'Cincuenta Sombras de Grey', lamentable sucedáneo sexual de 'Crepúsculo'

'Cincuenta Sombras de Grey', lamentable sucedáneo sexual de 'Crepúsculo'

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'Cincuenta Sombras de Grey', lamentable sucedáneo sexual de 'Crepúsculo'

De vez en cuando surge un libro que alcanza tal popularidad que encuentras a gente leyéndolo en todas partes, lo cual puede llevarte a caer en la tentación de comprobar por ti mismo a qué se debe. Lo más habitual es que poco después se anuncie el salto al cine de dicha novela y que también arrase en la gran pantalla, que ha sido exactamente lo que ha sucedido en el caso de 'Cincuenta Sombras de Grey' (Fifty Shades of Grey), la obra que nació como un simple fanfic de La saga Crepúsculo.

He de confesar que, por motivos que no vienen al caso, me leí parte de la primera novela escrita por E.L. James, siendo más que suficiente para saber que no era para mí, por lo que tampoco tenía demasiadas esperanzas en que eso fuera a cambiar con su adaptación cinematográfica. Así ha acabado siendo, ya que 'Cincuenta Sombras de Grey' no es más que un paupérrimo sucedáneo sexual de Crepúsculo que en ningún momento hace honor a su naturaleza presuntamente escandalosa.

Lo bueno de 'Cincuenta sombras de Grey'

Dakota Johnson en

Mi compañero Pablo ya hizo hace unos días una moderada defensa de la película destacando su naturaleza camp. Por desgracia, yo fui incapaz de ver nada de eso en 'Cincuentas Sombras de Grey', pero eso no quiere decir que todo me pareciera una ridícula pérdida de tiempo, pues durante sus primeros minutos incluso conseguí meterme un poco en la película gracias al buen hacer de Dakota Johnson como una especie de animal indefenso que se ha metido en la boca del lobo.

La hija de Melanie Griffith logra expresar muy bien esa imprescindible inocencia del personaje -y mira que era difícil creerse lo de una universitaria como ella siendo aún virgen-, por lo que estuve dispuesto a pasar por alto todo lo demás -digamos por ejemplo que los diálogos de la película no son precisamente una maravilla- durante unos minutos. Me encantaría poder destacaros más aspectos positivos de 'Cincuenta Sombras de Grey', pero me temo que se acaban ahí.

Muchos errores, demasiados

Imagen de

Nunca entenderé el hecho de que muchos historias románticas orientadas al público femenino opten por la misma solución para presentar a su amado: Un hombre -muy- atractivo físicamente y con problemas emocionales al que nunca se le da permiso para ser expresivo -no hay que confundir ser misterioso con no transmitir nada-, lo cual en este caso hace que Jamie Dornan nunca tenga oportunidad alguna de demostrar si sabe o no actuar, ya que todo queda supeditado a la capacidad que tenga Anastasia para ir cambiándolo y cómo va reaccionando él.

Sí es evidente que 'Cincuenta Sombras de Grey' es una película orientada al público femenino y por ello opta por una evolución dramática a caballo entre la imagen que se vende del porno para mujeres y los relatos para adolescentes en la línea de La saga Crepúsculo. Como entenderéis, esa mezcla no podría resultar menos interesante, ya que además hereda lo peor de ambos mundos, convirtiéndose así en un absurdo detrás de otro que además gira en todo momento sobre la misma idea -cómo él va adaptándose a ella en lugar de pervertirla-, lo cual hace que sus excesivas dos horas de metraje se hagan eternas.

Además, no esperéis que el escándalo que ha provocado encuentre respaldo en la forma de abordar las escenas de sexo por parte de Sam Taylor-Johnson, ya que consigue anular su naturaleza excitante, conteniéndose además en exceso a la hora de mostrar la desnudez de sus dos protagonistas y también de sus encuentros sexuales, mucho menos numerosos de lo que cualquiera podría esperar. La cosa no mejora en los particulares gustos del ya casi mítico Christian Grey, dando especial pena cuando nos muestran lo que se supone que es lo peor que podría hacerle a su querida Anastasia.

Sin química y con mucho aburrimiento

 Dakota Johnson y Jamie Dornan en

Unas líneas más atrás os comentaba la sorpresa inicial con Dakota Johnson, pero eso no tarda en diluirse cuando se convierte en el reflejo de las peores heroínas románticas cinematográficas, aunque también por la escasa química que demuestra con Dornan, lo que hace que lo que deberían ser apasionados encuentros sexuales se conviertan en monotonía en la que uno llega a pensar si no estará fingiendo un poco, porque no hay nada en la película que realmente justifique la enorme atracción entre ellos.

Tampoco ayuda nada que, aunque no haya leído los libros y jamás vaya a hacerlo, estoy convencido de ya saber lo que va a sucede en sus dos secuelas (¿Spoilers?) -él cederá y se reconciliarán, quizá se casen pero no sin que reaparezca su lado oscuro y ella cederá temporalmente un poco para poder seguir viviendo felices en una vida bastante normal en la que dudo si habrá espacio para tan siquiera algún azote esporádico- y que todo eso se podría haber comprimido en un único libro/película para quizá dar pie a algo mínimamente digno. No es el caso y Kelly Marcel tampoco puede hacer gran cosa para que los muy desdibujados secundarios añadan algo de emoción a una historia romántica mucho más rancia y previsible de lo que nos están vendiendo.

Eso sí, me consta que el guión de Marcel fue rescrito en varias ocasiones, por lo que es probable que sus responsables simplemente quisieran potenciar a Christian y Anastasia por encima del resto, algo no necesariamente malo sobre el papel, ya que fue lo que enganchó a millones de lectores, pero que en realidad desemboca en rutina, aburrimiento y ganas de levantarte de tu butaca para abandonar el cine por dar vueltas una y otra vez sobre lo mismo con menos talento que la peor de las comedias románticas.

Los protagonistas de

En definitiva, 'Cincuenta Sombras de Grey' es una mala película que mezcla con escasa fortuna un romance en la línea de La Saga Crepúsculo con el porno para mujeres -o al menos la imagen que se vende del mismo- en el que no hay prácticamente nada la pena que merezca ser salvado más allá de los primeros compases de la interpretación de Dakota Johnson. Y es que está muy bien que haya propuestas que podríamos calificar como feministas, pero no sí eso es una simple excusa para hacer tomaduras de pelo millonarias como esta.

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