El cine siempre ha mirado al cómic con ojos tiernos, y muchísimas son las producciones que podríamos citar del pasado siglo que sirven como paulatino antecedente a la actual —y algo desmesurada— fiebre por trasladar a la gran pantalla el imaginario de las viñetas. Con todo, por más que pudiéramos comenzar a citar aquí mucho de lo que el séptimo arte ha tomado prestado del noveno antes de la entrada en la actual centuria, podríamos afirmar que es 'Blade' (id, Stephen Norrignton, 1998) la que da el temprano pistoletazo de salida que terminará desembocando en la inmensa proliferación de adaptaciones de cómic.
Afortunadamente no todos los títulos que terminan llegando al cabo del año a nuestros cines son de "tipos con mallas" —y no lo digo en tono despectivo hacia estas, cuidado—, encontrando su hueco y correspondiente cuota de público cintas que escarban en la vasta producción yanqui de tebeos para dar con historias susceptibles de ser traspasadas a 24 fotogramas por segundo. Y si abundantes son los nombres que podríamos sacar a colación como ejemplo del cine de superhéroes, no son menos aquellos que, sin contar con la presencia de héroes con asombrosos poderes, han sido capaces de encontrar el apoyo económico suficiente para ver la luz.
Y aquí podríamos hablar de 'Camino a la perdición' ('Road to Perdition', 2002), la magnífica adaptación que hizo Sam Mendes de la novela gráfica de Max Allan Collins; 'Una historia de violencia' ('A history of violence', 2005), fascinante aproximación de Cronenberg a la no menos espléndido volumen de John Wagner y Vince Locke; 'American splendor' (id, Robert Pulcini, Shari Springer Berman, 2003), la vida de Harvey Pekar, uno de los mejores guionistas independientes que ha dado el medio; 'Sin city' (id, Robert Rodríguez, Quentin Tarantino, Frank Miller, 2005) o cómo trasladar viñeta por viñeta el arte noir de Miller a la gran pantalla o, cómo no, el filme que hoy nos ocupa, el genial 'Stardust' (id, Matthew Vaughn, 2007).
Stardust, la novela
Publicado en tres prestigios que después han sido reeditados hasta la saciedad en diferentes formatos, 'Stardust' no fue sino la lógica conclusión de la colaboración que Gaiman y Vess habían comenzado años atrás en ese magistral número de 'Sandman' que es 'A midsummer night's dream', número en el que los autores comenzaban a explorar las tierras de las hadas y la magia. Poco tiempo después de la premiada historia —el primer y único cómic que ha sido galardonado con el World Fantasy Award— Gaiman y Vess volverían a coincidir en 'Los libros de la magia', cuatro prestigios centrados en la "historia de la magia del Universo DC" y en el que el arte del dibujante adornaría un número tres volcado, de nuevo, en el mundo de los duendes.
Al margen de estos antecedentes encontramos la personalidad del propio autor, un Neil Gaiman que, habiendo crecido rodeado de cuentos y relatos de fantasía, lamentaba el hecho de que, una vez se hizo adulto, no hubiera lugar en la literatura para esa magia que había hecho volar su imaginación de infante. Fue 'La princesa prometida', la maravillosa novela escrita por William Goldman, la que le convenció de que un cuento para adultos podía llegar a ser una realidad, encontrando aquí el gérmen de lo que terminaría convirtiéndose en 'Stardust'
Considerando todo lo anterior, Gaiman y Vess llegan a 'Stardust' con mucho terreno abonado para el fantástico cuento que aquí nos narra el autor inglés y en el que hay lugar para todos los elementos que alguna vez han podido aparecer en este tipo de relatos: brujas malvadas, hadas, castillos, príncipes, princesas y hasta piratas voladores que se dedican a la caza y contrabando de rayos.
