'La casa de papel' no se convirtió en el éxito que hoy conocemos hasta que dio el salto a Netflix. En la plataforma vieron un filón y resucitaron una serie que todos daban por cerrada, llegando hasta tres temporadas más de forma exclusiva a la plataforma. Eso sí, antes de que se estrenase la última ya habían puesto en marcha un remake coreano que debuta en streaming este viernes 24 de junio.
La gran duda con 'La casa de papel: Corea' estaba en hasta qué punto iba a distanciarse de la serie original y proponer algo diferente. Obviamente, hay unos cuantos cambios, pero a la hora de la verdad está más cerca de ser una copia que de cualquier otra cosa. Lo peor de todo es que básicamente se carga todo lo que daba personalidad a la serie española para ofrecer algo que tiene más de copia que de adaptación.
Muy pocas variaciones
Uno de los primeros aspectos que llama la atención de 'La casa de papel: Corea' es lo mucho que parece alimentarse de la familiaridad con el universo creado por Álex Pina. Y no lo digo porque se mantengan los motes o se vuelva a atracar una Casa de La Moneda, sino porque incluso la elección de los actores que los interpretan parece estar motivada por ello. Y luego lo potencian hasta el punto de que el nuevo Denver (Kim Ji-hoon) incluso parece imitar la inconfundible risa de Jaime Lorente dando vida al mismo personaje en la versión original española.
Eso es algo que atraviesa la serie a todos los niveles y es hasta cierto punto comprensible. A fin de cuentas, si el material de base ha tenido tanto éxito, mejor no tocar demasiado. El problema es que entonces la existencia de 'La casa de papel: Corea' empieza a perder sentido y uno llega a preguntarse qué hace exactamente viendo algo así.
Por un lado, el remake podría haber apostado por un enfoque más vibrante y en consonancia con esos thrillers coreanos que tan bien se les da. Por desgracia, esa energía no está ahí, pues también se apuesta por una evidente continuidad respecto a lo ya visto en 'La casa de papel'. Apenas hay un par de alteraciones aquí y allá que nos recuerdan las particularidades de puesta en escena de otras propuestas similares de este país, pero no son más que pequeños espejismos. El resto ya estaba y mejor en la original, pero justo es destacar que técnicamente está bien resuelta.
Lo que sí tiene interesante 'La casa de papel: Corea' es el escenario que propone cercano a lo distópico, pero no deja de ser el telón de fondo. A veces lo aprovechan para introducir algún cambio o para hacer algún apunte sociológico curioso, pero queda la sensación de que esa base habría dado mucho más de sí en una serie construida alrededor de la unión de las dos Coreas.
El gran problema de 'La casa de papel: Corea'
Sin embargo, el verdadero problema de esta adaptación coreana es su falta de identidad, pero lo más llamativo es que lo más grave en este punto sea el resultado de lo que parece una meditada decisión de aligerar el apartado más personal de los protagonistas y centrarse de forma más clara en todo lo que rodea al atraco.
Aquí los flashbacks tienen una presencia mucho más reducida, sucediendo lo mismo con el hecho de que Tokyo (Jeon Jong-seo) y con cualquier otro detalle en el que no sea estrictamente necesario detenerse. Eso va desde los pequeños detalles como la elección de los motes hasta otros aspectos más importantes como aquello que vincula a los atracadores entre sí.
Y la consecuencia de ello es que los personajes no terminan de funcionar, dando a menudo la sensación de ser poco más que meros monigotes. El que mejor parado sale es El Profesor (Yoo Ji-tae), pero porque el propio desarrollo de la historia lleva a que tenga que mostrar más facetas de su personalidad que el resto.
Él es también el único que realmente puede sacar a relucir un poco esa faceta juguetona que tanto ayudaba a que 'La casa de papel' definiese su propia identidad, pero pronto se diluye para darle a todo un enfoque mucho más serio en todo lo que propone. A veces hay algún añadido efectivo, pero lo habitual es que acabe neutralizando el posible impacto de la serie. Quizá eso no sea tan patente si no has visto la original, pero aquí lleva a que lo que debería ser vibrante acabe rozando lo anodino por momentos.
Dicho todo esto, no quiero dar a entender que 'La casa de papel: Corea' sea una completa pérdida de tiempo, ya que hereda algunas de las virtudes de la original y siempre queda la curiosidad de ir buscando diferencias. Pero esto debería ser un pasatiempo con mucho más que ofrecer y no un remake pasable pero muy intrascendente.
En resumidas cuentas
'La casa de papel: Corea' es un simple refrito de la serie española. A priori lo tenía todo para ser una actualización vibrante, pues justamente un remake coreano sonaba apetecible por lo que han demostrado allí en el género del thriller, pero el enfoque elegido está a menudo más cerca de una de esas nuevas versiones de Hollywood que cogen lo evidente y se dejan por el camino aquello que hacía especial a la obra original. Mejor darle alguna oportunidad a otras de las grandes series que Netflix ha estrenado este año.
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