'El hombre del corazón de hierro' desaprovecha tanto la historia real como su potente reparto

'El hombre del corazón de hierro' desaprovecha tanto la historia real como su potente reparto

23 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
'El hombre del corazón de hierro' desaprovecha tanto la historia real como su potente reparto

Hemos visto tantas películas ambientadas durante la II Guerra Mundial que cuesta pensar que vaya a estrenarse alguna con un enfoque fresco sobre ella. Eso no va a impedir que sigan haciéndose, ya que es un evento histórico de tal envergadura que la tentación de volver a él de una forma u otra es demasiado grande, sobre todo por la posibilidad de usar a los nazis como villanos de primera categoría o para intentar indagar en ellos de forma general o individual.

La última prueba de ello la tenemos con ‘El hombre del corazón de hierro’ (‘HHhH’), el nuevo largometraje de Cédric Jimenez cuyo estreno fue retrasado varios meses para no coincidir con ‘Operación Anthropoid’, la cinta liderada por Jamie Dornan que básicamente nos contaba la misma historia. Quizá por ello se haya optado por hacer dos películas en una, quedándose a medias en ambas y ofreciendo un conjunto con pocos alicientes.

Quien mucho abarca...

Pike Clarke

Durante más o menos una hora, ‘El hombre del corazón de hierro’ parece poco más que un biopic de Reinhard Heydrich, uno de los nazis más crueles al que el propio Hitler definió con el título de la película. El problema es que apenas una hora no da para comprimir de forma satisfactoria la vida de una persona tan fascinante como él y todo se sucede con una extraña celeridad que le impide profundizar en nada a la hora de mostrar su progresiva transformación en un monstruo inflexible.

Es una pena que eso suceda, ya que cuando mejor funciona la película es cuando muestra a Heydrich en una posición incómoda con sus problemas en la marina como consecuencia de lo mujeriego que era. Eso y conocer a la que sería su futura esposa resultó determinante para que abrazara el nazismo de tal forma que casi podríamos decir que ayudó a llevar su crueldad un poco más allá. Ese conflicto se resuelve de forma demasiado apresurada y solo el buen hacer de Jason Clarke impide que sea aún más evidente.

Jason Clarke

Tras eso pasamos a conocer al monstruo, metódico e inflexible. De nuevo, el guion, firmado por Audrey Diwan, David Farr y el propio Jimenez a partir del libro de Laurent Binet, parece carecer de la capacidad para centrarse en cualquier aspecto que nos permita conocer mejor a Heydrich. Hasta su esposa, interpretada por una solvente Rosamund Pike, pierde peso como resultado de querer abarcar demasiado en poco tiempo, fallando así a la hora de darnos un buen retrato del protagonista durante esa fase del relato.

Este último punto no es gratuito, pues también llega un punto en el que Heydrich queda de lado, algo lógico si tenemos en cuenta que la película iba a contarnos la peligrosa misión que la resistencia checa llevó a cabo para acabar con él. Por pura necesidad se cambia de punto de vista, pero dejando también claro que Jimenez cometió un error a la hora de abordar el relato: ¿Qué sentido tiene intentar presentarnos a Heydrich de una forma relativamente superficial, dejando así de lado a los que se supone que deberían ser los verdaderos protagonistas?

‘El hombre del corazón de hierro’ quiere pero no puede (o no sabe)

Escena Hombre Hierro

No me cabe duda de que indagar en un nazi como él suena jugoso sobre el papel y también que una diferenciación tan drástica entre ambas mitades era necesaria, pero Jimenez no sabe lidiar con ella. En la primera opta por un toque dramático que sigue la línea de otros biopics que quieren centrarse en el protagonista sin llegar nunca a arañar mucho más allá de la superficie -sí que hay un puntito adicional de intensidad gracias a Clarke, pero sin un auténtico foco que ayude a guiarlo-, mientras que la tensión crece en la segunda mitad, centrándose paulatinamente más en lo emocional.

Lo curioso es que un episodio tan comentado de la II Guerra Mundial tuviera en realidad un trascendencia tan escasa en la contienda, ya que Heydrich fue rápidamente sustituido por alguien tan cruel o incluso más que él, algo que se obvia por completo en ‘El hombre del corazón de hierro’ en beneficio de aquellos que arriesgaron su vida para que la Operación Anthropoid triunfase. De lo emocionante acaba llegándose, como ya comentaba antes, a lo emocional, intentando subrayar su condición de héroes.

Final Pelicula

Tanto la presentación de los hechos, como los diálogos entre ellos, la interpretación de los actores, la puesta en escena o el uso de la banda sonora compuesta por Guillaume Roussel van encaminados a que esa segunda mitad vaya a más, pero de nuevo surge un problema de la primera: sus personajes no están bien dibujados y su acto heroico ya no sabe a algo nuevo, por lo que lo asumimos como algo casi previsible, algo imperdonable.

Todo ello también afecta a los protagonistas de esta segunda mitad, y es una pena, porque es verdad que ‘El hombre del corazón de hierro’ pierde a Clarke y Pike, pero gana a Jack O’Connell, Jack Reynor o Mia Wasikowska, pero Jimenez vuelve a fallar a la hora de exprimir su talento, limitándolo todo a escenas puntuales de relativa eficacia -hasta el final, donde lo echa todo en términos dramáticos, se queda lejos del efecto deseado- en lugar de conseguir la deseada continuidad para que la película fluya. Ahí nunca está a la altura y el conjunto sufre como resultado de ello.

En definitiva, ‘El hombre del corazón de hierro’ busca ser un acercamiento diferente a un hecho bastante conocido de la II Guerra Mundial mediante una estructura que divide a la película en dos relatos muy diferentes. El problema es que acaba cayendo en la superficialidad en ambos, desaprovechando su interesante reparto y dejando la sensación de que no aporta nada más allá de que varios de sus actores logren que el todo no se venga abajo. Simplemente no funciona.

Comentarios cerrados
Inicio