'Guardianes de la Galaxia vol. 3': carcajadas, lágrimas y un corazón gigantesco en una fantástica aventura que demuestra que cuando Marvel quiere, Marvel puede

'Guardianes de la Galaxia vol. 3': carcajadas, lágrimas y un corazón gigantesco en una fantástica aventura que demuestra que cuando Marvel quiere, Marvel puede

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Pensar en la deriva del Universo Cinematográfico de Marvel desde su fundación en 2008 con la 'Iron Man' de Jon Favreau invita a hacerlo en dos tipos de producciones. Por un lado encontramos apuestas huecas y carentes de todo tipo de personalidad confeccionadas a base de la criticada plantilla para alimentar el FOMO del respetable y continuar hilando la narrativa a gran escala mientras que, por otro, en contadas ocasiones se nos obsequia con títulos que supuran mimo, carisma y oficio fotograma a fotograma.

Este segundo tipo de largometrajes se nutre de un denominador común: la presencia de un autor ocupando el asiento del director e impregnando su sello en la obra. Esto pudo comprobarse fácilmente en la fantástica 'Los Vengadores' de Joss Whedon, en la injustamente vapuleada 'Iron Man 3' de Shane Black y, especialmente, en la redonda 'Guardianes de la Galaxia' y su igualmente encomiable 'Volumen 2', ambas cortesía de un James Gunn particularmente inspirado.

Con su salto a los grandes estudios desde el panorama independiente, donde firmó deliciosas majaderías como  su debut en clave de terror 'Slither' y su hilarante aproximación a los superhéroes de andar por casa titulada 'Super', el alumno de la Troma se las apañó para mantener prácticamente intacta su irreverencia y su gusto por el exceso. Con astucia, supo filtrar sus filias a través de la criba para todos los públicos marvelita y confeccionó dos cintas gamberras, divertidísimas y, lo que es más importante, inesperadamente emotivas, que se encuentran entre lo mejor del macroproyecto de Kevin Feige.

Con su 'Guardianes de la Galaxia Vol. 3', Gunn ha tocado techo en La casa de las ideas con una aventura espacial con sabor a fin de ciclo que abraza todas las virtudes de sus predecesoras y las potencia hasta alcanzar un nuevo nivel; dando lugar a una de las mejores películas del MCU capaz de hacer reír a carcajadas, de hacer llorar a lágrima viva, de emocionar a flor de piel y de demostrar que, cuando Marvel Studios quiere, Marvel Studios puede.

El poder de la autoría

Seamos sinceros. 'Guardianes de la Galaxia Vol. 3', con todas sus virtudes —que no son pocas—, no sería la mitad de satisfactoria de lo que ha terminado siendo si no contase con un núcleo tan sólido y férreo como lo es su nutrido surtido de personajes. Una colección de rostros y personalidades con los que ya estamos sobradamente familiarizados y con los que hemos establecido una empatía preexistente que permite a Gunn apretar aún más las tuercas a sus conflictos internos y a sus notables arcos dramáticos.

Recuperando el status quo posterior a los eventos de 'Vengadores: Endgame', la cinta trae de vuelta a la disfuncional familia de antihéroes galácticos, envolviendo para regalo las subtramas de todos y cada uno de sus miembros que se han ido desarrollando desde 2014 y centrando especialmente su atención en un Rocket convertido en el verdadero protagonista de la función. Una capacidad para focalizar su atención y volcar todo el amor posible sobre ellos obtenida gracias a la  sabia decisión de aislar el relato casi por completo del universo compartido.

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Queda totalmente claro que volvemos a encontrarnos ante una producción hija de un cineasta que adora el material original y a sus protagonistas y que no ha dudado en volver a proyectar sus filias en pantalla. De este modo, arropado por un diseño de producción a la altura de las circunstancias, Gunn ha vuelto a ofrecer un festival de criaturas disparatadas, violencia mucho más explícita y terrorífica de lo que podríamos esperar de la factoría Disney —merecido su PG-13—, y un sentido del humor tremendamente lúcido que da codazos cómplices al público adulto constantemente.

De igual modo, el villano principal se alinea con la tendencia al histrionismo del realizador, moldeando a un Alto Evolucionador funcional como antagonista, amenazante, desquiciado y cuya presencia permite desarrollar la trama más emocional de la trilogía; un alegato animalista que retuerce corazones y conciencias y que desemboca en un tercer acto de esos que invitan a tener un cojín a mano para abrazarlo entre suspiros.

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Pero no todo es sensiblería y chistes pasados de vueltas. Quienes busquen un espectáculo marca de la casa quedarán ampliamente satisfechos con un buen puñado de setpieces orquestadas al ritmo de una selección musical tan impecable como de costumbre, rodadas y montadas con gran habilidad y enriquecidas por un trabajo de efectos visuales que, esta vez sí, luce como se espera de un largometraje presupuestado en unos 250 millones de dólares.

A estas alturas, tratar de discernir si nos encontramos ante "la mejor película de Marvel" es un debate estéril y casi carente de sentido. Lo que sí puedo afirmar con rotundidad es que 'Guardianes de la Galaxia Vol. 3' es un claro ejemplo de lo que el talento y el cariño pueden aportar a una superproducción de este tipo, y la muestra perfecta de lo mucho que vamos a echar de menos no sólo a Star-Lord, Drax y compañía, sino a un James Gunn que a partir de ahora nos hará soñar desde las filas de la Distinguida Competencia tras despedirse por todo lo alto.

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