A principios de los años 70 Sergio Leone ya quería adaptar la novela ‘The Hoods’ de Harry Grey, que tanto le había impresionado, la historia de un gángster poco conocido que había formado todo un imperio en la época de la ley seca, y que mantuvo casi obsesionado al director italiano durante más de diez años, esperando la oportunidad de filmarla.
Mientras eso no ocurría —fue Arnon Milchan quien tímidamente se acercó a él y le dijo que quería producirle su película— a Leone le llovieron ofertas de todo tipo. Entre otras tenemos cierta película que más tarde haría Francis Ford Coppola, una adaptación de Flash Gordon, un remake de ‘M, el vampiro de Düsseldorff’ (‘M’, Fritz Lang, 1931), otro de ‘Lo que el viento se llevó’ (‘Gone With the Wind’, Victor Fleming, 1939), y hasta una secuela de ‘Mi nombre es ninguno’ (‘Il mio nome è Nessuno’, Tonino Valerii, 1973). Ahí es nada.
En 1977 se anuncia el inicio del rodaje, producción de Alberto Grimaldi, con Gerard Depardieu y Richard Dreyfuss en los principales papeles y un montón de colaboraciones estelares, entre los que se cuentan James Cagney, Glenn Ford, Jean Gabin y hasta Clint Eastwood, quien no mantenía precisamente una buena relación con el director —se reconciliaron a finales de los años 80, poco antes de que Leone muriera, casi como arreglando una cuenta pendiente—; sin embargo todo se fue al traste debido a que Grimaldi empezaba a tener serios dolores de cabeza debido a otra superproducción dirigida también por un italiano, Federico Fellini y su excesiva ‘Casanova’ (‘Il Casanova di Federico Fellini’, 1976). Leone tuvo que esperar hasta 1982 para ver cumplido su sueño, nunca mejor dicho. Y con él regalarnos una de las obras de arte más perfectas, si eso existe, que haya dado el séptimo arte en toda su existencia.
Pero Leone no quería hacer una película de gangsters al uso, sino más bien su visión personal sobre el género demostrando así su amor a una época ya pasada del Cine tal y como demuestra la propia película, la última gran superproducción salida de Hollywood al menos desde cierta perspectiva. Hablamos de un enorme fresco sobre parte de la historia de los Estados Unidos, absolutamente nada complaciente con el público al que no da una sola concesión y con personajes prácticamente en su totalidad poco menos que odiosos. Leone obró el milagro haciendo que el verdadero protagonista de su película fuese el tiempo, imaginado o no, y las consecuencias que este tiene sobre los personajes centrales del relato. Como en sus anteriores films, Leone hereda del cine japonés el silencio y los tiempos casi eternos logrando suspender la acción en un tiempo impreciso y detenido, como si de un cuento se tratase. Una fábula.

(Spoilers) Narrar un breve argumento de ‘Érase una vez en América’ (‘Once Upon a Time in America’, Sergio Leone, 1983) se me antoja casi imposible por tantas y tantas cosas que abarca, aun hablando de la versión estrenada de 229 minutos de duración. Recordemos que de las ocho a diez horas de material, Leone realizó un montaje de seis horas que no fue aceptado debido a la imposibilidad de estrenarlo en salas comerciales, al menos de un tirón. De ahí bajó a cuatro horas y media, montaje que intentó defender a toda costa y aún así fue imposible, por lo que tuvo que recortar casi una hora más de metraje, dejando fuera personajes enteros y que parece es la versión que se exhibió en la última edición del festival de Cannes, la cual espero se edite pronto en una edición en Blu-ray. En cualquier caso, la edición existente es perfecta, no le sobra ni le falta nada. Y la ambigüedad por la que navega todo el metraje se hace aún más sutil, logrando despertar en el espectador incógnitas que esconden una o varias respuestas.
El film se divide en tres partes perfectamente diferenciables y que Leone fusiona y entrelaza con inusitada pericia, girando siempre alrededor del personaje al que da vida, en su etapa adulta, un muy controlado Robert De Niro, Noodles. El primer bloque temporal se sitúa en 1922, cuando Noodles y sus amigos conocen a Max, del que nunca se separarán hasta el momento de sus muertes. Un barrio judío en New York sirve como escenario a los comienzos delictivos de la banda formada por unos cuantos críos con ganas de ser alguien en la vida, aunque sea al margen de la ley. En dicha parte destacan sobre todo dos cosas, una extrema violencia compaginada con cierto sentido del humor y una debutante Jennifer Connelly con la que Leone realiza un ejercicio de metacine: ese plano subjetivo mirando por el agujero del baño mientras ella baila parece aludir al propio director admirando a una de tantas estrellas del celuloide.
