De la misma forma que hacíamos el mes pasado con 'Capitán América: El primer vengador' ('Captain America. The First Avenger', Joe Johnston, 2011), e incumpliendo de nuevo las "estrictas normas" de publicación en orden cronológico de los especiales de Blogdecine, vamos a aprovechar el estreno mañana jueves de su segunda parte para abordar las impresiones que el reinicio de la franquicia arácnida nos dejó hace un par de años con 'The Amazing Spider-man' (id, Marc Webb, 2012), un filme que no logra poner de acuerdo a los aficionados y que, personalmente, considero un acierto pleno por parte de Sony.
Queda claro pues que, aunque será asunto a desgranar a lo largo del artículo, y aún asumiendo todo aquello que se quiera arremeter contra la cinta firmada por Marc Webb, lo que váis a encontrar a continuación va encaminado a servir de loa hacia una cinta que, a grandes rasgos, funciona mejor que la primera firmada por Raimi, cuenta con intérpretes más convincentes que aquella y, por mucho que haya transcurrido poco tiempo para poder afirmarlo a ciencia cierta, no parece que vaya a acusar el paso del tiempo como, desafortunadamente, sí lo ha hecho 'Spider-man' (id, Sam Raimi, 2002).
El 'Spider-man 4' que no pudo ser
Aunque pudiera parecer lo contrario por las muy encendidas críticas que contra ella se han vertido desde que se estrenara en 2007 —y las que se verterán, que servidor aún no ha hincado sus garras en ella— la gargantuesca acogida de taquilla de 'Spider-man 3' (id, Sam Raimi), que consiguió cerca de 900 millones de dólares a escala mundial, colocándose a la cabeza de la trilogía del hombre araña, justificaba más que de sobra a ojos de los ejecutivos de la Sony el que Raimi siguiera al frente de la franquicia durante, al menos, tres filmes más.
Así se anunció en 2008, poniéndose en marcha una pre-producción que, volviendo a contar con los mismos actores que ya conocíamos de sobra desde 2002, y con un primer tratamiento escrito por David Koepp que después retocarían David Lindsay-Abaire y Gary Ross, habría contado, según dejó saber Raimi por aquél entonces, con la presencia del Lagarto, el Buitre y Felicia Hardy, la Black Cat de los cómics a la que, al menos así lo parecía, habría dado vida Anne Hathaway.
Pensada para ser estrenada en 2011, y con la lección muy bien aprendida por las presiones que sufrió con la tercera y denostada parte, Raimi comenzó a insistirle a la Sony para que retrasara la fecha del 6 de mayo inicialmente prevista. A Sony el envite no le sentó nada bien y, en Junio de 2010, anunciaba la cancelación de 'Spider-man 4' debido la retirada del proyecto de su director que, tras los cuatro borradores que habían pasado por sus manos del guión del proyecto, "seguía odiando" lo que se planteaba para ese trepamuros que nunca llegó a ser.
Reiniciando las aventuras de nuestro amistoso vecino
Afirmando al mismo tiempo que cancelaban el proyecto de Raimi que la cuarta entrega de la franquicia arácnida supondría un reinicio de la misma con un equipo creativo completamente renovado, los responsables de Sony tardaron muy pocos días en anunciar que el encargado de rodar la nueva producción sería Marc Webb. El cineasta, al que le debemos esa delicia de comedia romántica que es '(500) días juntos' ('(500) Days of Summer', 2009), se subía así al carro de una superproducción que muchos creíamos, dado su corto historial, no iba a ser capaz de manejar.
Con un guión que terminarían firmando a seis manos Alvin Sargent, Steve Kloves y James Vanderbilt, a la sorpresa del anuncio de Webb como cineasta al mando de la producción, se sumaban las primeras decisiones de reparto. Muy pendientes estábamos entonces de quién serían los encargados de sustituir a Tobey Maguire y, sobre todo, a la sosa de Kristen Dunst. Y si bien el encargado de vestir el nuevo traje de Spider-man no parecía a priori la elección más idónea para el papel, pocas dudas surgían hacia aquella que se encargaría de enamorar al héroe en la gran pantalla.
