'Euphoria': la serie de HBO Max regresa con potencia con una madura temporada 2 tan atrevida como introspectiva

'Euphoria': la serie de HBO Max regresa con potencia con una madura temporada 2 tan atrevida como introspectiva

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Euphoria

Por si le hiciera falta un inicio potente, Sam Levinson lo procura con una mujer saliendo del coche, entrando en un club pistola en mano y disparando sendos tiros a pocos centímetros del pene erecto de su objetivo. Esto es solo una muestra de la falta de concesiones que el autor nos va a dar a lo largo de la temporada 2 de 'Euphoria', recién estrenada en HBO Max.

Tras dos años desde la primera temporada, el primer episodio de la temporada 2 transcurre en una larga nochevieja. Tan solo unos días después de sendos episodios especiales centrados en Rue y Jules (o, por lo menos, del primero, que transcurría en nochebuena).

Tras este prólogo en el que conocemos el origen de Fez (Angus Cloud) y nos da la pista de que veremos todavía más al joven —tiene su propia subtrama que continúa con su rivalidad con Nate (Jacob Elordi)— nos trasladamos a un momento peligroso para Rue (Zendaya) y su amigo antes de marcharnos al cotillón que vertebra este inicio de temporada.

Un regreso como si no hubiera pasado el tiempo

Es curioso porque aunque para nosotros (y para los actores) sí que ha pasado tiempo, no lo ha hecho para los personajes. La temporada 1, si recordamos bien, comenzaba tras las vacaciones de verano y terminaba con las vacaciones de navidad. Han pasado días, las emociones siguen ahí y Levinson, que escribe y dirige todos los episodios no pierde el tiempo en resumirnos la situación.

Tampoco es que sea completamente necesario, pero sí que desorienta ligeramente el encontrarnos a Rue, Jules (Hunter Schaffer) y compañía sumergidos en sus propias neuras, sus inquietudes. Como adolescentes, sus pasiones son fugaces, son montañas rusas de impulsos, pero sus odiseas personales son permanentes, profundas.

Una profundidad que Levinson otorga en lo que hace todavía más coral la serie. Sí, la relación entre Jules y Rue con sus altibajos, sufrimientos, la adicción de esta segunda y como condiciona todo, es parte sumamente importante. Pero también cobran más importancia y más profundidad los problemas afectivo-sexuales de Cassie (Sydney Sweeney, quien está asombrosamente bien), la búsqueda de voz propia de Lexi (Maude Apatow) y la autoestima de Kat (Barbie Ferreira), entre otras.

Hay cierto toque de desfase (intencionado) que empapa los primeros episodios de la temporada 2 (he podido ver cuatro). Más en un sentido argumental, de situaciones extremas y de personajes ansiados ser escuchados una vez se pasa el efecto del alcohol y drogas, que de desgaste en lo que nos encontramos con una temporada decididamente más madura.

Más madura pero que sigue con los signos de identidad de la ficción, algunos de los cuales (como ese alivio cómico necesario) parecen haber sido potenciados tras ver la respuesta del público a 'Genera+ion'. O, también, en sus momentos de romper la cuarta pared, de hacer incluso un juego de metaficción consciente de que sus personajes (sobre todo Rue) no son modelos a seguir.

Pero la temporada 2 de 'Euphoria' no se libra de ser autoindulgente. Por muy bien que esté Jacob Elordi, Nate no termina de parecer una persona real por culpa de los clichés sobre los que está construido. Algo grave cuando es una figura sobre la que pivotan, de algún modo u otro, todos los personajes.

Una temporada que comienza potentísima

Euphoria Cassie

Una pequeña mancha en torno a un reparto que hace un trabajo excelente. Y no es el único: Sam Levinson sigue demostrando su maestría y su artesanía en su dirección. Dominando sus claroscuros, el movimiento de cámara y haciendo que la imagen hable por sí misma en cada plano. Sobre todo cuando trata de reflejar los momentos interiores de sus personajes.

En líneas generales, la temporada 2 de 'Euphoria' ha entrado a nuestras pantallas sin miramientos: osada, valiente, profunda y sin pedir perdón por lo que vamos a ver. Sin perder su esencia, es una temporada dura, madura y que sigue bordeando y traspasando límites a la vez que se muestra introspectiva.

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