Llevo años deseando que la animación coja fuerza dentro del cine español, pero parece que la cosa nunca termina de salir adelante. Es cierto que de vez en cuando se estrenan títulos muy recomendables como la excelente ‘Arrugas’ o la estupenda ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’, pero son obras sin la continuidad deseada, en parte porque no fueron grandes éxitos de taquilla. Eso es algo que esperaba que cambiase el gran impacto conseguido hace ya tres años por la discreta ‘Las aventuras de Tadeo Jones’.
‘Las aventuras de Tadeo Jones’ recaudó más de 18 millones de euros solamente en nuestro país, consiguiendo una cifra similar en el resto del mundo. Eso invitaba a pensar en que Enrique Gato iba a gozar de una mayor libertad creativa en ‘Atrapa la bandera’, su segundo largometraje que llega a los cines este viernes 28 de agosto. No voy a negar que hay una mayor ambición argumental y una animación algo más pulida, pero estamos ante una gran oportunidad perdida para la animación española.
’Atrapa la bandera’, no, gracias
Gato ha vuelto a contar para ‘Atrapa la bandera’ con varios de los guionistas de ‘Las aventuras de Tadeo Jones’ y yo confiaba en que el hecho de partir de algo nuevo les permitiera dar lo mejor de sí mismos, ya que en su anterior colaboración siempre pensé que estaban muy limitados por un personaje que no daba de sí lo suficiente para pasar de los cortometrajes a un largo. Por desgracia, el libreto de Jordi Gasull, Neil Landau y Javier López Barreira es uno de los principales responsables de que ‘Atrapa la bandera’ sea una decepción constante.
El detalle más molesto es la inclusión de un personaje pelirrojo que odié como pocas veces recuerdo en una película, llegando a darme la sensación de que fuera un posible señuelo tanto para meter humor de forma un tanto forzada como para que uno pase por alto el resto de sus debilidades al hacer la comparación. La más importante es que ‘Atrapa la bandera’ nunca sabe qué quiere ser exactamente y eso se traduce en un grave problema de tono que hace que uno asista desconcertado a lo que suceda en pantalla y tenga una mayor predisposición a detectar los numerosos fallos aislados –algunos tan incomprensibles como esperar que aceptemos que haya trajes de astronauta tamaño niño dentro de la nave…-.
Por mi parte, no tengo problema en que ‘Atrapa la bandera’ tenga una historia claramente orientada al mercado internacional, ya que soy consciente de que existe una corriente de pensamiento en Estados Unidos sobre que la NASA nunca llegó a la luna y la ida de un millonario lunático que quiera aprovecharse de la misma suena muy bien. Lamentablemente, el villano –con voz de Dani Rovira- es una buena prueba de esa incapacidad para decidir lo que quiere ser, proponiendo varias cosas que no van a ningún lado y jugando con su inteligencia según las necesidades del guión en ese momento.
No obstante, lo que realmente molesta es que todo quede reducido a un arco demasiado evidente desarrollado de una forma monótona –aquí echo sobre todo la culpa a unos diálogos sin brillo alguno y a la incapacidad de sus responsable por crear algún personaje con el que uno realmente pueda tener algún tipo de empatía- y con alguna escena que hasta da un poco de vergüenza ajena –el momento sin gravedad, cuyo planteamiento es además una muy mala copia de una célebre escena de ‘Los Simpson’-. A cambio sólo recuerdo un instante que me pareciera genuinamente inspirado aprovechando el falso mito de la implicación en el complot de la NASA de Stanley Kubrick.
Animación fluida… pero diseños muy mejorables
Donde sí he notado una auténtica mejora respecto a ‘Las aventuras de Tadeo Jones’ es en que el nivel medio de la animación es superior y que todo me pareció que fluía bastante mejor. Imagino que, pese a que me consta que al final han ido con prisas de última hora, algo habrá ayudado que hayan contado con un presupuesto de 12,5 millones de euros cuando en la anterior fue de únicamente 8. Con todo, no hay ni un solo momento realmente memorable y el nivel es inferior al de cualquier título americano de dibujos animados reciente que me venga a la mente.
La cuestión es que la mejora en la animación pierde importancia a poco que uno se pare a pensar en la pereza mostrada en los diseños de los personajes, desde lo anodinos que resultan muchos hasta ciertos casos donde se nota una inspiración quizá excesiva en otras producciones. ¿No os recuerda más de la cuenta la hermana pequeña del protagonista a Boo de ‘Monstruos S.A.’ (Monsters, Inc.) –y casi lo mismo podría decirse de su madre y Elastigirl de ‘Los Increíbles’ (The Incredibles)-? Más excusable es que la presidenta parezca un calco de Sigourney Weaver.
Por lo demás, los escenarios al menos cumplen con corrección y una vez en el espacio hay algún detalle visual curioso, pero las cosas que realmente llaman la atención es por lo innecesarias que son –ese lagarto repelente, aunque ahí tengo que conceder que quizá a algunos niños puedan disfrutar con él- o por dar la sensación de que se está intentando aparentar ser más de lo que se puede ser, algo que uno percibe con asombrosa facilidad, y no me vale la excusa de que sea para niños, que ser menores de edad no equivale a ser tontos.
En definitiva, ‘Atrapa la bandera’ es una gran oportunidad perdida para el cine animado español, o al menos lo es en términos artísticos, ya que era aquí donde se tenía que demostrar que podíamos hacer algo competente a nivel internacional y no una cosa plagada de fallos en la que el único consuelo posible es que podría haber sido peor. La verdad es que está mucho más cerca de ser un desastre que cierta fallida cinta recientemente estrenada que muchos han destrozado sin piedad.
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