Pero claro está, en manos del autor de 'Los nuevos dioses', lo que tradicionalmente conocemos por cuento es trastocado en un fascinante viaje por una tierra mágica y llena de esplendor en la que, ni el príncipe es un viril noble de sangre azul, ni la princesa una frágil e indefensa joven, ni el amor el vínculo inicial que los une, cambiando Gaiman las fórmulas que siempre han regido los relatos para niños hasta convertirlas, como era su voluntad inicial, en algo que sólo un adulto podrá disfrutar plenamente, máxime si cada página viene acompañada de la extrema belleza y gracilidad que exudan las excelsas ilustraciones de un inspiradísimo Charles Vess.
'Stardust', la película
Medios diferentes requieren de mecanismos narrativos diferentes. Esto es algo que habría que tener siempre presente cuando se ha de juzgar la adaptación de una obra literaria al cine. Por mucho que la intención del cineasta sea fiel al texto, habrá algo del mismo que no sea traspasable a la gran pantalla. El ejemplo más cercano, y criticado hasta la saciedad, es el trabajo que Peter Jackson, Fran Walsh y Philippa Boyens hicieron con 'El señor de los anillos' alterando la estructura de la novela de Tolkien, eliminando personajes y provocando que los amantes más puristas del seminal libro se rasgaran las vestiduras.
Vendidos los derechos a Miramax incluso antes de que la novela viera la luz en formato impreso, no sería hasta casi una década después cuando Matthew Vaughn decidiría que su siguiente filme tras el espléndido debut que fue 'Layer cake' (id, 2004) sería la traslación del fascinante cuento de Gaiman. Consultado el inglés acerca de la posibilidad de hacerse cargo de la adaptación a guión de su obra, la negativa del autor a tener que "destrozarla para poder hacerla funcionar de cara a una película" hizo que finalmente fuera el propio Vaughn con la ayuda de Jane Goldman el encargado de tal tarea.
Y, de nuevo, volvemos a la idea anteriormente expuesta: el cine es un medio con mecanismos completamente ajenos a aquellos que hacen funcionar un relato escrito, y lo que funciona en uno nunca lo hará en el otro, y viceversa. Es por ello que, a la hora de aproximarse a la adaptación de 'Stardust', Vaughn tuvo muy claro que tenía dos opciones: hacer una buena adaptación que contentara a los seguidores de la novela, o hacer una buena película que conservara la esencia del libro pero llegara a mucho más público. Con la segunda como clara vencedora de cara a poder encontrar una cuota de taquilla más amplia, hay que admitir que entre los cambios realizados del texto original de Gaiman hay muchos aciertos y algún que otro error.
(Huelga decir que, al menos en lo que a este párrafo se refiere, spoilers ahead) Entre las alteraciones más llamativas que Vaughn y Goldman llevan a cabo con 'Stardust' están, de una parte, la compresión del prólogo, de casi cuarenta páginas en el libro y la adición del Capitán Shakespeare (hilarante Robert De Niro) como personaje puntal en el transcurso de la acción —con guiño incluído en una de sus escenas a cierto pirata de 'La princesa prometida'— cuando en la novela su protagonismo se limita a un par de páginas y, de la otra, la completa reescritura del tercer y último acto. Escrito pensando en lo que funcionaría bien en la lectura, el antitético carácter cinematográfico del tramo final de la novela es trastocado por completo por Vaughn y Goldman, postergando el destino final de Septimus y haciendo que el personaje de Lamia adquiera un renovado papel de cara a un espectacular enfrentamiento final en el palacio donde habita con sus hermanas que en libro no existe. (Se acabaron los spoilers)
Con plena confianza por parte de los guionistas en que los cambios introducidos son fieles al espíritu de la novela y no alteran su magia en absoluto, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la grandeza que ya dimanaba del relato escrito lo hace igual de las maravillosas dos horas de proyección que Vaughn concreta en una cinta espléndida que, terminará convirtiéndose con el tiempo en un objeto de culto a la par de 'La princesa prometida' ('The princess bride', Rob Reiner, 1987), sin que ello vaya en desmerecimiento, ni mucho menos, de esa maravilla del séptimo arte que es la cinta de Reiner.
