¿A alguien le cae mal John Cusack? No creo exagerar si afirmo que el intérprete natural de Illinois es uno de los actores de toda la entera historia del cine que mejor caen al público o una buena parte del mismo, así como suena. No estoy diciendo que Cusack sea un brillante actor que a todos deja maravillados, ni de lejos, pero hay algo en su forma de actuar, de enfrentarse con cierta naturalidad a sus personajes, sean del tipo que sean —y los hay bien diferentes a lo largo de su filmografía— que despiertan todas mis simpatías hacia un actor que, eso sí, muchas veces no ha sabido elegir con tino el tipo de película en el que se ha metido. En cualquier caso si en una película está John Cusack creo que es más que suficiente para al menos dedicarle un visionado aunque el film en sí nos horrorice, nos disguste, nos encante o lo que sea que nos produzca.
Aunque parezca mentira además Cusack trabaja en los últimos años incansablemente. En este 2013 ha intervenido nada menos que en siete películas, siendo el protagonista central en la mayoría de ellas, y al igual que otras de años anteriores nos han llegado con cuentagotas, claro que ¿cuál fue la última película digamos memorable en la que intervino Cusack? Yo me tengo que remontar a hace ya trece años con cierta maravilla dirigida por Stephen Frears, y si hablamos de un taquillazo tenemos ese despropósito dirigido por Roland Emmerich en el 2009. Curiosamente su presencia en 'Grand Piano' (id, Eugenio Mira, 2013) no es de lo más comentado de la cinta, y su imagen en la misma juguetea un poco con las del par de películas que comento a continuación, ambas olvidables, ambas inéditas en salas comerciales en nuestro país y en ambas Cusack da vida a dos asesinos con muy diferentes motivaciones para quitar la vida.
'Caza al asesino'
(From here to the end, Spoilers) 'Caza al asesino' ('The Frozen Ground', Scott Walker, 2013) une a John Cusack con otro incansable actor, el mítico Nicolas Cage. El primero en el caso de un asesino en serie que quitó la vida a un montón de chicas durante años hasta que una de sus presas logró escapar. Basada en hechos reales el film desaprovecha en gran parte un material realmente atractivo tal vez por ceñirse únicamente a los hechos conocidos. Si bien hay cierta ambientación en los paisajes nevados que provocan cierta angustia y la investigación policial está resulta con ritmo, todo pierde un poco de fuelle en el enfrentamiento psicológico entre policía y asesino cuando éste es arrestado. No es que Cage y Cusack puedan ofrecernos un duelo interpretativo de altura, pero un poco más de pasión en ese punto no habría venido nada mal, por contra nos encontramos con dos actores que sin estar mal —en Cage eso es casi un milagro— sí denotan cierta vagancia y apatía.
Demasiado mecánica a veces, pero mejor de lo que cabría esperar por no tratar al espectador como si fuera idiota, el film evita en todo momento la parte truculenta de la historia, que la tiene, sobre todo si sabemos que los terribles hechos que se narran son reales, algunos de ellos tan bestias que tras ver la película dan ganas de documentarse al respecto para comprobar una vez más que la realidad supera a la ficción. Cinematográficamente podía haberse llegado más lejos, pero una realización plana, que no arriesga —sacrificio a veces en algunas óperas primas— y una poderosa sensación de déjà vu durante todo el metraje perjudican seriamente el producto afectando sobre todo su dato más interesante, el de asociar la caza con el asesinato a través de la mente enferma del criminal. Una pena.
'The Numbers Station'
Si el film anterior no es del todo desdeñable 'The Numbers Station' (id, 2013), que es el estreno en el cine estadounidense por parte del director danés Kasper Barfoed, ya no corre la misma suerte. John Cusack intervino en la misma antes que la ya citada y su repercusión comercial ha sido mínima. En ella también juega con la imagen de dar vida a un asesino, pero en esta ocasión uno de esos asesinos que están del lado ¿bueno? de la ley, o sea, un currante del gobierno que presta sus servicios para sacar del medio a gente non grata para el país, signifique lo que signifique eso. Cusack es Emerson, un asesino que haciendo uno de sus trabajos vacila a la hora de eliminar a un testigo, una chica, lo cual provoca que le degraden a trabajar en un búnker desde el que curiosamente se envían mensajes encriptados sobre las distintas misiones secretas del gobierno.
'The Numbers Station' pretende ser el típico thriller claustrofóbico por aquello de centrar la mayor parte de su acción en el búnker, pero que no levanta vuelo jamás. Un guión pésimo, obra de F. Scott Frazier, en el que la confusión es el denominador común, algo inaudito cuando hablamos de un thriller en el que apenas hay que rascar, y una puesta en escena que no aprovecha para nada la escenografía y en la que, ya es el colmo, uno no termina de ubicar a los personajes, que para más inri todavía no son demasiados. Un Cusack visiblemente desganado le gana la partida a Malin Akerman que da vida a un personaje plano hasta decir basta, y un efectivo Liam Cunningham aparece menos de lo deseado con un personaje que posee más chicha e interés que los dos centrales. Una pérdida de tiempo.
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