'La calle del terror' ha sido el gran evento cinematográfico de Netflix de lo que llevamos de verano de 2021. Es cierto que se trata de una trilogía adquirida y no desarrollada de forma directa por la plataforma, pero no me sorprendería que hayan visto en ella una especie de prueba piloto de cara a ver si les compensa volver a hacer algo similar con futuros proyectos. El tiempo dirá si se queda en un hecho aislado o si la compañía de streaming ha encontrado aquí un nuevo filón.
La despedida llega de la mano de 'La calle del terror – Parte 3: 1666', una cinta que completa la historia de la maldición que padece el pueblo de Shadyside, ya que toca viajar al momento en el que se originó todo. Como era de esperar, esta adaptación de la popular saga de novelas de R. L. Stine nos tenía reservada más de una sorpresa en su desenlace satisfactorio pero que se queda por debajo de las dos anteriores entregas.
Cambio de estilo
Podría decirse que 'La calle del terror – Parte 3: 1666' son dos películas por el precio de una. Esto ya sucedía de forma mucho menos pronunciada en 'La calle del terror – Parte 2: 1978', donde la mayor parte del metraje estaba ocupado por un extenso flashback que ayudaba a aclarar el camino para los supervivientes de 'La calle del terror – Parte 1: 1994', pero la tercera entrega funciona como colofón en todos los sentidos, lo cual supone prestar suficiente atención tanto al pasado, para esclarecer qué es exactamente lo que sucedió, como al presente, para ver cómo se puede poner punto y final a dicha maldición.
Eso lleva a un cambio formal en la parte ambientada en el pasado, ya que las dos anteriores entregas bebían principalmente del slasher -es verdad que hay diferencias evidentes entre 'Scream' y 'Viernes 13', pero los puntos en común también son innegables-, pero eso no sucede en 'La calle del terror – Parte 3: 1666'. Habrá quien recuerde, por cercanía en el tiempo, en 'La bruja', mientras que Leigh Janiak, directora y coguionista de la película, señaló haberse inspirado en 'El nuevo mundo'. Por mi parte, añadiría a la lista una cinta de animación, pero no diré cuál por aquello de que daría demasiadas pistas en lo puramente argumental.
A estas alturas ya no es un secreto que la película reutiliza a actores de las anteriores entregas, un recurso bastante efectivo para implicar más al espectador en la historia sobre los orígenes de Sarah Fier. Y es que las elecciones de quién interpretan a quién tampoco parece fruto del azar, trazando así unos estimulantes paralelismos entre pasado y presente que también acabará afectando a la propia resolución de la historia.
Además, el trabajo de ambientación resulta bastante logrado, añadiendo pequeños apuntes siniestros aquí y allá que compensan el hecho de que el contenido violento pierde presencia por pura necesidad. Aquí no hay aún nadie sembrando el caos y acumulando cadáveres a su paso, ya que estamos ante el momento en el que empezó todo y, por normal general, las supersticiones del pueblo pesan por encima de todo lo demás.
Luces y sombras de 'La calle del terror – Parte 3: 1666'
Eso es algo que Janiak refleja con solvencia en lo referente a la puesta en escena, sabiendo primero cómo potenciar el misterio alrededor de los hechos y luego incidiendo en esa persecución a la que se somete a un par de personajes. Sabe cómo darle ese puntito de rigor necesario para que nos lo tomemos en serio sin dejar nunca del todo de lado ese componente más lúdico de la trilogía que ha hecho que muchos la disfrutemos como un refresco bien frío en plena ola de calor. Un vaso de agua fría sería mejor para nosotros, pero agrademos mucho un refresco en esa situación...
Donde sí eché en falta un mayor ímpetu violento fue a la hora de darlo todo para cerrar la historia. Algo de gore hay, pero la trilogía había ido creciendo en ese punto sin que se sintiera como una mera concesión y aquí se siente que se quedan un poco a medias. Tampoco esperaba el equivalente a una película pornográfica en términos de violencia, pero como gran colofón sabe a poco. Queda el consuelo de que al menos no resulte todo demasiado precipitado, sabiendo cómo dar un cierre satisfactorio a la historia en términos generales.
Por lo demás, no quiero entrar en spoilers en lo referente a la hora de cómo se soluciona, pero, obviamente, 'La calle del terror – Parte 3: 1666' nos tenía reservada alguna sorpresa. De lo contrario podría haber resultado un tanto monótona y la verdad es que la solución adoptada encaja con todo lo que hemos visto en las dos anteriores entregas, no es algo que se hayan sacado de la manga para intentar sorprender al espectador de forma gratuita. A cambio, tampoco es especialmente memorable, pero sí funcional.
En resumidas cuentas
Tengo claro que 'La calle del terror – Parte 3: 1666' es la película que menos he disfrutado de la trilogía. Es verdad que da un cierre más que correcto a la historia y no faltan alicientes a lo largo del camino, pero sí que le falta esa dosis de fuerza extra imprescindible en todo desenlace. Con todo, deja con buen sabor de boca y con ganas de que Netflix repita la experiencia en el futuro.
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