Vivimos unos días marcados por la llegada a los cines de ‘La Saga Crepúsculo: Amanecer. Parte 2’ (The twilight saga: Breaking dawn. Part 2, Bill Condon, 2012), pero no es el único estreno de esta semana, siendo bastante probable que ni siquiera sea la peor película que podamos ver por primera vez a partir de este viernes 16 de octubre.
La llegada de un bodrio como ‘En la Mente del Asesino’ (Alex Cross, Rob Cohen, 2012) seguramente pase más desapercibida, pero no por ello conviene obviar a la que posiblemente sea la peor película que un servidor ha visto en lo que llevamos de 2012.
Quizá algunos no lo sepan, pero ‘En la Mente del Asesino’ es un reboot de las aventuras cinematográficas del Dr. Alex Cross, personaje surgido de las novelas de James Patterson ya interpretado por Morgan Freeman en ‘El Coleccionista de Amantes’ (Kiss the girls, Gary Fleder, 1997) y ‘La Hora de la Araña’ (Along came a spider, Lee Tamahori, 2001). Sin embargo, no hay que dar por muerta a ninguna franquicia en el Hollywood actual, y en 2010 se trabajó en un relanzamiento que iba a dirigir David Twohy y protagonizar Idris Elba, pero los derechos de adaptación fueron vendidos a otra productora. Fue entonces cuando se decidió sustituir a Twohy y Elba por Rob Cohen y Tyler Perry, una decisión que marcaría el comienzo del fin para la posibilidad de que ‘En la Mente del Asesino’ pudiera convertirse en una buena película.
El cómico Tyler Perry goza de una muy escasa popularidad en España, pero en Estados Unidos cuenta con una suficiente cantidad de seguidores como para estrenar varias películas cada año que, por lo general, llegan a alcanzar el número 1 de la taquilla pese a contar con presupuestos bastante ajustados. Fuera de su particular universo aún no había tenido la oportunidad de demostrar sus dotes interpretativas en ningún personaje protagonista, por lo que sorprende que se haya confiado en él para hacernos olvidar a Morgan Freeman. No es que Perry no lo intente, pero su Alex Cross resulta fallido a todos los niveles, tanto por sus limitaciones dramáticas como por las inconsistencias del mismo. Y es que ‘En la Mente del Asesino’ nos lo quiere vender al mismo tiempo como alguien con casi superpoderes en sus deducciones, pero también con una sangre caliente que le lleva a saltarse la ley siempre que sea necesario. Esta dualidad acaba destruyendo al personaje y haciendo inútiles los esfuerzos de Perry.
Sin embargo, sería muy injusto atacar sin piedad a Perry cuando él no es más que una de las consecuencias de una película en la que absolutamente todo falla, siendo el guión de Kerry WIlliamson y Marc Moss el epicentro de todos los males de ‘En la Mente del Asesino’. Ir enumerándolos sería una tarea cansina y repleta de spoilers, pero sí puedo avanzaros que la motivación del asesino no está justificada hasta la llegada de un epílogo espantoso, que la vida familiar del protagonista no podría estar peor desarrollada y que los personajes femeninos oscilan entre lo repelente – la madre del protagonista- y los bultos que no aportan nada – el resto-.
Los diálogos, a mitad de camino de lo trillado – las charlas entre Cross y el villano o las dudas del primero sobre aceptar otro trabajo mejor pagado-, el exceso de solemnidad – Cross demostrando sus dotes deductivas o las reprimendas de su madre- o lo directamente vergonzoso – las charlas de colegueo entre Cross y su compañero-, son otro gran lastre, pero lo realmente importante es la inexistente sensación de suspense que domina todo el relato, por no hablar de ciertas decisiones incomprensibles – el disparo a la rodilla para matar minutos después a ese personaje de relleno-.
No son pocos los directores de Hollywood criticados por su alarmante falta de personalidad o porque sencillamente son incapaces de rodar una buena película, pero el caso de Rob Cohen es especial, ya que ha conseguido levantar sagas de dudoso interés con cintas como ‘A Todo Gas’ (The fast and the furious, 2001) o ‘xXx’ (2002) pese a su probada inutilidad tras las cámaras. Su carrera pareció alcanzar su punto más bajo con la bochornosa ‘La Momia: La Tumba del Emperador Dragón’ (The Mummy: Tomb of the dragon emperor, 2008), pero con ‘En la Mente del Asesino’ demuestra que se puede caer más bajo, siendo incluso incapaz de crear un mínimo de suspense en la escena más destacable de la película – El asesino a modo de francotirador con Cross en la mirilla de su arma-.
Justo es reconocer que Cohen siempre ha estado más a gusto en las escenas ruidosas, de las que no puede haber muchas aquí por sus limitaciones presupuestarias – poco más de 20 millones de dólares ha costado-, pero es que en ‘En la Mente del Asesino’ pasamos de una aburrida normalidad más propia del peor de los episodios de ‘CSI: Miami’ (2002-En emisión) a unas escenas de acción en las que Cohen demuestra su incapacidad para desenvolverse con un presupuesto ajustado. Lo intenta con diversos trucajes visuales como la cámara lenta, las explosiones por doquier o el cambio acelerado de planos, pero fracasa estrepitosamente en todas ellas, algo ya perceptible en su presuntamente frenético prólogo, pero que va a peor en cada uno de los grandes momentos de acción de la película.
Ya he hablado del error de casting que supone Tyler Perry, pero a la hora de la verdad quizá sea el que sale mejor parado de un reparto en el que podemos encontrar a Edward Burns como un cruce de galán revenido y cansino compañero/mejor amigo del protagonista o Rachel Nichols como haciendo la tercera en discordia con un personaje tan superficial que cuesta creer que los guionistas no se molestasen en darle la más mínima razón de ser, algo similar en el caso de un Jean Reno que se limita a aparecer por ahí para cobrar su salario. Sin embargo, el caso más lamentable de todos es el de Matthew Fox, conocido por haber dado vida a Jack en ‘Lost’ (2004-2010), y su Picasso – tiene narices el nombre elegido-, el demente psicópata que amarga la existencia a Cross. Su actuación se basa en una preparación física desmesurada para exagerar su musculatura, remarcando a través de sus tatuajes la vena desquiciada del mismo y echando mano de miradas intensas y exageradas reacciones gestuales a la hora de mostrar su inestabilidad emocional. Y lo peor de todo es que acaba siendo un villano de chichinabo de mucho cuidado.
En definitiva, ‘En la Mente del Asesino’ es un thriller lamentable que cuenta con un ridículo guión que impide que sus actores, entre los que destaca un horripilante Matthew Fox, puedan hacer lo más mínimo para arreglar este desaguisado. El deficiente trabajo tras las cámaras de Rob Cohen también aporta su particular granito de arena para que ‘En la Mente del Asesino’ sea la peor película que he visto en lo que llevamos de 2012, pero lo peor de todo es que ya está anunciada una secuela.
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