Tras uno de los momentos más impactantes del cine, el asesinato de uno de los niños y que rememora al western más puro —de la misma forma que lo hace en la brutal paliza que reciben Noodles y Max en un callejón—, se producirá una larga elipsis de doce años, el tiempo que Noodles pasa en la cárcel debido a un crimen que cometió por venganza. El segundo bloque se sitúa a principios de los años 30 y supone la columna vertebral del film, aquel en el que la banda ya ha empezado a crear su imperio gracias a la ley seca, y que concluye con la traición de Noodles hacia Max, quien se ha vuelto loco —sentido homenaje al James Cagney de ‘Al rojo vivo’ (‘White Heat’, Raoaul Walsh, 1949)—, ocurriendo otra elipsis, esta vez de 35 años, el tiempo que Noodles parece irse, hasta que regresa de nuevo alertado por una carta que recibe.

‘Érase una vez en América’ abarca muchas cosas, no sólo es una historia de gangsters, tal vez la mejor que se haya filmado jamás —sí, preferible a las de Coppola, al menos para mí—, también es un film sobre la amistad, la traición, el amor, los sueños, las ilusiones, y cómo no, la muerte, tema siempre presente en el cine de Leone. Para ello el director de ‘La muerte tenía un precio’ (‘Per qualche dollaro in più’, 1965) se juntó con el mejor equipo técnico y artístico posible, destacando sobremanera tres artistas de inigualable talento. Por un lado, la ambientación y decoración a cargo de Carlo Simi, con resultados tan impresionantes como el del fumadero de opio, lugar absolutamente vital para la trama; la fotografía de Tonino Delli Colli, inspirándose en pinturas que fascinaban a Leone, cuidando minuciosamente la iluminación para cada época, y evidentemente un sublime Ennio Morricone con una de sus mejores obras, y que por culpa de un descuido no pudo aspirar a ser nominado al Oscar.
Trágica como pocas, la película tiene un añadido que no varía en absoluto las intenciones de Leone al hablar del paso del tiempo. Mucho se ha discutido sobre ello y se seguirá haciendo: toda la parte de 1968 es una ilusión de Noodles en el fumadero de opio para justificarse a sí mismo por haber traicionado a sus queridos amigos. Me bastarían las palabras del propio Leone al respecto, quien más de una vez dijo que para él Noodles no salía del fumadero de opio permitiéndole así unir el sueño del gangster al suyo propio, un sueño cinematográfico hecho realidad sobre una época y una nación que tanto había intrigado al director italiano, y cómo no, una especie de venganza del realizador creando una obra mucho más auténtica y americana que lo que muchos directores estadounidenses podrían soñar hacer. Cada minuto de la rabia de Leone, cada segundo de espera a realizar la que sería su obra póstuma, subsiste en cada plano y secuencia.
Sin embargo después de haberla visionado varias veces, y a falta de ver el nuevo montaje, no me cabe la menor duda del sueño de Noodles, pues el film está lleno de sutiles referencias a ello. Para empezar el mítico tema de ‘Amapola’, tantas veces tarareado en el film: del jugo de la amapola puede fabricarse el opio, una poderosa droga que puede producir alucinaciones sobre el futuro, mezclando pasado presente y futuro en las mismas. La insistente llamada de teléfono del inicio del film, que persiste durante las tres décadas en un prodigio de montaje, es la llamada delatora de Noodles y representa la angustia del mismo por haber traicionado a Max. Cuando Noodles visita a Deborah en su camerino —secuencia de una elegancia formal colosal y que recuerda a Max Ophüls— y esta parece no haber envejecido, que concluye además con un plano increíble: Noodles, Deborah y el hijo de Max, al que da vida al mismo actor que le interpretó de joven, en el mismo plano, juntando de forma colosal tres líneas temporales. El excelente diálogo entre Max y Noodles ya viejos cuando el primero le pide que lo mate:
- ¿Es tu forma de vengarte?
- Es mi forma de ver las cosas
El camión de basura aparcado en frente de la casa de Max, convertido ahora en un importante político con serios problemas, es negro, no puede verse al conductor y su número es el 35, los años que Noodles ha estado fuera. Y el más fascinante de todos: el camión se aleja y sus faros traseros se fusionan con los faros de coches de la época de los años 30 pasando por delante de Noodles, devolviéndole a dicha década justo antes de entrar en el fumadero de opio. Allí se produce la que es mi escena favorita de todas, la que aún me eriza los pelos y me deja mudo como pocas, tal vez porque en ese momento reflexiono sobre todo lo visto, ayudado por un De Niro, ahí colosal. Esa espera a que le preparen la pipa, la música de Morricone, esa primera calada dada con ganas, la cámara que le enfoca desde arriba, ese movimiento de ojos que parecen estar alucinando —los 35 años posteriores— y esa sonrisa final.

