'Black Panther: Wakanda Forever': Marvel Studios hace alarde de madurez en una notable aventura que salva sobre la bocina la insípida Fase 4 del MCU

Desde que arrancó con, irónicamente, la serie 'Bruja Escarlata y Visión', y salvo excepciones como 'Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos', 'Thor Love & Thunder' y, especialmente, 'Moon Knight' —puede que lo mejor de la etapa hasta la fecha—, he experimentado un profundo desencanto frente al macroproyecto de La casa de las ideas.

Es evidente que Kevin Feige y su equipo llevan una ya larga temporada tratando de levantar a pulso la pesada losa que supuso el cierre de la Saga del Infinito con la fantástica dupla compuesta por 'Infinity War' y 'Endgame'; un punto y seguido que han tenido que capear, principalmente, a base de cartas de presentación de los nuevos rostros que tomarán el relevo de Tony Stark, Steve Rogers y compañía.

A la problemática inherente a estos largometrajes —y producciones episódicas— introductorios, formulaicos y cortados por un mismo patrón que no difiere en exceso de lo que se nos ofreció en 'Iron Man' hace ya casi tres lustros, debemos sumar lo que me gusta definir como el mal de las "películas tráiler"; cintas cuya narrativa está más centrada en plantar semillas de cara al futuro que en brindar historias decientes y, en la medida de lo posible, autónomas.

Bajo este panorama, 'Black Panther: Wakanda Forever' llega para salvar sobre la bocina la primera etapa de la Saga del Multiverso; y lo hace con un blockbuster que vuelve a aportar cierta madurez al MCU minimizando el factor cómico y combinando con acierto thriller geopolítico, tintes de cine bélico y los cánones del cine superheróico contemporáneo en una aventura tan sólida como esperanzadora.

La importancia de los personajes

Puede que lo primero que sorprende de la nueva 'Black Panther' sea la enorme consistencia que exhibe pese a haberse enfrentado a unas circunstancias tan complejas como dramáticas durante su proceso de creación. La pérdida de Chadwick Boseman obligó a descartar el material escrito y empezar técnicamente de cero, pero Ryan Coogler y compañía han superado la adversidad proyectando su foco en el elemento más importante de cualquier filme: los personajes.

No me cansaré de decirlo, pero un tratamiento de personajes a la altura es lo que, en última instancia, termina elevando un título sobre sus homólogos, y el caso de 'Wakanda Forever' es buena muestra de ello. De este modo, los notablemente construidos arcos dramáticos de Shuri y Namor —protagonista y antagonista de respectivamente— enriquecen una narrativa que, pese a mostrarse funcional, peca de convencional y se toma las licencias habituales marca de la casa.

Y es que, como era de esperar, nos encontramos ante una pieza 100% marca de la casa que saca a relucir su abultado presupuesto con una factura técnica digna de elogio que minimiza —aunque no hace desaparecer— el impacto negativo de los efectos visuales y que se apoya en un gran diseño de producción para moldear unas setpieces sobradamente atractivas, aunque irregulares. Mención especial para una secuencia de persecución nocturna que hace palidecer la batalla multitudinaria de rigor que preside el clímax.

Espectáculo con fondo

Pero, por encima de este despliegue logístico y su correspondiente ración de adrenalina, se sitúa la figura de un Coogler que, además de controlar a la perfección el lenguaje audiovisual para narrar con brío una épica extendida durante 161 minutos que pasan como un suspiro, impregna de intención discursiva lo que bien podría haberse limitado al enésimo artificio hueco sin mayores aspiraciones.

Así, el director y coguionista junto a Joe Robert Cole articula un interesante retrato sobre el duelo tras una pérdida, la frustración derivada del mismo, los entresijos de la venganza y, lo que es mucho más interesante, sobre el colonialismo y legado generacional del mismo; este último canalizado a través de un Namor que llega al MCU enriquecido por su interesante reinvención racial y que destaca como uno de los grandes villanos de la franquicia hasta el momento.

Aunque plantee escenarios y saque a la palestra personajes que serán esenciales para el futuro de la Saga del Multiverso, si de algo se beneficia 'Wakanda Forever' es de su condición de largometraje —casi— independiente. Atrás quedan los lastres de la continuidad y del cosmos compartido, pudiendo permitirse el lujo de contar una historia compacta y, hasta cierto punto, autoconclusiva, que por primera vez en mucho tiempo da la sensación de estar ante una película "real".

Puede que 'Black Panther: Wakanda Forever' no sea la mejor entrada de todo el Universo Marvel pero, sin duda —y aunque esto, a priori, no signifique demasiado a juzgar por los precedentes— es la mejor de toda la Fase 4; y demuestra que cuando no funciona como una fábrica fordista de churros sin alma, Marvel Studios sigue siendo una factoría capaz de contar historias con las que mantener viva la gran pantalla y estimular al fandom con un mínimo de calidad.

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