Extraña. Peculiar. Excéntrica. Arriesgada. Suicida. Esos, entre otros del mismo estilo, eran los epítetos que pasaban por la cabeza de servidor cuando tuvo que valorar, ojiplático, la decisión de Marvel sobre cuál iba a ser la cinta de la segunda fase de su Universo Cinematográfico que iba a estrenarse tras 'Capitán América: El soldado de invierno' ('Captain America: Winter Soldier', Anthony y Joe Russo, 2014). Unos adjetivos que venían derivados, sobre todo —pero no exclusivamente— de un hecho determinante: la poca o nula relevancia de los personajes que iban a protagonizar el filme en el marco de la editorial.
A fin de cuentas, y como veremos a continuación, los héroes de 'Guardianes de la galaxia' ('Guardians of the Galaxy', James Gunn, 2014) no contaban con un largo recorrido en la historia de La Casa de las Ideas y, debido a ello, apostar cerca de 200 millones de dólares por unos "don nadie" era, a todas luces, una de las opciones más suicidas de cuántas podían haber tomado las mentes pensantes de los estudios. O, al menos, eso era lo que parecía desde la distancia y sobre el papel...
'Guardianes de la galaxia', el cómic
Aparecidos en 1969 en las páginas de 'Marvel Super-Heroes' —una cabecera que, durante la mayor parte de su existencia, sirvió a Marvel para reimprimir material previamente publicado— los Guardianes de la galaxia originales eran unos héroes del siglo XXXI de una realidad alternativa llamada Tierra-691 cuyo reducido impacto y limitadas apariciones en las dos décadas siguiente se vería temporalmente alterada por la serie de 62 números publicada a principios de los noventa.
Pero esos no son los personajes que hoy nos interesan. De hecho, la formación más parecida a la que vimos el pasado 2014 en la gran pantalla no se producirá en los cómics hasta 2008 cuando Dan Abnett y Andy Lanning, responsables de ese macroevento de escala cósmica que fue 'Aniquiliación', decidieron que ya era hora de plantear en firme la idea de retomar el nombre de aquella vetusta formación de personajes de la que nadie se acordaba y darle nuevo lustre ligándolo a las consecuencias de la citada saga.
Es así como, con Star-Lord a la cabeza de un grupo formado por Adam Warlock, Drax el Destructor, Gamora, la nueva Quasar, Rocket Raccoon y Groot, vería la luz el "2 volumen" de 'Guardianes de la galaxia', una serie cuya aceptación será muy limitada hasta el punto de ser cancelada en el número 25 y ver cómo sus tramas eran cerradas en otras cabeceras de la editorial. Pero, claro, eso era antes de que se decidiera que los héroes cósmicos iban a aparecer en la gran pantalla.
Si algo estaba claro atendiendo a la forma de pensar de la maquinaria Disney/Marvel, era que si iba a haber película de 'Guardianes de la galaxia', tenía que haber cómic de 'Guardianes de la galaxia'. Y a poner remedio a la carencia de una colección que pudieran leer aquellos que se dejaran embelesar por la cinta vino el pasado 2013 la nueva serie firmada por el ubicuo Brian Michael Bendis y el gran Steve McNiven. Una serie que arrancaba más o menos bien, que pronto se perdía en una vasta tierra de nadie y que, hoy por hoy, es una de tantas de las muchas que sobran mes a mes en Marvel.
La nueva 'Star Wars'...antes de la NUEVA 'Star Wars'
Creo que a cualquiera que se le hubiera ocurrido afirmar que esto podría llegar a ser una gran película se le habrían reído en la cara. Es algo muy inusual y soy de la opinión que es genial trabajar en algo y exponer su potencial hasta el punto de que una compañía como Marvel diga, "Sí, esto tiene sentido". [Dan Abnett]
Dos horas y dos minutos de metraje bastaban a James Gunn para desmontar todos los prejuicios, fundados o no, que servidor —y supongo que gran cantidad de lectores de cómics y cinéfilos a lo largo y ancho de este mundo— tenía con respecto a 'Guardianes de la galaxia', un filme que parecía responder más a una maniobra comercial que a los argumentos que sobre los que se habían levantado las producciones de Marvel hasta el momento y que parecía dejar ver que la obsesión de los estudios por estrenar dos cintas al año iba muy mal encaminada.
Una sensación esta última que, si me lo permitís, también transmitirían en cierto modo algunos de los títulos anunciados de aquí a 2019 en ese abotargadísimo planning de la tercera fase que Marvel presentaba el pasado octubre con películas centradas en personajes o grupos de tan sucinto calado como Pantera Negra o los Inhumanos. Y digo transmitirían, en condicional, porque dado lo que pudimos ver en 'Guardianes de la galaxia', las dudas acerca de las decisiones de la vertiente cinematográfica de La Casa de las Ideas deberían ser muy limitadas.