Los créditos suben mientras vemos la cara de Noodles congelada, del mismo modo que Leone congela el tiempo en sus films y lo alarga hasta extremos impensables. Es entonces cuando ‘Érase una vez en América’ se me queda grabada a fuego y sus posteriores revisados me descubren siempre algo nuevo que desenmarañar, ya sea la calculada interpretación de un soberbio James Woods, la aparición de un Joe Pesci que recuerda a los viejos films de la mafia, o esa maravillosa secuencia donde un niño prefiere comerse un sabroso pastel a tener sexo porque al fin y al cabo aún es un niño. Y el milagro más poderoso de todos: tres horas y 49 minutos que se pasan en un suspiro, transmitiendo una extraña sensación sobre el paso del tiempo. ¿Cuándo una película ha obrado semejante hazaña?
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53 comentarios
Lindsay Lohan
He leído que en su día Steven Spielberg compró los Oscars que le dieron a Clark Gable por "Sucedió una noche" y a Bette Davis por "Jezebel" y los devolvió ambos a la Academia de Ciencias Cinematográficas de Hollywood.
Al menos debió darle uno de los dos a James Woods.
Hay muchos buenos actores fácilmente intercambiables, pero en mi opinión James Woods es único, jamás te recordará a ningún otro actor. Nadie hace lo que hace James Woods. No siempre ha hecho pelis buenas (nadie que lleve tantos años en Hollywood ha hecho sólo pelis buenas) y en los últimos años anda algo desaparecido y desaprovechado, pero para mí hablar de James Woods son siempre palabras mayores y éste personaje es de mis favoritos.
Time Paradox
Brutal, estremecedora y maravillosa en todos los sentidos, una obra de arte cuya única pega que tiene es no poder sacar tiempo para verla más a menudo. De Niro y Woods están enormes. Gran análisis.
alforte
Después de leerte esta noche me pongo el DVD, aunque me acueste a la una de la mañana!!!! Genial artículo.
267653
Esto si que es una critica, no como algunos que se asoman por aquí de vez en cuando. Abuin encantando siempre de leerte.
Isart
Tengo muchas ganas de volver a revisar esta película pero por su duración nunca encuentro el momento, y es que no la vi hace tanto tiempo pero me vuelve a apetecer. Es inmensa, es todo lo que tú dices y me maravilla mucho. Mi favorita de Leone. Me ha encantado la reseña.
marat
Enorme película,muy buena.Personalmente me quedo con la serie del Padrino,pero esta le va a la zaga.Hace tiempo que no la veo,pero tendré que repasarla porque la teoria de que la mayor parte de la edad adulta es un sueño no la recuerdo así,siempre pensé que era Max quien traicionaba a los demás,está claro que no me enteré de la misa la mitad,y aún así me pareció muy buena!.
En cualquier caso es una buena excusa para volver a verla.Lo que intentaré será hacerme con la versión que comenta WOPR (el nuevo montaje de 270 min).
PD:Que gran banda sonora,pero grande grande,y que gran época cuando DeNiro era actor.
Hansel77
Esa nueva versión me pone mucho.. además con más tramas. Espero con ansias.
Por otra parte, siempre me he preguntado como trataría a los niños actores un cernícalo como Sergio Leone..
javi_90
Vi esta película hace ya bastantes años, y a día de hoy me sigue pareciendo la mejor de Leone y una de las mejores que he tenido el placer de visionar. Estamos ante una de esas escasas ocasiones en las que todos los elementos de una película encajan perfectamente entre sí, desde la magnífica dirección de Leone, pasando por el gran trabajo de todos los actores hasta un guión tan contundente como pocas veces se ha visto. Sólo me quedo con las ganas de poder ver la versión original que planeó Leone para poder disfrutar aún más de esta obra maestra.
tr3pamur0s
Este pedazo de joya lo vine a ver hace un año, o cerca, por primera vez. Y es que a veces hay películas que durante toda la vida se muestran esquivas, hasta que un amigo te dice aquello de: ¿que no has visto nunca Érase una vez en América? Pues la llevo pa´ tu casa y la vemos. Y esa "obligación" te descubre algo inesperado en el mejor de los sentidos.
alvarodraper
Obra maestra absoluta y única de Leone. El resto de su filmografía se encuentra a años luz de la calidad que atesora "Erase una vez en Ámerica". Tendré que volver a verla para aclarar si es un sueño o no lo de 1968.
Stephen
Por aquí uno que se ha emocionado leyendo la crítica y rememorando lo que siento cuando veo la película. Una de mis favoritas, sin ningún tipo de duda.
Saludos.
mann
Obra Maestra. Una de mis películas favoritas y que, como en tu caso, la prefiero mucho antes que la película de Coppola. Grande Leone, vaya punto final le dió a su corta pero estupenda carrera.
elsantojob
Como definir esta pelicula? Por el tamaño de los comentarios, vaya disertaciones... Pero esta pelicula se lo merece todo!!!
silfredo
Creo recordar, de cuando era niño, que la pelicula se estreno en dos partes, como Novecento de Bertolucci, lo se porque me leia las carteleras de Las Palmas, asi que por lo menos en cine si se vio la version mas larga, eso si, partida en dos cachos.