Muchos y muy diversos son los valores que me llevan a pensar que el redescubrimiento de 'Stardust' por futuras generaciones hará de ella un objeto de culto. Para empezar, resulta fundamental el que, tras haberla visto unas cinco veces desde que se estrenara en 2007, la cinta no haya perdido su capacidad para atrapar al espectador desde ese mágico —un epíteto que voy a usar hasta la saciedad en las próximas líneas, mis disculpas adelantadas— prólogo en el que se nos narra la historia de Dunstan, el padre del protagonista, con la voz en off en la versión original de Sir Ian McKellen.
A partir de ahí, el filme comienza a desplegar un entrañable carácter que es determinante a la hora de encariñarse sin ningún esfuerzo ya sea de Tristan, un espléndido Charlie Cox que sabe capturar toda la inocencia y determinación de este singular héroe; Yvaine, la estrella a la que pone rostro Claire Danes —apunte irritante: horrible impostación del acento británico por parte de la actriz norteamericana—; el Capitán Shakespeare, un papel con el que De Niro se lo pasa en grande aunque bordee peligrosamente las estupideces que le venimos viendo en la gran pantalla de un tiempo a esta parte; y, cómo no, de la pérfida Lamia, un desagradable personaje que en el bello rostro y las espléndidas cualidades interpretativas de Michelle Pfeiffer se convierte en una auténtica delicia.
Aportando su inmenso grano de arena a que la cinta capture la imaginación del espectador, la banda sonora de Ilan Eshkeri no es ajena a la portentosa magia que exudan las mejores secuencias del filme. Vale que los "préstamos" que toma el compositor londinense son demasiado evidentes tanto en el tema de Tristan, directamente extraído del que Shore compusiera para la canción del final de 'La comunidad del anillo' ('The lord of the rings. The fellowship of the ring', Peter Jackson, 2001) como en el que hace crecer la tensión en la escena de la posada, que el músico extrae del tema de los cazadores creado por Wojciech Kilar para 'Drácula' ('Bram Stoker's Dracula, Francis Ford Coppola, 1993); pero ello no debería ser óbice para echar por tierra la solidez de una partitura rica en matices y rica en sus orquestaciones en la que brilla con luz propia el tema destinado a Séptimus, el magnífico prólogo y el momento en que Yvaine es "derribada" de los cielos.
Con un diseño de producción y unos efectos visuales que sacan tremendo partido a su ajustado prespuesto de 70 millones de dólares para hacerlos lucir como el doble y una dirección funcional por parte de un Vaughn que, quién sabe si consciente o inconscientemente, no trata de imponer su personalidad al relato y deja que sea éste quien dicte lo que la cinta necesita en cada momento, 'Stardust' es un sobresaliente escapismo que consigue a través de su candor hacer que el espectador se evada de la realidad durante su duración. Ni es un filme que vaya a cambiar vuestra vida, ni lo pretende, entroncando aquí con la idea de original Gaiman de crear un cuento que acerque a los adultos una magia que muchos creían perdida. Ya sólo por eso, siempre será merecedora del más entusiasta de mis aplausos.
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22 comentarios
dr.indy
acabo de verla, por 1ª vez, motivado por la critica. esplendida. imaginativa, divertida, emocionante... me ha encantado, vaya. y claire danes y su personaje me han conquistado por completo.
jar84
Una gran película dirigida por uno de los mejores directores del momento, todo lo que ha hecho Mathew Vaughnt relacionado con el mundo del comic lo ha hecho genial.
alvarodraper
Ya era hora de que Stardust recibiera un homenaje. Una de las cintas de aventuras más poderosas de los últimos años. Seguidora de La princesa prometida como bien comentas y que destaca por su pureza.
No he leido la novela de Gaiman, pero estoy contigo en que los dos primeros cambios realizados son un acierto, y el cambio del tercer acto un error. Es la parte más floja de la cinta y lo que le impide alcanzar la gloria. Aparte de los ya citados, Miller o Everett y en general todo el reparto está perfecto.
