Netflix lleva tiempo apostando por la realización de series y películas fuera de Estados Unidos. No deja de ser una forma de tener contenido local pero con el suficiente interés como para que también pueda ser devorado fuera de sus fronteras y hoy vengo a hablaros de uno de esos títulos. Me refiero a ‘Betaal’, una miniserie india de cuatro capítulos producida por Blumhouse -en colaboración con Red Chillies y Sk Global, eso sí- que la plataforma de streaming estrenó este pasado 24 de mayo.
‘Betaal’ es una obra que inicialmente parece incluir varios elementos de crítica social que pronto quedan de lado en beneficio de un relato opresivo que funciona mejor cuando apuesta de forma decidida por el terror, dejándonos algunas imágenes con una fuerza visual innegable. Eso sí, no esperéis que ninguno de los personajes atrape realmente vuestra atención, pero sí que consigue ser entretenida en todo momento.
Lucas y sombras de ‘Betaal’
La premisa de ‘Betaal’ es bastante sencilla: la construcción de un túnel choca con los miedos de los habitantes de la zona porque para hacerlo tendrán que pasar a a través de un túnel sobre el que pesa una maldición. El primer episodio gira sobre todo alrededor de ese conflicto, añadiendo antes algunos detalles que dejan clara que la opción inteligente sería dejar las cosas estar, pero claro, nadie cree en las maldiciones hasta que sufre los efectos de una.
Por ello, ese primer capítulo es algo más relajado, permitiéndonos conocer un poco tanto a los personajes principales como la aproximación a esta clase de mitos dentro de la cultura hindú. No es nada excepcional, pero al menos aporta cierta singularidad a una historia que no tarda en abrazar los lugares comunes del género una vez se empieza a desatar el apocalipsis.
Ahí ‘Betaal’ se convierte en una propuesta ya totalmente accesible para el espectador occidental, cayendo la mayor parte de su interés en la capacidad de Patrick Graham, también creador y coguionista de todos los episodios, y Nikhil Mahajan para potenciar una atmósfera opresiva que va llevando al límite a sus personajes. Vital para ello es el uso de la iluminación de Tanay Satam, quien se excede un poco con el uso de la oscuridad en ciertos momentos, pero en general consigue crear el clima propicio para sumergir de lleno al espectador en lo que sucede.
A eso hay que añadir otro detalle esencial que depende sobremanera de la preferencia cada espectador: el diseño de las criaturas, unos zombis de ojos rojos que parecen sacados de otra época. Es una apuesta arriesgada porque resulta esencial que su presencia motive al espectador y aquí se opta por un estilo más a la vieja usanza, propio de otra época en la que todo resultaba más artesanal. Por mi parte, me pareció que tenía bastante encanto y además se le sacaba especial partido en la estupenda secuencia en la que inician el asalto a donde se refugian los protagonistas.
Es cierto que el guion es el eslabón más débil de ‘Betaal’, pero nunca llega a resultar tan nocivo como para cargarse lo que estamos viendo. Sí que deja con la sensación de que con este material (superficial en personajes, obvia en la forma de abordar los problemas, etc.) probablemente habría funcionado mejor como película que como miniserie, pero será mejor quedarnos con lo bueno, que lo hay.
En resumidas cuentas
‘Betaal’ no ofrece nada nuevo y se apoya bastante en el tópico, tanto para la construcción de los personajes como de las diferentes situaciones a las que han de ir enfrentándose, pero consigue crear un clima opresivo y acierta con su peculiar diseño de los monstruos. Eso sí, cumple como terrorífico pasatiempo, tenedlo en cuenta si vais a darle una oportunidad.
Puedes ver 'Betaal' en Netflix.
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