Bob
Yo siempre he sido más de la trilogía 'El padrino', pero eso no supone un óbice para no ver a 'Érase una vez en América' como lo que es: una obra de arte con todas las letras. De nuevo, y al igual que en la trilogía del Dólar o en 'Once upon a time in the West', la sincronización entre la apabullante puesta en escena de Leone y la indescriptible música de Morricone (cada vez vivo más en la creencia de que este señor es el mejor compositor de la historia del cine) es total, hasta el punto de que no se entiende la una sin la otra. Y el asunto queda aliñado por unas interpretaciones soberbias, en especial unos De Niro y Woods dando lo mejor de sí mismos y jalonando una de las mejores, más sentidas y trágicas historias de amistad que he visto nunca en una película, dos fuerzas de la naturaleza que colisionan (la manera en que se conocen los dos personajes siendo unos niños ya deja entrever por donde van a ir los tiros de su relación a lo largo de su vida), se quieren, se odian, se traicionan... y se vuelven a querer.
Quizás la parte final me flojea un poco, pero da lo mismo. La película, como bien dices, es de las que se quedan grabadas a fuego. Otro diez para el maestro Leone, el tercero que le doy.
333094
Artículo genial-tu visión es tan desconcertante como viable-, me encanta esta película la BSO es uno de los motivos por lo que prefiero mil veces a Morricone que a Williams (sin desmerecer) y ese reencuentro final (sea soñado o no) es uno de los grandes milagros de la historia del cine.
filmhunter
El padrino es genial, pero "Erase una vez en america" es simplement b-r-i-l-l-a-n-t-e, no hay ninguna pelicula que me de mas deseo de formar parte de una ganga de gangsters en los 30, pero la ejecucion principalmente es insuperable, un poema epico de amistad, cotidicia y traicion. Yo diria que por ahora es la historia mas cercana en cuanto ha estudio de personajes principales (me refiero a casi todo el casting). Esto no es una pelicula...es una experiencia!
sibaritadeoriente
Como abarcar una enorme pelicula como esta, como tratar de comprender y llevar a buen puerto algo de tal tamaño con tantas y tan variadas lecturas como las que nos regalan con cada nuevo visionado y que en este caso es en definitiva una de las grandes de la cinematografia mundial, solo tal iluminacion puede venir de una inspiracion divina, reservada a seres extraordinarios, tratar de decidir que pelicula es mejor si esta o la de coppola es una tarea para tontos lo mejor es dar gracias por poder ver una y otra vez joyas tan hermosas como este par, por lo pronto yo le mando un saludo y mi reconocimiento a alberto pues hacer una reseña de semejante portento y salir airoso no cualquiera lo hace y si yo tambien me uno a verla por enecima vez en la sala de mi hogar con una botella de vino tinto ( a falta de opio ) y reirme hasta las lagrimas con Noodles rogando por una segunda oportunidad que nunca vendra...
Esteban Viso
Perdón por la vulgaridad, pero JODER, qué peliculón con mayúsculas y fanfarria.
Esteban Viso
Eso sí, la banda sonora es super limitada, pero creo que en esto estoy en contra de la opinión general.
ssitte
A los editores de Blogdecine, haced un post solo para wopr, merece la pena.
beeoldarm
Alberto, yo lo entendí de otra manera.
SPOILER GRANDE COMO LAS TETAS DE LOLO FERRARI
Noodles no ha traicionado a sus queridos amigos, sino al reves!!! (Max le robó a Deborah, tuvo todas las cosas que Noodles quiso y trató de vivir su vida). No viste que cuando se vuelven a encontrar, Max le suplica que no tiene razon para vivir, que no merece su amistad y luego le pide a Noodles que lo mate porque es lo justo??? Al que traicionaron es a Noodles. Esta muy claro en la peli. Y por eso es que se interna en el fumadero de opio. Para olvidar y quedarse en los sueños, anhelos y en lo que le hubiera gustado que pase, en vez de vivir y sufrir al enfrentar el hecho de que sus amigos lo han traicionado.
Es por eso que luego de varios años, viejo ya, Noodles vuelve. Por medio de la carta y la llave escondida que le dejan, con el bolso y todas las señales que le mandan, se empieza a dar cuenta lo que realmente pasó. Se lo dejan explicado por medio de varias señales y pistas que tiene que seguir.
(Igualmente me parece interesante la teoría que lo del '68 es soñado por el).
Piensa un segundo en esto y luego de reflexionarlo, dime que opinas, si te parece valido o no y porque! Saludos.