realizar un blockbuster al uso, pero tampoco esperéis nada en la línea de sus anteriores trabajos. Aquí demuestra estar a la altura de un reto de enormes proporciones y adopta una postura más relajada. A fin de cuentas, ‘Jurassic World: El reino caído’ es una cinta para disfrutar en el cine con un buen bol de palomitas y puede que no sea memorable como tal, pero sí más que cumplidora.
En definitiva, ‘Jurassic World: El reino caído’ es un buen pasatiempo veraniego que mejora ligeramente respecto a la anterior entrega y nos plantea un futuro para la saga que al menos generará cierta curiosidad en el público. Por el camino, muchos dinosaurios, persecuciones y destrucción. Muy lejos de ‘Parque jurásico’, pero a mí entender suficiente para erigirse como la más disfrutable de sus continuaciones.
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