Mucho se está diciendo, y se seguirá diciendo, sobre ‘Boyhood’ (id, Richard Linklater, 2014). Epítetos aumentados y sobredimensionados por la espectacular acogida crítica que está recibiendo el que sin duda es el proyecto más ambicioso y personal de su director. Pero mucho me temo que ninguna de las palabras vertidas servirá para encerrar la sencilla grandeza de una película que se escapa de las manos, que fluye más allá de cualquier reflexión o análisis crítico. Podemos decir que es una obra maestra, una maravilla, o todo lo contrario, pero lo que nadie puede discutir es que ‘Boyhood’ es una película única.
No es que Linklater cuente nada nuevo, al fin y al cabo sus referencias más visibles en algunas de sus obras más laureadas son Leo McCarey y François Truffaut —el paso del tiempo y la mella que hace en el amor, por ejemplo—, pero el gimmick/truco que ha llevado a cabo le da una entidad al film que no le habría dado, o al menos quiero creerlo así, de haberla filmado de forma tradicional, como ha hecho sus otros trabajos, los cuales encuentro la mayoría sobrevalorados. Mucho. Pero estas palabras me las trago cuando veo un film como ‘Boyhood’, donde todas las inquietudes de su director casan y fluyen a la perfección.
La vida, el espectador
La película recoge 12 años en la vida de su personaje central, Mason, al que da vida Ellar Coltrane que desde que empezó en el 2002 el rodaje de la presente, intervino en pocas películas. Linklater filma lo que puede representar ser lo más importante en el crecimiento de cualquier chaval, todo narrado siempre desde el punto de vista de Mason, decisión arriesgada, pero que Linklater mantiene al 100% en toda la película. Por supuesto, ver, presenciar, el crecimiento del actor es algo impresionante, lo cual no deja de ser curioso. Vemos crecer a todo el que nos rodea, pero condensarlo en una película que habla, es, la vida, en general, tiene su importancia. Y cada uno la experimentará según su propia vida.
Si el cine, como arte que cierra el círculo en la interpretación de su destinatario, está abierto a tantas reflexiones como experiencias vitales, y educativas, posee el propio espectador, es probable que ‘Boyhood’ sea la película que más lo demuestre, al menos en los últimos tiempos. La vida de Mason podría ser la nuestra, pero no todos hemos crecido con un padre separado y que es el que mejor consejos da —inmenso y natural Ethan Hawke en un papel caramelo—, no todos han sufrido a padres violentos, o no han tenido un profesor de fotografía que les soltase un discurso que sólo se entenderá con el paso del tiempo, y mucho menos hablar, de verdad, con tu padre sobre lo complicadas que son las mujeres.
‘Boyhood’ es una película que fluye continuamente. Más allá de lo que realiza Linklater con las distintas épocas, para que nos situemos —empezar la película con ‘Yellow' de Coldplay, Obama presentándose a presidente, etc—, el acierto ha estado en medir muy inteligentemente los tempos de los distintos bloques que recogen las distintas etapas de crecimiento de Mason, logrando una unidad global que escapa a todo control. Así pues, y aunque el film esté lleno de “grandes momentos”, éste funciona realmente en conjunto, como un todo único, inseparable e indisociable. Más que retazos de vida, ‘Boyhood’ ES la vida misma. La de Mason, el particular Antoine Doinel de Linklater, con cierto parecido interpretativo entre el Coltrane ya adolescente y Jean-Pierre Léaud.
Crecer con música
A todo lo que por ahí se pueda decir de la película, que sin duda dará que hablar en años venideros, me gustaría destacar el tratamiento, casi por omisión, del sexo y la muerte, partes vitales de toda existencia. Una por elíptica, por ser algo natural e íntimo en cada uno. La otra mediante el pájaro del inicio, y más tarde en boca del personaje de Patricia Arquette, como cuasi cómico lamento a la decepción de la vida adulta —“pensé que habría algo más”, “lo siguiente será mi puto funeral”—, que casi puede considerarse la muerte en vida, lo contrario de la vida de Mason, que justo cuando acaba el film empezará a vivir lo que ha visto desde la distancia reflejado en el mundo de los adultos.
Si el crecimiento del actor principal impresiona, no lo hace menos el resto de actores, tanto el de la propia hija del director, que a mitad de proyecto pidió a su padre que matase al personaje por sentir desinterés en el proyecto, o esos bastiones representados por Ethan Hawke y Patricia Arquette, que muestran visibles cambios físicos. Dichos personajes, los únicos adultos que permanecen durante todo el relato, poseen un dibujo de lo más acertado, sobre todo ante la imposibilidad de descifrar la vida, puesto que están tan perdidos como sus propios hijos, y muchas veces se trata de improvisar.