Y es que soy el primero en admitir que, de no dar "un duro" por la cinta firmada por Gunn pasé tras su visionado a admitir mi craso error previo para, de forma inmediata, alabar a esta espectacular aventura espacial y lamentar que en lugar de la el cúmulo de errores y malas decisiones que en su globalidad fue la nueva trilogía galáctica de George Lucas, el cineasta y productor no hubiera optado por ofrecernos esta suerte de reimplementación actualizada de los mejores valores que 'La guerra de las galaxias' ('Star Wars', George Lucas, 1977) ofreció hace cuatro décadas.
Al igual que la primera cinta de la trilogía original, 'Guardianes de la galaxia' basa su mayor fortaleza en tomarse las molestias de construir unos personajes creíbles a los que se toma cariño casi de forma instantánea. Y aunque ello vaya en detrimento de un primer tramo de metraje al que le cuesta arrancar, creo que es innegable que Gunn y Nicole Perlman se merecen un enérgico aplauso por apostar tan fuerte como lo hacen por que conozcamos a Peter Quill, Gamora, Rocket, Groot —todo lo que se puede conocer del vegetal, claro— y Drax antes de pasar a la acción desatada.
Potenciando aquí el humor mucho más que lo que Lucas lo hacía en la cinta que lo comenzó todo, que el Star Lord encarnado por Chris Pratt bebe todo lo que puede del Han Solo de Harrison Ford es un hecho tan palpable como genial es el carisma que derrocha el elocuente y caradura personaje central del filme: avalancha imparable desde que aparece en esa secuencia que arranca con los créditos iniciales —espectacular, dicho sea de paso— la presencia de Pratt eclipsa casi por completo a un reparto que, salvo una Glenn Close que no sabe muy bien qué hace por allí, es espléndido.
Desde un sorprendente Dave Bautista a ese villano de opereta que sobreinterpreta lo justo Lee Pace, pasando por un Michael Rooker brutal, una Zoe Saldana ¡que no molesta! o las voces de Bradley Cooper y Vin Diesel —sí, visto en V.O, y aunque sólo repita siempre la misma frase, el trabajo expresivo del actor es genial, algo que no debe extrañar a nadie que lo oyera en su momento como cierto gigante metálico— todo aquí precipita de forma precisa para que, en conjunción con diálogos e historia, fijemos nuestra mirada crítica en los demás departamentos artísticos.
'Guardianes de la galaxia', maravillosa
De todos ellos, el único al que el que esto suscribe achacaría falta de personalidad es aquello que compete a la partitura de Tyler Bates, un compositor que resulta de todo menos idóneo para el talante de space opera que aquí se narra y que, eso sí, sin hacer mucho ruido, no hace sino exponer de forma descarnada el proceso de despersonalización al que las productoras están sometiendo a la música de cine, un pilar fundamental de cualquier producción cinematográfica que hoy no es ni la sombra de lo que fue, ya en la época de oro del cine, ya desde finales de los setenta hasta hace dos décadas.
Salvando pues el escollo de la música, pocos peros pueden achacársele a una producción cuya fastuosa componente visual se pone al servicio de la precisa dirección de Gunn que, quizás algo teatralizada en determinados momentos —tan esporádicos que ahora mismo no sabría poner en pie— acusa en otros cierta verborrea narrativa que impide de forma puntual disfrutar plenamente de las asombrosas secuencias de acción. Al frente de éstas, no cabe duda, tanto la fuga de la prisión estelar como, por supuesto, el clímax en los cielos de Nova Prime, fantásticas secuencias que se benefician sobremanera de los momentos en los que los planos rodados en IMAX prorrumpen en pantalla.
Ahora bien, como dejaba entrever más arriba, si 'Guardianes de la galaxia' termina compartiendo con 'Iron Man' (id, Jon Favreau, 2008) el honor de ser la tercera mejor película que Marvel ha estrenado hasta la fecha es por mor de la precisa combinación que los responsables del filme, Gunn a la cabeza, hacen entre las muchas facetas que éste cubre al margen de su gran sentido de la acción y la épica cósmica. Equilibradas con ella, los muchos minutos dedicados a descripción de personajes y a fundamentar la hermandad que se forma entre estos inesperados héroes se cuentan, de lejos, como lo mejor del metraje.
La implicación emocional que esta faz de la cinta instila en el espectador funciona tan bien durante sus dos horas que, toda vez se finaliza su visionado, lo que cabe destacar por encima de todo es lo bien que se lo ha pasado uno con un sexteto brillante, lo mucho que ha llegado a identificarse en un momento u otro con alguno de ellos y la fuerza del mensaje universal de amistad y amor fraternal con la que queda caracterizada a fuego el libreto de un filme que, en este sentido, supera a todo lo visto en cualquier cinta de superhéroes —no ya de Marvel, cualquiera— vista hasta hoy.
Eso, y el gran arraigo que la personalidad de la producción guarda para con el cine de los años ochenta —si no fuera por la perfección de los efectos digitales, cualquiera diría que se trata de un filme de hace treinta años— hace de 'Guardianes de la galaxia' una rara avis sumamente apreciable que, además, se disfruta mucho más conforme se va revisionando y uno deja atrás disquisiciones críticas y se sienta delante del televisor a pasárselo bomba con todo lo que de humor, acción y drama puede llegar a ofrecer este maravilloso producto.
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