La última vez que hablamos allá por mayo del año pasado en este especial del universo de las tiras cómicas de periódico adaptadas al cine, los resultados fueron como poco nefastos. No en vano, apuntaba entonces que resultaba tan curioso como llamativo y sintomático que con la ingente cantidad de cabeceras que los rotativos estadounidense ofrecen todas las semanas, salvo una entretenida incursión el séptimo arte no había logrado capturar de forma precisa el espíritu normalmente burlesco, crítico o de mero pasatiempo que las viñetas diarias o dominicales albergan.
Afortunadamente, hoy puedo desdecirme en parte gracias a que a alguna cabeza pensante se le ocurrió, allá por mediados de la pasada década, que las aventuras de un mapache algo tramposo, una tortuga desconfiada y una ardilla hiperactiva podían tener el suficiente impacto en taquilla como para suponer un éxito más que sumar a la ya considerable lista acumulada por Dreamworks desde que naciera ocho años antes de la mano de Spielberg, Katzenberg y Geffen.
'Over the hedge', la tira cómica
Con veinte años a sus espaldas, 'Over the hedge' se ha convertido en uno de esos títulos de tira cómica que todo aficionado al cómic en general y al "género" de las tiras en particular debería conocer. Obra y gracia de Michael Fry y T. Lewis, las aventuras de R.J, Verne y Hammy —que, para aquél que le interese, se encuentran pueden leer de forma diaria aquí— son, como muchos otros cómics del mismo formato, al mismo tiempo fiel reflejo ocasional del mundo en el que vivimos y muestra inequívoca de lo mucho que puede llegar a decirse en tres o cuatro viñetas.
La premisa de partida que Fry y Lewis utilizan para 'Over the Hedge' no podría ser más sencilla: un mapache, una tortuga, una ardilla y su variopinto grupo de amigos tienen que copar con el hecho de que el bosque en el que viven está siendo tomado poco a poco por urbanizaciones plagadas de esos extraños bichos llamados humanos que, con su tecnología —esa que es extraña y atractiva a partes iguales— pretenden cambiar el pequeño mundo en el que habitan los protagonistas. Unos protagonistas que desde el primer momento tendrán voz propia y entre los que destaca, por su sentido del absurdo y extrema comicidad, ese Hammy hiperactivo que "parece" que nunca dice nada que tenga sentido o valga la pena escuchar.
Por cierto, si a alguno os cuesta defenderos en la lengua de Shakespeare y queréis conocer como se las gastan estos personajes tan sumamente simpáticos, podéis intentar encontrar los dos volúmenes que la desaparecida editorial Azake publicó hace como diez años de 'Over the Hedge'. Bien es cierto que en lo que en esas páginas os podréis encontrar pertenece a los inicios de la serie y el nivel gráfico no es tan condenadamente bueno como el que ostenta ahora, pero que eso no sea un impedimento para acercaros a una tira cómica desternillante.
'Vecinos invasores', simpática hasta decir basta
Si hay algo que destacar a priori de 'Vecinos invasores' ('Over the Hedge', Tim Johnson y Karey Kirkpatrick, 2006) por encima de las otras virtudes que atesora el filme —y que, tranquilos, pasaremos a dar cuenta en breve— eso es la precisión, el cariño y el respecto con los que los responsables de la producción animada tratan al producto original, un cómic que aquí encuentra fiel reflejo de las idiosincrasias de sus personajes principales y que ve como su humor se traslada en iguales términos a lo que las viñetas dan de sí.
De hecho, no sería exagerar si quisiéramos afirmar que, en lo que a adaptaciones de cómic a cine se refiere —sin acotar éstas a género alguno en ninguno de los dos medios artísticos— 'Vecinos invasores' es una de las producciones cinematográficas que mejor ha sabido entender y respetar la fuente de la que mana y, sólo por eso, merece grandes elogios cuando mucho y muy extenso ha sido lo que hemos tenido que ver ya en este especial vagando por parajes que ninguna relación guardaban para con aquello que trasladaban de las viñetas al celuloide.
Pero, como apuntaba, no es la fidelidad —y la precisión, el mimo y el cariño— que caracteriza a la cinta de Dreamworks el único puntal que sostiene los 83 minutos de metraje, sino que desde los más pequeños a los más grandes de la casa, hay aquí apoyos en los que hacer descansar un entretenimiento que se pasa como un suspiro y que, preso de un ritmo narrativo imparable, no da ocasión al público a ni siquiera pensar en que pudiera llegar ese temido momento en el que uno se pregunta "¿queda mucho para el final?".
La responsabilidad de tal logro descansa, decía, en extremos que comienzan en el magnífico diseño de personajes —todos ellos sin excepción por más que el trío protagonista brille con especial intensidad—, pasan por la muy simpática partitura del pequeño de los Gregson-Williams, un compositor que habría merecido tener la oportunidad de componer para algo más que las chorradas que se cuentan en su filmografía; siguen en la dinámica dirección del tándem de cineastas —atención a la escena desencadenada por la ingesta de una bebida con cafeína por parte de Hummy—, continúan en un guión plagado de humoradas capaces de aludir a cualquier edad y quedan rubricados por un reparto de lujo en su versión original.
A este último respecto caben ser destacados, aunque no en los mismos términos, las bazas con las que juega la versión doblada para determinar si, como suele pasar, este es otro de esos filmes animados que mejor verlo en inglés: considerando que en versión original cuenta con Bruce Willis, que los (ir)responsables españoles encargados del doblaje eligieran al famosillo de turno —el argentino Michel Brown— en lugar de a Ramón Langa es algo imperdonable que sólo termina paliado por el buen hacer del resto del equipo y la afortunada decisión de que fuera Luis Merlo el responsable de hacer que Verne resulte aún más entrañable en español que su contrapartida inglesa.
'Vecinos invasores' terminó saldándose con un recorrido en taquilla de más de 300 millones de dólares que, siguiendo el ejemplo de 'Shrek' (id, Andrew Adamson & Vicky Jenson, 2001) o 'Madagascar' (id, Eric Darnell & Tom McGrath, 2005) debería haber sido garante suficiente para una más que merecida secuela que nunca llegó y que, dada la actual política de Dreamworks de sólo seguir explotando dos de sus franquicias, probablemente nunca lleguemos a ver. Una lástima, la verdad.
Otra crítica en Blogdecine | 'Vecinos invasores', Dreamworks recuperándose un poco
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