Improvisar como el padre (Hawke) regalando a su hijo una recopilación única de Los Beatles, rellenando los huecos después de que aquéllos se separaran, verdadera declaración de intenciones por parte de Linklater y uno de los mejores discursos del film; se nota que su director es un melómano de primera, que no sólo ha sabido llenar su película con las canciones adecuadas, como reflejo histórico, sino también capaz de extraer toda una filosofía vital alrededor de ellas, emparejando música, cine y vida en un ejercicio cinéfilo —con autoreferencias continuas en cuanto a lo temático—, emotivo y cinematográfico de primer orden.
‘Boyhood’ es una obra vital. No se ve, se siente, se experimenta, y fluye continuamente.
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laraliroliero
Cuando salimos del cine mi novio me dijo: Tía, creo que me ha crecido la barba mientras estábamos ahí dentro.
pcalzadolopez
Cuantas más críticas (siempre positivas) que leo sobre esta película, menos interés le tengo. Es algo personal, no digo que la película sea mala. Pero más allá de que hayan tardado 12 años en rodarla, cuando voy al cine busco documentarme sobre algo, o evadirme de la realidad. Que me cuenten la vida cualquiera de una persona cualquiera de hoy en día... para experimentar la vida real ya tengo la vida real, no es como si viviera en un cine y la pantalla fuera mi único medio de conocer el mundo.
Creo, eso sí, que será una película muy interesante para ver y analizar dentro de 50 años: el día a día del ciudadano común de principios de siglo. Pero lo que es ahora...
mateonicolau
Creo que hay que partir de la base que, tal y como dijo Orson Welles, todos los artistas son unos charlatanes que tratan de venderte su verdad sobre algo (él también se incluía). Eso hacen todos, algunos consiguen venderla bien otros no. Boyhood no muestra el paso del tiempo más de lo que Andy Warhool mostró cuando se filmó no sé cuantas horas durmiendo o cualquier otra película de ficción que trate sobre la nostalgia, pero consigue crear cierta ilusión de que es algo diferente. El haber estado 12 años filmando la vida de unos niños te hace prestar más atención a la historia pero nada más, al final es una ficción más como cualquier otra.
Por otro lado creo que es una buena película que trata sobre el paso del tiempo. Los momentos convencionales están logrados, la relación paterno-filial es genial, me encantan esos padres, lo bien que lo hacen. Y la frase de "no eres tu quien atrapas los momentos sino que son los momentos los que te atrapan a ti" me parece muy sugerente, te hace pensar y creo que con mucha razón que la vida está llena de magia, a veces la ves otras veces no.
Usuario desactivado
Esperaba esta película desde hacía tiempo y el sábado por fin fui a verla intentando no leer nada revelador sobre ella. Dejando que me sorprenda como ya ha hecho este director en otras ocasiones. Soy un gran admirador de la trilogía Before... y me entusiasmaba descubrir esta especie de precuela, me acordaba de los dos personajes de la trilogía y veía Boyhood como su hijo cinematográfico. Pero Boyhood tal cual es algo realmente grande, realmente única como dices en tu crítica, una puerta al pasado de mi propia vida, un reencuentro con mi juventud y mi busqueda de madurez y experiencia. Más de dos horas y media de continuas sensaciones y de las más auténticas.
barloven
Película sublime. Toda una experiencia en si misma. Lo mejor que veo desde 2008.
Jm
Iba con tantas expectativas que me decepcionó ligeramente. Me encanta Linklater, y ver la evolución (no sólo física) de los personajes es una sensación única, apabullante. Cuando eres consciente de que ese niño tenía 2 años menos (sic) hace 30 minutos, comprendes que estás viendo algo diferente.
Pero la película peca de haber caído en una historia muy concreta como para que haya una identificación universal con ese niño. Como se comenta en el post, no todos tuvimos padres alcohólicos o separados. Esas tramas me alejan un poco de la película y de lo que quiere contar. Tampoco creo que estén aprovechadas para ser contadas desde el punto de vista del niño, por lo que a veces se convierte en una película normal que habla sobre otra cosa, y eso me saca de la historia.
Aún así, en conjunto y dejándose llevar, es una obra magnífica.
yomismo777
Pues sinceramente no entiendo el revuelo con esta película, yo parto de la idea de que no me importa que sea el mismo niño durante 12 años me da la misma sensación si cogen actores que se parezcan. Creo que es algo curioso que no hace ni mejor ni peor película. Partiendo de ahí la historia la hemos visto mil veces, con algunas cositas interesantes eso si, pero me parece muy excesivo 165 mins para esto, me aburrí en partes. Y en cuanto las actuaciones hawke y arquette muy bien, pero el niño es un Sieso de campeonato y un nietzsche de mercadillo. Me parece una película mediocre
loinevitable
En muchos medios especializados de cine, leo las mismas frases. No dan valor a la pelicula, "solo" hay que vivirla....me recuerda al mismo marketing que utilizaron los mismos medios para EL ARBOL DE LA VIDA.
Caí una vez, dos no!. gracias.