Que Emma Stone es un encanto es algo que cualquiera de sus filmes demuestran de sobra —especial predilección tiene servidor, por lo divertida que es, por 'Rumores y mentiras' ('Easy A, Will Gluck, 2010)—, que como Gwen Stacy aumenta aún más dicha característica, es indiscutible. A su lado, un Andrew Garfield que, en mi humilde opinión, da mucho mejor en pantalla que Maguire como ese chico inteligente y algo retraido que, tras la picadura de una araña, se transforma en el héroe que necesita la ciudad de Nueva York.
'The Amazing-spiderman', espléndido reboot
Cuando salgas del cine quiero que el mundo que veas se parezca al que acabas de contemplar en la pantalla. Parte del regocijo que es el cine es que puedes hacer que lo imposible parezca real. Quería que la cinta tuviera más los pies en la tierra y fuera más realista y eso se tradujo en los sentimientos de las escenas, la acción y el vestuario. Está menos basada en Steve Ditko y, probablemente está muy influenciada en lo visual por 'Ultimate Spider-man', pero también es un mundo que tiene mucho de nuestra invención. Marc Webb
Completado el reparto con nombres tan sólidos como los de Sally Field y Martin Sheen —ambos magníficos como los tíos May y Ben—, o Rhys Ifans como el doctor Kurt Connors, el villano de la función, 'The Amazing-Spiderman' ofrece, como reboot que es, el relato de los orígenes del personaje contado desde el principio, enfocando éste según Webb hacia la historia de "un chaval que crece buscando a su padre y se encuentra a sí mismo por el camino". Perfectamente desarrollado en lo que a Peter compete, el guión adolece de ciertas carencias —aunque nada graves— cuando se centra en el personaje de Connors.
Mucho más arquetípico que el que Raimi había definido en 'Spider-man 2' (id, 2004) con el Dr. Octopus, el Lagarto de 'The Amazing Spider-ma' tiene, no obstante, muchos puntos en común con aquél que interpretaba de forma brillante Alfred Molina y, entre ellos, cabría citar el que ninguno de los dos se tiene a sí mismo por villano, sino que piensan que, en la búsqueda de ese objetivo que les consume, están haciendo un bien a la humanidad que ésta no sabe reconocer.
Con alguna que otra falla argumental sin relevancia, 'The Amazing Spider-man' discurre a un ritmo soberbio, alternando de forma precisa las escenas en las que aparece Peter calzándose el traje azul y rojo con aquellas tan necesarias en las que se desarrolla al personaje y su relación con Gwen Stacy: demostrando tener muchísima mejor química que la que destilaban Maguire y Dunst, es indudable que gran parte de lo mejor que puede ofrecer la cinta de Webb reside, precisamente, en las escenas que comparten ambos intérpretes.
Como también resulta indudable, al menos en lo que a el que esto suscribe concierne, que las habilidades narrativas de Webb funcionan tan bien en el sesgo de comedia romántica de la cinta —algo obvio considerando lo mucho que ofrecía en este sentido '(500) días juntos'— como en el de acción, mostrándose el cineasta una elocuencia de formas visuales que evitan a toda costa que el público se pierda con movimientos de cámara alocados e innecesarios alardes de pirotecnia, algo muy de agradecer en estos tiempos en los que acción se confunde con confusión.
En este último sentido las diversas set-pieces de la cinta funcionan a las mil maravillas, siendo el clímax en la torre Oscorp el mejor exponente de lo que la acción de la cinta es capaz de ofrecer. Y sí, es cierto que la escena previa a la batalla en dicha torre, con las grúas alineándose por la ¿octava avenida?, es de un patriotismo de lo más ridículo que sólo encuentra justificación, entre otras cosas, en el hecho de que, vistiendo además los colores de la bandera, Spider-man sea la encarnación de la esencia estadounidense. Y claro, eso obliga a pagar un peaje que fuera de las orillas de "yanquilandia" no se entiende del todo.
Potenciadas ambas vertientes del relato, la más íntima y la más espectacular, por la música de un inspirado James Horner —quizás su tema para el héroe no sea tan pegadizo como el de Elfman, pero el score del veterano compositor es más de lo que podíamos esperar a la luz de sus inanes últimos trabajos—, 'The Amazing Spider-man' deviene, ante todo, en un entretenimiento palomitero de primer orden que cumple su función a la perfección y que deja con ganas de mucho más. Unas ganas que podremos apaciguar con las dos horas y veinte de puro espectáculo que, según Mikel, nos esperan a partir de mañana en los cines.
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