'El médico', efectivo entretenimiento

'El médico', efectivo entretenimiento

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'El médico', efectivo entretenimiento

El cine se ha alimentado mucho de la literatura a la hora de buscar historias de éxito testado entre el público. Eso sí, no todas salen adelante con la rapidez deseada por los productores, ya sea por la resistencia del autor a vender los derechos -que fue lo que sucedió en el caso de la notable ‘El perfume, historia de un asesino’ (‘Perfume: The Story of a Murderer’)- o porque el proyecto tardó en salir adelante bastante más de lo previsto.

Eso último fue lo que sucedió con ‘El médico’ (‘The Physician’), adaptación de la popular novela de Noah Gordon que dejé pasar de largo cuando llegó a los cines en 2013. Sin embargo, hace poco la recuperé y aprovechando que hoy se estrena en Antena 3 he considerado apropiado deciros que me encontré con una ligera y entretenida película de aventuras sobre el desafío a las leyes divinas por la necesidad irrefrenable de conocimiento.

Su mayor virtud es también el origen de sus males

Tom Payne El Medico

A veces la línea que separa la frontera entre lo ligero y lo superficial es tan fina que resulta casi imposible distinguirlas, algo especialmente molesto al ser lo primero algo hasta deseable en muchos casos, mientras que de lo segundo rara vez salen cosas buenas. Pues bien, ‘El médico’ apuesta de lleno por la ligereza para que todo resulte más fácil de digerir, consiguiendo así no aburrir al espectador, pero a cambio aborda de forma bastante superficial casi todos los temas que toca.

Por mi parte, creo que fue la decisión más acertada que podían haber tomado, ya que la historia es demasiado amplia como para querer ahondar en todas sus etapas. De hecho, el metraje ya se dispara hasta las dos horas y medias tal como es, por lo que la única solución habría sido convertirla en una miniserie similar a la que se hizo hace unos años de ‘Los pilares de la Tierra’, pero es que entonces quizá no habría llegado a hacerse.

Stellan Skarsgard Tom Payne El Medico

Teniendo en cuenta que simplemente no podía ser de otra manera, Philipp Stölzl se las ingenia para imprimir un ritmo bastante llevadero sin llegar nunca a dar la sensación de estar avanzando con prisas. Este punto está especialmente logrado durante el primer tercio de metraje, con el protagonista aprendiendo de su primer mentor –acertado Stellan Skarsgard- y empezando a mostrar su necesidad de saber más. Sencillo, directo y efectivo.

La cosa se complica un poco con su increíble odisea para conocer a su segundo mentor -sobrio Ben Kingsley-, pero únicamente porque se introduce una trama romántica que jamás llega a conquistarnos. Ahí sí que entra de lleno la superficialidad para evitar que nos creamos la pasión que surge entre ellos y que reaparecerá en varias ocasiones a partir de entonces. En esos momentos el interés de ‘El médico’ toca fondo, aunque, por fortuna, nunca le dedica demasiado tiempo antes de pasar a otra cosa.

Luces y sombras de ‘El médico’

Ben Kingsley El Medico

Además, en paralelo veremos “crecer” al protagonista mientras se teje la amenaza que sirve como catalizador a su desenlace. De nuevo, se pasa un poco de puntillas por todo ello y es cierto que algunos detalles habrían agradecido ser mejor retratados –su habilidad para ver quién va a morir-, pero por encima de todo surge una singular consistencia que logra que mantengas la atención hacia lo que pasa porque simplemente te interesa lo que sucede.

Esa singular dicotomía también se traslada a otros aspectos de la función, como esos espectaculares escenarios naturales utilizados sin que nunca sirvan como base para una batalla memorable o la sensación de estar viendo algo que te recuerda a las superproducciones de aventuras de Hollywood de hace ya varias décadas, pero sin alcanzar su sentido de la grandeza. Es lo que tiene no apostar realmente por nada, que esa falta de pasión se deja notar.

Amantes El Medico

Todo se queda un poco a medias, incluyendo un reparto cumplidor en el que nadie llega a brillar. Ahí reconozco que me hubiera gustado ver lo que habría hecho Ben Whishaw con el personaje de Rob Cole, y es que es verdad que Tom Payne está bastante correcto, pero creo que con otro actor podría haberse mejorado mucho ‘El médico’ sin necesidad de tocar nada más. Le falta ese no sé qué para terminar de engancharnos a sus ansias de conocimiento.

Por lo demás, ‘El médico’ hace gala de un cruce entre sobriedad, corrección y –casi imperceptible- elegancia que convierten su visionado en una experiencia agradable al ser un tipo de pasatiempo de lujo que el séptimo arte ha dejado de lado durante los últimos años. Sólo le falta ese empuje adicional para ir más allá del sí pero no reinante que logra dejarte satisfecho, aunque al mismo tiempo tengas claro que podría haber alcanzado cotas mucho más altas.

En definitiva, ‘El médico’ no es una gran película, pero sí es una efectiva aventura ligera que consigue que su abultada duración se pase volando –con la excepción de los mejorables momentos románticos-. Todo ello es resultado de que autolimita sus propias aspiraciones, estando ahí tanto su fuerza como su debilidad. Con todo, es una opción bastante aconsejable si simplemente queréis sentaros ante el televisor y disfrutar de una cinta bien entretenida.

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