Matthew Vaughn es uno de los directores y guionistas más interesantes de la actualidad como bien se indica en otro comentario.
Deliciosa película que paso sin pena ni gloria desafortunadamente.
xitorres
A mi me encantó en su día, una película enternecedora.
Ruttinger
Para mi es una película de culto. Deberían hacerse más adaptaciones de neil gsiman, esperemos que la HBO de el visto bueno del guión del piloto de American Gods y se pongan de una vez a rodar la serie, que creo que tendrá muchas similitudes con Carnivale.
j.l.l.deznan
Tremenda sorpresa, no pensaba que esta película había gustado y nunca me había decidido a verla, pero creo que me habéis convencido.
aks
A mi me encantó. Te deja con una sensación buenísima. Y la recuerdas con una nostalgia de esas de niñez. La verdad es que gran parte de eso viene dado por lo maravillosos que son los "cuentos" de Neil Gaiman. Uno de mis autores favoritos sin duda. Deberían hacer más adaptaciones de este tipo porque da para mucho. Imagina una serie de Sandman, mare meua! XD
Mariana Luna
Maravillosa película. Mi favorita de aventuras. Es linda, entretenida y cuenta con excelente actores y actrices. Para mi fue perfecta :3
portalpa
Pues de esta película tengo el recuerdo de que la ví en un viaje en autobús para hacer un examen y cumplió con el objetivo de distraerme y hacerme ameno el viaje.
qk
El de la izquierda de la primera foto es Chiquito de la Calzada!!!
sain_7
Me gusta esta película, en resumen si te gusta La princesa prometida, amaras esta...
elhuargo
A mi me gusto, pero la encontre demasiado de larga y eso me aburrio un poco.
lanuit
Me declaro fan de Neil Gaiman desde los pies hasta ese lado oscuro casi meta-físico omnipresente en todas sus narraciones. Que no ayudase en la adaptación de esta historia al cine me da que pensar, puesto que he investigado y se que es un gran amante del cine en muchos aspectos.
En torno a la película debo decir que me gustó. Me gusta el genero y esta bién para una tarde de cine. Pero si vamos a hablar de adaptaciones al cine de Neil Gaiman me quedo con "Coraline" adaptada por el gran Henry Selick.
davidsonique
Una preciosidad de película.
losjuevescorto
Una película estupenda que vale la pena ver y te deja con muy buen sabor de boca. Pero mientras que en el caso de "La princesa prometida" tanto el libro como la película son dos experiencias deliciosas y complementarias, en el caso de "Stardust" el libro me decepcionó bastante. Está bien, es entretenido, pero en la película han ido un paso más allá hasta mejorar la experiencia del libro (y para mí es muy raro decir esto de una adaptación).
rastico
Muy buenas. Stardust era una de esas películas que tenía pendientes de ver. Recomendada por amigos que habían leído la novela, también pendiente. Por suerte la conseguí estas navidades en formato Blu-Ray es esas tiendas que hay por España de segunda mano a un precio irrisorio. Y ayer por fin la pude ver, para mi entender, no llega al nivel de "La Princesa Prometida" tanto en historia como en personajes, también prefiero la banda sonora de Mark Knopfler y el tema "Storybook Love" cantado por "Willy DeVille" antes que a los Take That, pero he de admitir que fue puro entretenimiento para una noche de domingo. Saludos desde Tenerife.
P.D.: A mi entender, la autentica inspiración tanto de Max Allan Collins (1998) como para Sam Mendes (2002) de "Camino a la perdición" fue "El lobo solitario y su cachorro" (1970-1976).
gunzalobill
Pues a mí me pareció terrible. De lo más empalagoso, mal fotografiado, mal iluminado y mal actuado que he visto últimamente. A muchísimos millones de años luz de 'La princesa prometida'.
pablollero
Lo siento, aún estoy intentando recuperarme de ver a Owen Slater y a Carrie Mathison con esos pelazos.
Aún no la he visto pero está más que apuntadísima, aunque no se le dio mucho bombo en su día no?