Cuando uno ve una película hay una serie de factores que facilitan el hecho de que no te guste una película. No es este el momento para hacer una lista pormeronizada de las mismas, pero siempre he creído que el peor crimen que puede cometer una película es ser aburrida. Sí, por encima del hecho de ser mala, ya que, al menos en algunos casos, puedes entretenerte comentando los fallos con quien estés viéndola o simplemente tomándote como un chiste cinematográfico lo que tienes delante de tus ojos. En algunos casos incluso podéis ser tantos los que lo penséis que surja un culto hacia la película tal y como ‘Best worst movie’ nos muestra en el caso de ‘Troll 2’. No obstante, hay otra cosa que puede ser muy molesta en una película, la cual no es otra que hacer una mala película a partir de una idea con muchas posibilidades, algo que pasa más a menudo de lo que a todos nos gustaría.
Andrew Niccol parecía a finales de los años 90 que iba a ser poco menos que un Dios en poco tiempo. ‘Gattaca’ es una de las mejores operas primas de la historia y también escribió el guión de la estupenda ‘El show de Truman’ poco después. Es cierto que ‘Gattaca’ fue una fracaso comercial, pero fue convirtiéndose en una película de culto y no es raro que directores a los que les pase eso luego salten al éxito en su siguiente trabajo. El problema es que ése no fue el caso de Niccol, ya que ‘Simone’, su siguiente y apreciable película, volvió a fracasar pese a contar con Al Pacino como protagonista. Algo mejor le fue a la notable ‘El señor de la guerra’, quizá la última actuación realmente lograda de Nicolas Cage, pero también estuvo lejos de ser un buen negocio. Estamos ya en el 2005 y la carrera de Niccol entró en una crisis de la que ha tardado seis años en poder salir para rodar ‘In time’, la cual tiene sobre el papel varios puntos de contacto con ‘Gattaca’. El problema es que Niccol ya no era una gran promesa, sino una especie de bombón revenido sinónimo de pérdidas económicas. ¿Hasta qué punto Niccol habrá tenido que ceder para poder rodar otra película?
No voy a negarlo, el punto de partida de ‘In time’ es muy interesante: Estamos en una sociedad futura en la que la ciencia ha logrado controlar el gen que nos hace envejecer y todo el mundo tiene la apariencia física de tener apenas 25 años de edad (aunque en algunos casos cuesta creerte que el personaje que ves en pantalla tenga esa edad física), pero hay una pega, y es que, con el fin de evitar la superpoblación del planeta, el tiempo de vida es la nueva moneda de cambio. Los ricos se aseguran así la inmortalidad, pero los que no tienen tanta suerte están constantemente al borde de la muerte. Y la cuestión es que ‘In time’ hace una buena presentación de este aspecto y la película consigue que entres en la historia y te intereses por lo que te está contando. Y eso es algo que dura unos cuantos minutos, porque el protagonista consigue hacerse con una gran cantidad de tiempo de vida, pero al mismo tiempo algo trágico sucede en su vida (ya siento ser ambiguo, pero prefiero evitar a toda costa los spoilers en mis críticas). Hasta ahí la película, si bien por debajo del interés inicial, aún consigue ser suficientemente llamativa manteniéndose fiel a su premisa inicial y dando lugar a cierta capacidad de reflexión.
El hundimiento de ‘In time’
No obstante, todo cambia a partir, más o menos, del minuto 20 de película. Niccol opta por introducir una idea interesante que es la de la policía del tiempo, los cuales no dejan de ser subordinados que han de evitar trapicheos (puedes matar a alguien para robarle el tiempo de vida que le quedaba) y mantener el orden natural, pero nunca se aprovecha bien la dualidad de estos personajes. Y es una pena sobre todo porque Cillian Murphy, cabeza visible de los policías del tiempo, ha demostrado ser un actor a tener muy en cuenta, pero aquí tiene que lidiar con un personaje que no cae antipático porque esa sea su función en la historia, sino por la sobredosis de tópicos con la que está definido en el guión. Además, la parte de la historia de nuestro protagonista vira no mucho después hacia una aproximación cutre a ‘Con la muerte en los talones’, lo cual no es necesariamente malo, ya que ‘Enemigo público’ demostró que se puede hacer un semiplagio pero dando lugar a un buen entretenimiento. Ese no es el caso de ‘In time’, ya que Niccol convierte la película en un corre corre que te pillo y añade una trama amorosa bastante forzada que hunde aún más el interés de lo que estamos viendo. Llega un punto en el que la desconexión del espectador llega a ser tal que le da igual la forma de poner punto y final a la distopía que nos ha planteado y también el destino final de los personajes. Tópicos más aburrimiento nunca es una buena fórmula que aplicar a una película.
Uno de los puntos en los que debía apoyarse el marketing de la película es en la presencia de Justin Timberlake, músico de éxito y que ya ha demostrado en varias ocasiones que es un actor muy competente. La pega es que también ha demostrado que puede ofrecer actuaciones olvidables y ése es el caso en el que nos encontramos. Y la cuestión es que no es que su trabajo en ‘In time’ sea malo, sino que Timberlake no consigue dar suficiente carisma al protagonista con la que contrarrestar la mediocridad reinante. Aún peor es el trabajo de Amanda Seyfreid, la cual juega con el peor personaje de todos: Una evolución poco creíble, unas motivaciones con las que no hay quien empatice y un look algo extraño. Se me hace raro que fuese para ella este personaje y a Olivia Wilde le haya tocado un personaje que apenas tiene minutos en pantalla. Además, Seyfreid no hace ningún esfuerzo para que su actuación eleve el interés del personaje, sino que simplemente se deja llevar por el de Timberlake. El resto del reparto no aporta gran cosa, aunque siempre está bien ver en películas a actores eminentemente televisivos como Johnny Galecki (el Leonard de ‘The big bang theory’) y Matt Bomer (el protagonista de la entretenida ‘White collar’). Eso sí, personajes olvidables, como es la tónica habitual en la película.
En definitiva, ‘In time’ es una película que pudo ser brillante y que tiene un comienzo esperanzador, pero que luego discurre por caminos muy trillados, desaprovecha las múltiples posibilidades que abre durante sus primeros minutos y acaba siendo una mezcla cutre de las geniales ‘Gattaca’, con la que comparte director aunque cueste creerlo, y ‘Con la muerte en los talones’. Es una pena que al final ‘In time’ sólo sea un mediocre thriller de ciencia ficción en el que no hay nada que merezca la pena destacar. Otra oportunidad perdida por parte del cine, o quizá Hollywood no lo vea así, porque ‘In time’ ya ha triplicado en taquilla su presupuesto y la estupenda ‘Gattaca’ fue un fracaso en su día. Malos tiempos para los que amamos el buen cine.
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