'Blonde' fue una de película de la que durante un tiempo solamente se habló por la negativa de Netflix a estrenar el montaje de la misma realizado por Andrew Dominik. La plataforma acabó cediendo y entonces la conversación giró alrededor del hecho de ser la primera película de la compañía de streaming que recibía la temida calificación por edades NC-17, considerado por muchos como poco menos que un equivalente al cine porno.
Estrenada durante el pasado Festival de Venecia, 'Blonde' ha dividido a la crítica. Sí es cierto que existe bastante unanimidad alabando la interpretación de Ana de Armas como Marilyn Monroe, pero por lo demás ha demostrado ser una obra muy divisiva. Por mi parte me sitúo entre los defensores, hasta el punto de considerarla una de las mejores películas del año.
Extrema y ambiciosa
Lo primero que hay que tener claro sobre 'Blonde' es que no se trata de un biopic al uso. Ya la novela de Joyce Carol Oates que adapta era una versión ficcionada de la vida de Monroe y aquí Dominik ha optado por llevar esa idea al extremo, hasta el punto de que no son pocos los que han apuntado a una deshumanización de su protagonista, destacando a su vez que sería muy distinta si detrás de ella estuviese una directora.
Siendo eso cierto, también es verdad que cualquier película con algo de personalidad cambiaría de forma notable con un simple cambio de director, y si de algo va sobrada 'Blonde' es de personalidad, hasta el punto de que sería más adecuado hablar de ella como una especie de antibiopic que nos sumerge en una vida tumultuosa en todos los frentes.
Desde ese arranque situado en la infancia de la protagonista, Dominik sitúa dos ideas fundamentales que dominan la película en todo momento. La primera es la sensación de desamparo de la protagonista, algo a menudo asociado a la figura de un padre que marca su vida por su ausencia en lugar de por lo que pudo aportarle de pequeña. Esto es algo en lo que Dominik incide de forma directa en muchos momentos y que incluso sobrevuela por las diferentes relaciones románticas de Monroe.
El otro gran eje dramático de 'Blonde' está en los problemas de Norma Jeane Mortenson para definirse como persona y hasta qué punto el mito de Marilyn Monroe la anulaba y cómo eso va resquebrajándola por dentro cada vez más.
Esto lleva a que Dominik haga especial hincapié en el dolor en lugar de abarcar otros aspectos sobre la vida de Monroe que algunos espectadores echarán de menos. De esos otros aspectos hay algunos detalles aquí y allá, pero 'Blonde' no es una película alegre e incluso eso suele usarse para alimentar los demonios internos de la protagonista.
De hecho, ya su primera experiencia al querer convertirse en actriz está marcada por el trauma y las lágrimas, algo que ya venía de antes y que no deja de crecer a lo largo de su vida hasta que la anula por completo, contando incluso con el respaldo de Hollywood para seguir explotando su figura sin importar la persona detrás del mito.
Para ilustrarlo, Dominik no tiene problemas en coquetear con diferentes géneros, siendo el drama el dominante, pero hay desviaciones que llevan al espectador a plantearse el impacto surreal de ciertos momentos, algo que sospecho que habrá quien encuentre hasta grotesco, o incluso a zambullirse en territorio del horror corporal, aunque hay veces que quizá parece más adecuado hablar de horror mental.
Lo esencial aquí es construir a partir de un trauma siempre presente, recurriendo para ello siempre a lo que el imaginario colectivo recuerda de Monroe en cada momento. El propio Dominik ha explicado que eso fue fundamental a la hora de cambiar del blanco y negro al color o para el uso de diferentes formatos, algo que para el público actual menos familiarizado con la actriz quizá parezca azaroso cuando no lo es en absoluto.
La cuestión entonces está en los excesos que se permite Dominik, ya que hay escenas muy incómodas que demuestran que ha querido llevar su propuesta hasta las últimas consecuencias. Por mi parte, hay imágenes que me provocan repulsión, pero también me alegro de que estén ahí por lo consecuentes que resultan con todo lo que ha ido planteando. Es cierto que eliminando algunas, 'Blonde' sería más accesible, pero es que eso es algo que no le importa demasiado a la película.
Aquí lo que importa es ofrecer una experiencia en la que lo sensorial prima por encima de lo narrativo. Con esto no quiero decir que 'Blonde' sea una película en la que no se entiende lo que sucede, pero sí que el apartado narrativo está supeditado más a transmitir unas ideas alrededor de la figura de Monroe y de su estado mental que a ofrecer una visión detallada de los momentos más destacados de su carrera. Y ojo, esos también están ahí.
No me quiero olvidar tampoco de la extraordinaria interpretación de una Ana de Armas que se mete de lleno en un personaje complicado y esquivo, pues la idea aquí es más sumergirse en el alma de esa imagen de Monroe que busca transmitir Dominik que en otra cosa, y ella se entrega por completo y se transforma en la legendaria actriz. Cualquier premio que le den será muy merecido.
En resumidas cuentas
'Blonde' es una película única en su especie llamada a ser amada u odiada. Claro que habrá espectadores que se sitúen en un punto intermedio, pero lo que presenta Dominik aquí es una apuesta por el exceso pero teniendo las ideas muy claras sobre lo que quiere conseguir con ello. Y a eso hay que sumar la inmejorable aportación de Ana de Armas. Imprescindible.
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